CHAPTER 22

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Las clases habían concluido finalmente así que después de esa dolorosa charla con Jimin, no volvió a saber de ella. Minjeong se sentía destruida pero aún así estaba preocupada. No dejaba de pensar en el quejido de la mayor cuando fue a darle un abrazo y eso le atormentaba. Sabía que la vida de Karina era complicada pero no tanto como para que la maltraten, ¿O si?

Era sábado y Minjeong una vez más sentía un gran dolor en su pecho e inevitablemente las palabras de Giselle se repitieron en su cabeza "ve al médico o te mato yo", soltó una pequeña risita amarga y luego respiró hondo tratando de organizar sus ideas en ese momento. Se sentó en el borde de su cama y comenzó a jugar con sus manos sintiendo tristeza al ver estas porque aunque no estaban lastimadas, sus dedos si lo estaban porque siempre se arrancaba la piel de esa zona sin ser consciente pero era producto del estrés y la ansiedad.

Luego del rechazo que recibió por parte de Jimin comenzó a cuestionarse qué estaba mal con ella y el pensamiento intrusivo de "¿Qué pasaría si fuera hombre?" No dejaba de atacarla pero también debía hacer dos cosas más y esas eran; quitarse el peso de encima y decirle a su madre sobre su orientación y la otra era pedir ayuda para que la llevaran al doctor. Quería decirle a su madre sobre su orientación porque quería demostrarle a Jimin que iba con todo incluso si eso significaba estar mal con su familia, ella quería hacer feliz a Yoo Jimin.

Después de reunir todo el valor necesario porque una vez más puso a su primer amor por encima de ella misma, decidió decirle a su madre que por favor la acompañara a su habitación para poder hablar a solas. Aunque había reunido el valor, estaba muerta de miedo y sabía que todo podía salir mal pero quería demostrarle a Jimin que ella iba en serio. Ambas tomaron asiento en el borde de la cama y Minjeong comenzó a jugar con sus dedos.

-Debo... Debo decirte algo. -La mirada intensa de su madre no le ayudaba en nada y solo podía repetirse las palabras de sus mejores amigas dándole ánimos y eso le ayudaba un poco. -Pero es difícil decirlo en voz alta.

-¿Es algo malo? -Preguntó Taeyeon con voz suave pero manteniendo la distancia.

-Yo... Es que... -Seguía jugando con sus dedos sin mirar a la mayor. Tomó aire, lo expulsó y se atrevió a decir. -No me gustan los chicos. -Levantó la mirada y para su sorpresa su madre parecía tranquila.

-Es normal, apenas vas a cumplir 17 años. No a todas las chicas le gustan los chicos a esa edad. -Dijo tranquilamente sin comprender a lo que realmente se refería su hija.

-No, mamá. No es eso, es que... Me gustan... Me gustan las chicas. -Una vez más, Minjeong estaba esperando los gritos que nunca llegaron sin embargo lágrimas caían de su rostro.

-Eso no es cierto, te conozco, eres mi hija. Nunca me cuentas nada pero eso no significa que no te conozca y sé que esto no es verdad. Tal vez solo es confusión. -Explicó calmadamente como si Minjeong tuviera problemas de retención.

-Te estoy diciendo la verdad. Siempre ha sido así y no va a cambiar. -Lagrimas y mocos bajaban por el rostro de Minjeong pero aún así siguió hablando. -Me gusta mucho una chica... Me gusta desde hace tiempo.

-Es normal sentir admiración por otras personas y este es tu caso. No te gusta amorosamente solo es... Admiración. -La negación de su madre era bien esperada por la menor al igual que gritos y golpes que no pasaron sin embargo, Taeyeon continuó. -Además, esa vida es una mala elección y te digo, Minjeong. Todos los órganos pueden enfermarse y el cerebro no es la excepción. -La pequeña la miró con dolor en sus ojos entendiendo lo que su madre le quiso decir. -Las personas que eligen ese mal camino están enfermos y nunca serán felices. -Lo poco que de verdad quedaba de Minjeong se había ido en ese momento pero lo peor vino después. -Si eliges hacer tu vida de esa forma entonces olvídate de que somos tu familia, te quiero lejos y que no vuelvas nunca más. Algún día entenderás el enorme error de elegir esa vida tan mediocre. -No salieron más lágrimas, no pudo seguir llorando, ¿Su madre acababa de echarla de su vida por ser quien era? -Pero estás a tiempo... Podemos ir al psicólogo o ir a la iglesia, todo esto es por el trauma que sufriste cuando tú papá se fue. -Minjeong dejó de escuchar.

No supo cuánto tiempo pasó pero su madre ya no estaba y sin embargo lo último que recuerda fueron sus palabras "No le digas a nadie sobre esto" sin saber que acababa de encerrar a una destruida Minjeong para siempre. El daño estaba hecho y aunque esperaba golpes, los prefería mil veces antes que saber que le daba tanto asco a su madre como para desecharla así sin más.

Se hizo bolita en su cama sin decir nada, sin hacer nada. Se sentía vacía y solo estaba aquel constante dolor cargado de agonía. ¿Realmente merecía eso? ¿Había sido tan mala persona a su corta edad? ¿Esto era ella? No sabía si despertaría de nuevo pero de algo si estaba segura; estaba muriendo en vida.

Ignoro a sus amigas y tampoco se dedicó a hacer música, simplemente se quedó en su cama sin comer ni dormir, no lloraba y no expresaba nada. Algo debía estar realmente mal con ella para que todo resultara así y ahí en ese agujero lleno de vacío cruzó aquel pensamiento por su mente, el pensamiento que cargaría por el resto de sus días: "Si no eres suficiente para nada ni nadie, ¿Por qué no te mueres de una vez?"

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora