No puedo evitar sonreír mucho, pero se que causará sospechas en Gabriel si lo sigo haciendo, así que trato de distraerme mientras estamos volando directo a Cancún.Algo tienes y no me quieres decir -me dice sentándose enfrente de mi-
¿Quien? ¿Yo? -se ríe-
Si, tú, hasta le pregunte a Víctor porque estás tan misteriosa -abro la boca sorprendida-
¿Y que te dijo? -pregunto con inquietud-
Que te la has pasado trabajando en tu oficina, normal, pero sabes que es lo chistoso? -pregunta con una media sonrisa-
¿Qué? -me río-
Que a él tampoco le creo -me mira serio-
No tienes nada de que preocuparte, de verdad -trato de sonar convincente-
Jime, no pensarás huir de la boda, ¿no? -pregunta con terror en su voz-
Nop, tú tranquilo -lo miro con una sonrisa-
Jime -me suplica-
Esta bien, te diré, te organice una sorpresa, por nuestra boda, pero te la daré hasta mañana -él me hace un puchero-
¿Te vas a envolver o que? -me río por sus tonterías-
No se, puede ser -le guiño un ojo-
Sigo sin creerte, esa te la sacaste de la manga -le giro los ojos-
Pues no me creas entonces -le saco la lengua y el a mi también-
Una vez que llegamos a Cancún nos instalamos en las habitaciones asignadas para cada quien, nuestras familias ya estaban aquí, ahora sólo entre hoy y mañana llegarían el resto de invitados.
Siento que todo volvió a la normalidad, nuevamente estoy intensamente loca con los temas de la vida, viendo cada detalle, me siento libre de una culpa, feliz de compartir mi vida con Gabriel.
En la comida festejamos junto a nuestra familia y me hace feliz verlo tan dedicado a mi, prácticamente no quiere ni que el aire me toque.
Por la tarde salgo al pasillo para encontrarme con Víctor, pues me estaba ayudando a organizar una sorpresa para Gabo en la playa, necesitaba que supiera que si podremos ser padres si Dios así lo decide.
¡Todo listo Jime! Quedó todo súper bien -sonrió feliz-
Mil gracias por ayudarme con esto -él se ríe-
Yo nomas me encargué de decirle a las muchachas donde -asiento-
Pero ayudaste -digo y sonríe emocionado-
Parezco cupido yo -los dos nos reímos y en eso llega Gabo con una mirada fulminante-
Mucha risa, ¿no? -pregunta molesto-
Yo me voy, con permiso -dice Vic caminando rápidamente hacia el elevador-
¿Qué pasa? -pregunto mirando a Gabo-
Que estás súper rara, casi no me hablas, estás diferente y luego vengo a verte riéndote con Víctor -me gira los ojos-
No estoy rara, no tengo nada, no se pueden ser nervios porque básicamente nos casamos en dos días -digo pasando mis brazos por sus hombros-
¿Te vas a arrepentir de casarte conmigo? -niego-
Te amo amorcito -digo acercándome para darle un beso que es bien recibido- cuando caiga el atardecer me acompañas a caminar a la playa?
Si, te acompaño, vamos a la alberca un rato? -pregunta y asiento-
Solo un ratito, no quiero que nos quememos tanto, tenemos que tener las mejores fotos para la boda -él sonríe-