Capitulo VI - La Gran Noche (Parte 2)

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-¡Charlie! ¿Qué demonios haces? -gritó Vaggie con cólera-. ¡Y tú, cabrón, aléjate de ella!

Alzando su lanza angelical hacia el cuello de Alastor, este ni se inmutó; en cambio, le lanzó una sonrisa burlona.

-Tranquila, querida -dijo Alastor con voz melodiosa y un poco arrastrada-. Solo estábamos disfrutando de un pequeño baile.

Charlie, con las mejillas enrojecidas y la cabeza un poco confusa por el alcohol, intentó calmar a su amiga.

-Vaggie, no pasa nada. Solo... estábamos... -balbuceó, sin poder terminar la frase.

La tensión era palpable, y justo cuando parecía que la situación se iba a descontrolar, un estruendoso ruido se escuchó desde la planta baja. Vaggie, Charlie y Alastor se miraron, y sin mediar palabra, se dirigieron apresuradamente hacia el origen del sonido.

Al llegar al vestíbulo, la escena era caótica. Husk estaba defendiendo a Ángel de los ataques de Valentino. Ángel, con la ropa hecha jirones y el rostro marcado por la desesperación, intentaba refugiarse detrás de Husk, quien rugía como un león enfurecido.

-¡No te metas con él! -gritó Husk, lanzando una botella vacía hacia Valentino.

-¡Ah, mira quién decidió defender lo indefendible! -se burló Valentino, esquivando la botella con facilidad.

Alastor, tambaleándose ligeramente por el alcohol, avanzó hacia Valentino con una expresión de disgusto.

-No me gusta que se metan con mis juguetes -dijo Alastor, su voz resonando con un tono amenazante.

Valentino rió despectivamente y se preparó para atacar, pero antes de que pudiera hacer algo, Alastor invocó sombras y tentáculos que surgieron del suelo, enredando a Valentino y tratando de inmovilizarlo.

-¿Así que quieres jugar sucio? -gruñó Valentino, luchando contra las sombras.

Desplegando sus enormes alas, Valentino batió con fuerza, creando una ráfaga de aire que dispersó las sombras y empujó a Alastor hacia atrás. La ráfaga fue tan poderosa que algunos muebles se volcaron y los cuadros de las paredes cayeron, estrellándose contra el suelo.

En ese momento, Vox y Velvet, viendo a su aliado en peligro, decidieron intervenir. Vox, con una risa maliciosa, envió una ráfaga de cables electrificados hacia Alastor, que apenas logró esquivar. Los cables chisporroteaban con una energía letal, y el aire se llenó del olor a ozono. Velvet, por su parte, lanzó una andanada de cuchillas que hicieron que Husk se replegara momentáneamente, sus cartas desviando los proyectiles metálicos que se incrustaban en las paredes.

-¡Alastor, cuidado! -gritó Charlie, viendo cómo los cables de Vox se acercaban peligrosamente.

Alastor, con una mirada furiosa, intensificó su control sobre las sombras. Estas crecieron y se multiplicaron, envolviendo a Vox y a sus cables en una marea oscura. Las sombras se retorcían y se entrelazaban con los cables, luchando por el dominio. Sin embargo, los ataques combinados de Vox y Valentino comenzaban a ponerlo en desventaja.

Velvet, lanzando cuchillas desde la distancia, trataba de mantener a Rosie y Zestial a raya. Pero Rosie, esquivando con agilidad, logró acercarse y golpear a Velvet, haciendo que retrocediera con un grito de dolor. Valentino, al ver a Velvet en problemas, se lanzó hacia ella, usando sus alas para crear otra ráfaga de aire que derribó a Rosie y a Zestial momentáneamente.

-¡No dejaremos que te salgas con la tuya, Valentino! -rugió Husk, su voz llena de determinación, mientras atacaba a Vox con furia.

Husk, con un movimiento rápido, lanzó una serie de cartas afiladas hacia Vox. Las cartas se movían con una precisión letal, cortando a través de los cables electrificados de Vox y desorientándolo momentáneamente. Con cada lanzamiento, Husk demostraba su destreza, manteniendo a Vox a la defensiva.

La Maldición de tu Amor (Charlastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora