8. Decisiones.

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Yo no puedo, no puedo hacerte esto -le digo llorando y él me abraza, agradezco que Víctor se quedará aún debajo de la camioneta-

No me estás haciendo nada -pasa sus manos por mi espalda tratando de calmarme- acepta, por favor déjame estar contigo

Prométeme que si la gente te empieza a tirar por mi culpa, te vas a alejar de mí -él niega- Gabriel, tú carrera va en ascenso, la mía en descenso

Nada malo va a pasar, deja de pensar en que eres alguien malo para los demás -en ese momento Víctor sube a la camioneta y Gabriel le indica que vayamos al hotel-

Una vez que llegamos al hotel nos tiramos en la cama y decido dormir, horas más tarde cuando despierto lo veo concentrado en su celular acostado alado de mí, miro el reloj y son las cuatro de la tarde.

Hola -digo tocando su mejilla a lo que él sonríe-

Hola bonita -me dice girando su cuerpo hacia mí- hice muchos planes mientras estabas dormida -me dice poniendo su mano sobre mi cintura- el lunes nos iremos a Monterrey, aprovecharemos el tiempo para que puedas hacer tus maletas para venirte conmigo a Sonora, no estaremos todo el tiempo ahí, de vez en cuando iremos a Guadalajara, o a Los Ángeles -río al ver la emoción en sus palabras y él sonríe-

Esta bien, tengo que hablar con Christian para pedirle un tiempo -él asiente- dejar también a alguien encargado de mi agencia, ver a mi familia

De igual forma cuando tú me lo pidas podemos volver a Monterrey para ver a tu familia -amo que sea este hombre, tan perfeccionista en los detalles, asiento sonriendo-

El fin de semana lo pasamos encerrados en el hotel, vimos la carrera así como un sinfín de películas, comemos, hablamos todo el tiempo, por más vergüenza que me causará me ayudo a tomar un baño ya que mi cuerpo estaba débil, se había hecho cargo de comprar mis medicamentos y hacerme tomarlos en tiempos y formas.

No entiendo porque haces todo esto Gab -le digo mientras pasa el shampoo por mi cabeza, estoy dentro de la tina-

Porque me gustas -dice sin más-

Cualquiera habría salido corriendo -le digo riendo-

Llámame loco si quieres, no sé, no creo en el amor a primera vista, pero si creo en el querer a primera noche -lo miro con ternura-

Eres más bueno que nada -me sonríe-

O como cuando recién paso lo de nosotros, pues la neta a mi me dio bajon, y Laura me dijo algo de no sé que expresión japonesa o algo así que vio por ahí, que es una frase que se traduce como presentimiento de amor, no es la idea de amor a primera vista, esta más cerca de la sensación de conocer a alguien y saber que te vas a enamorar, tal vez no de inmediato, pero será inevitable -lo miro atenta a cada una de sus palabras y me parece tan bonito todo lo que dice-

Éramos inevitables -él asiente mientras enjuaga mi cabello-

Pienso que si las cosas pasaron de esta manera, encontrarte prácticamente después de un año, es porque Dios te volvió a poner en mi camino por algo -amo la manera en que él cree en Dios- no me dejes perderte una segunda vez -niego y lo abrazo aunque lo empapo-

El lunes por la tarde tomamos un vuelo privado de Cdmx a Monterrey, una vez en mi ciudad puedo sentir su calor característico, ver las montañas, todo me genera paz mientras camino alado de Gabriel, es él quien decide que nos quedemos en el hotel que ya tenían asignado para que no me ponga mal en mi casa.

El resto del día lo pasamos en absoluta calma, es al día siguiente que él sale a hacer promoción de su concierto que yo me dirijo a la empresa, pues necesitaba hablar con Christian, cuando ingreso los chicos me saludan con alegría, me dirijo directamente a la oficina del director, sin antes pasar por ningún otro lugar.

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