68. Mío.

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Tú y yo nos podríamos entender perfecto Gabito, los dos somos jóvenes, mexicanos, experimentando en la música, logrando cosas chingonas, la regaste en tener un hijo -Gabo se ríe-

Ya fue suficiente Kenia, con mi hijo no te metas -ella se acerca-

¿Por qué a ella puedes amarla y a mi no? -Gabo da dos pasos hacia atrás-

Así es la vida, dicen que uno no elige a quien amar, pero yo si elegí, desde que la veía en videos de Instagram me encule de Jimena, después la vida sola se encargó de ponerla en mi camino -explica y se me derrite el corazón-

Pero ella no te va a perdonar esto que le hiciste -ruedo los ojos-

Es que no hice nada, son tus mentiras -la señala-

Pero rindieron frutos, porque ella se fue a Monterrey, o me lo vas a negar? -pregunta en burla-

Jime, la están grabando -me enseña Víctor la pantalla de un iPad y lo miro sorprendida-

Y está soltando todo la mensa -digo divertida-

Pártele su madre -me dice riéndose bajito-

Y ahí es donde entro yo, abro la puerta sin complejo alguno, camino decidida hasta donde están ellos, Kenia me mira cínica mientras que él me ve asustado, sin pensarlo la cacheteo.

Ay Kenia, hasta para ser mala se tiene que ser inteligente -ella alza una ceja mientras se toca la mejilla-

¿Que haces tú aquí? -me da risa- ¿qué te parece tan gracioso?

¿Por qué quieres destruir mi familia? -pregunto molesta- digo, puedes tener al hombre que quieras, literalmente -hago una pausa- NO, literalmente a cualquier hombre no, al mío no -digo mirando a Gabriel que ahora está sorprendido-

Es más divertido verte sufrir por el maridito perfecto -sin pensarlo dos segundos la cacheteo otra vez-

Ella intenta pegarme pero le detengo el brazo, me mira con odio y yo a ella con diversión.

También es muy divertido verte rogando amor de alguien que no te soporta -digo sonriendo y suelto su brazo-

Pues el sábado que me beso no parecía lo mismo -dice retomando su discurso-

Ay chiquita, te reconozco muy buena la edición -digo con ironía mordiendo mi mejilla para no reírme- buena inversión, lástima que no hay devolución

Entonces no nada más pareces, si tienes aires de grandeza -suelta con la mano en la cintura-

No me siento grande, tal vez son los demás los que se sienten pequeños a mi lado -veo de reojo a Gabriel completamente divertido-

Aprende a cuidar a tu maridito -me dice con sorna-

El que es tuyo se cuida solo, y te consta que este -toco la cara de Gabriel- es muy mío -le guiño un ojo a Kenia-

Que no se te olvide que antes de casarse contigo, fue a verme hasta mi ciudad -asiento-

Estuvo buena la promo de la canción, lástima que a nadie le gusto -aprieto mis labios-

Me tienes harta -dice ya fastidiada, camina para irse-

Ah Kenia, que no se te olvide que a la única mujer que quiso pedirle matrimonio fue a mi -le digo con una sonrisa-

Ella se acerca nuevamente dispuesta a jalarme del cabello, se lo permito porque más evidencia para mi pero al instante la manoteo, con su esfuerzo la termino pegando con el codo en la mandíbula y le doy otra cachetada.

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