79. Hasta morir.

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Pueden irse si quieren -dije para después soltar un suspiro-

Gabito siempre nos dijo que cuando el no estuviera nosotros teníamos que estar para ti -dice Nata sosteniendo mi mano-

Pero no es necesario -digo reteniendo la respiración-

Literalmente estás por parir a nuestro sobrino -dice Hassan girándome los ojos-

Quiero que Gabriel esté aquí -suelto con ganas de llorar-

Y esta bien, pero ahora estamos nosotros aquí apoyándote -me repite Nata-

Tengo mucho miedo -digo asustada-

Como no, si este plebe va a nacer mes y medio antes -me dice Hass-

De verdad trate de cuidarme lo mejor posible -digo arrepentida de no ser lo suficientemente fuerte-

Cierro los ojos recordando el tiempo en el que más me descuidé, aquella que estuvimos en Los Ángeles con Gabriel en el hospital.

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Flashback

Despiértate mi amor, por favor -pido en el oído de Gabriel- nos haces mucha falta

Me alejo de él no sin antes dejar un beso en su mejilla, acaricio con mi mano su cabello, su rostro está relajado pero él ni siquiera está aquí.

Tus hijos y yo te necesitamos, mucho -digo acariciando mi vientre-

Esta muy bien que le hables -me dice el doctor entrando-

Lo hago todo el tiempo -digo aún con la mirada en Gabriel-

El tiene que aferrarse a la vida, tiene una familia maravillosa -dice revisando los ojos de mi esposo- y una esposa que lo ama

Lo voy amar hasta morir -digo sujetando la mano de Gabriel-

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Voy a mandar a traer al mejor doctor para Emiliano -me dice Nata trayéndome a la realidad-

Tenemos a los mejores doctores Nata, tranquilo -digo mientras anoto mi última contracción-

¿Estás segura? -pregunta esta vez Hassan-

Segura -digo riendo ligeramente-

Me causa gracia verlos tan preocupados, se que cuando ambos sean papás lo harán excelente, porque han estado muy cerca de mi pequeña familia en los últimos tiempos.

Ay se despertó -dice Nata sacando a Gabito de la carriola-

¿Jime cómo estás? -me pregunta Vero entrando a la habitación junto a su equipo-

Estoy bien, supongo -digo nerviosa-

Es un bebé prematuro, pero sabes que tenemos que traerlo ahora al mundo, si esperamos se puede empezar a agotar su oxígeno -me explica-

Si lo sé, es lo mejor, estoy segura que estamos en las mejores manos -digo aún con miedo-

Créeme que lo estás -me dice Magui que había volado de Monterrey a Hermosillo-

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