Capítulo +18, leer bajo su propia responsabilidad.
Había sido un día agotador, sabía que mis amigos se juntarían nuevamente en casa de Gerardo con los cantantes, estaba invitada, pero lo único que quería después de los reclamos de la mitad de mi equipo, era un poco de paz.
Conduje hasta un centro comercial donde tenía que recoger unas cosas y después de ahí a mi casa, una vez que pase la seguridad ingrese a la privada y de ahí me dirigí a mi cuadra, pude ver que apenas estaba llegando la gente, abrí el portón eléctrico para meter la camioneta a la cochera, una vez dentro pique el botón para cerrarlo pero en cuanto baje me di cuenta que no estaba sola, Gabriel había entrado.
¿Día difícil? -pregunta divertido-
Algo así, complicado -digo mientras camino hacia la puerta principal seguida por él-
Deberías de venir a divertirte con nosotros -señala la casa de Gera-
Y es ahí donde me olvidó de mis prejuicios, es verdad que no acostumbro a acostarme con el primero que se me pasa por enfrente, pero es Gabito, no lo volveré a ver nunca más, es lindo, me gusta, ¿por qué desaprovechar la oportunidad?
O tú podrías venir a divertirte conmigo -le digo mientras abro la puerta invitándolo a pasar, él se ríe-
Una vez cerrada la puerta dejó mis cosas sobre el recibidor y me giro a mirarlo, lo examino de arriba a abajo, trae una camisa de botones negra, al igual que su pantalón y tenis, se quita su gorra dejándola en el mismo lugar que yo mis cosas.
Acorte la distancia entre nosotros, pasó mis brazos sobre sus hombros y el los suyos por mi cintura, soy yo quien da el primer paso para besarnos, tardamos dos segundos en adaptarnos el uno al otro y rápidamente se vuelve un beso caliente.
Baja sus manos hasta mis glúteos apretándolos sobre la falda que traigo puesta, las mías van hacia los botones de su camisa y comienzo a desabrocharlos desesperadamente, despega sus manos únicamente para dejar caer su camisa al suelo, le doy la mano para que me siga escaleras arriba, mientras vamos subiendo me da una nalgada lo cual me hace reír.
Perdón, no puedo evitar querer nalguear ese culo tan perfecto -me giro hacia el para besarlo en mitad de la escalera, siento sus manos al borde de mi playera y lo ayudo a deshacerse de ella, se queda mirando fijo a mis pechos aún tapados por el sostén de encaje, mete su cara ahí unos segundos para después girarme violentamente y meter una mano dentro de mi falda, palpa sobre mi ropa interior y puede sentir lo mojada que estoy ya por él.
Cuando hace mi ropa interior a un lado y comienza a recorrer con sus dedos mi intimidad, no puedo evitar soltar algunos gemidos mientras recargo mi cabeza en su hombro, mete uno de sus dedos y suelto un suspiro, un minuto más tarde es acompañado por otro dedo mientras que con su mano izquierda recorre desde mi muslo hasta mis pechos, los cuales toquetea por encima del sostén, puedo sentir su miembro pegado a mis glúteos.
Mis piernas tiemblan y sino fuese porque el me sostiene ya me hubiese caído, atrapó su mano y la saco de mi falda, para terminar de subir, nos besamos en el pasillo hasta llegar a mi habitación, ambos nos quitamos rápidamente los zapatos antes de continuar.
Una vez que me vuelve a tomar de la cintura para seguirnos besando, aprovecho a bajar mis besos sobre su cuello, me doy el placer de morder el lóbulo de su oreja mientras el vuelve a acariciar mis glúteos, ninguno de los dos perdemos el tiempo, eso es claro, mientras continuo besándolo y lamiendo su cuello con una de mis manos acarició sobre el pantalón su intimidad y el suelta algunos quejidos.
Sigo bajando con mis besos sobre su pecho y abdomen hasta llegar al botón de su pantalón, el cual desabrocho y bajo junto a su bóxer, su longitud choca contra su estómago, me arrodillo sobre la alfombra, lo miro a los ojos y brillan de placer, no dudo ni un segundo cuando dejo un beso en la punta para después meterla directamente en mi boca.