El ambiente en el salón oscuro se volvió opresivo, como si el mismo aire se espesara con cada segundo que pasaba. Los reflejos distorsionados en los espejos comenzaron a separarse de las superficies, deslizándose hacia adelante hasta que rompieron completamente la barrera de vidrio y se materializaron en el espacio real. Charlie sintió un nudo en el estómago cuando vio cómo esas figuras sombrías, sus miedos personificados, avanzaban hacia ellos.
Alastor observó en silencio cómo su propio reflejo, ahora independiente, lo miraba con una sonrisa torcida. Esta versión de él mismo no tenía la compostura habitual; sus ojos brillaban con una locura incontrolable, su postura era desgarbada y su apariencia desaliñada. Lo que más le inquietaba era la sensación de fragilidad que emanaba de esta figura, una debilidad que él mismo había jurado nunca mostrar.
—¿Realmente crees que puedes mantener el control para siempre? —susurró la figura con una voz que resonaba como un eco en la mente de Alastor—. ¿Qué harás cuando tu poder te falle, cuando te des cuenta de que no eres más que un simple monstruo atrapado en su propia jaula?
Alastor intentó ignorar esas palabras, pero la imagen de sí mismo avanzó un paso más, acercándose con una velocidad perturbadora. Justo cuando estaba a punto de enfrentarse a su otro yo, una sombra cubrió la escena, y Alastor comenzó a desvanecerse. Charlie sintió un pánico repentino cuando lo vio desmaterializarse, como si su esencia estuviera siendo borrada de la realidad, pero su mano seguía aferrada a la de ella, palpable y cálida.
—¡Alastor! —gritó Charlie, tratando de mantener el contacto visual con él, aunque sus ojos rojos se desvanecían en la oscuridad—. No te vayas...
—Sigo aquí, Charlie... —la voz de Alastor resonó en su mente, pero sonaba más distante, como un eco de un lugar muy lejano—. Recuerda, todo esto es una ilusión... un juego macabro...
Pero Charlie no tuvo tiempo de responder; su propio reflejo, ahora liberado del espejo, se abalanzó sobre ella. Esta versión de sí misma era más oscura, con ojos llenos de desesperanza y amargura. Su semblante optimista se había transformado en una mueca de tristeza.
—Nunca lograrás redimir a nadie, ¿verdad? —dijo su reflejo, su voz cargada de una certeza amarga—. Todo este esfuerzo... todos tus sueños... son solo una ilusión. Nadie cambiará en este lugar, y tu esperanza solo te llevará a la ruina.
Charlie retrocedió, tratando de escapar de las palabras que sabían exactamente dónde golpearla. No quería creerlo, pero en el fondo de su mente, ese temor siempre había estado allí, esperando el momento para salir a la superficie. Sentía que su mano se aferraba con más fuerza a la de Alastor, como si él fuera su única ancla en medio del torbellino que se desataba a su alrededor.
Mientras tanto, Ángel Dust observaba con horror cómo su propio reflejo se materializaba. Era una versión de sí mismo rota, con los ojos apagados y las marcas de abuso claramente visibles. Este reflejo estaba encadenado, arrastrando grilletes que resonaban en el suelo con cada paso que daba.
—Nunca serás libre, Ángel —dijo la figura, su voz cargada de desprecio—. Siempre serás lo que Valentino te hizo: un objeto, una herramienta, algo para ser usado y luego desechado. Nadie te aceptará por lo que realmente eres, solo verán lo que él creó.
Ángel sintió que sus piernas temblaban, queriendo gritar, pero las palabras se ahogaron en su garganta. El miedo lo paralizaba, lo obligaba a enfrentar la realidad de su propia fragilidad, de lo que él temía más que nada: ser atrapado para siempre en la red de Valentino, incapaz de ser alguien más que lo que otros veían en él.
Husk, por su parte, se enfrentó a una versión de sí mismo que emanaba una soledad profunda. Este reflejo llevaba una botella de licor en una mano, mientras que con la otra lanzaba fichas de póker al aire, las cuales desaparecían antes de tocar el suelo.
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La Maldición de tu Amor (Charlastor)
RomantizmDespués de la guerra contra los exorcistas y la remodelacion del Hotel, Charlie y los demás integrantes del staff se preparaban para la reignaguracion Sin embargo, surgió una nueva amenaza de las profundidades: un ser misterioso y formidable que po...