¿Qué pasa cuando la realidad dista de ser como pensamos? ¿Qué pasa cuando la lógica no explica todo lo que sucede?
- Adaptación a los personajes de Naruto
- Protagonistas Naruto y Hinata
- La historia imágenes y personajes no me pertenecen, créditos...
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Shino Aburame, no hizo ningún intento de negar esa afirmación. Esta vez eran sus ojos negros los que brillaban, burlones, y en el mismo tono, amable y pedagógico, que utilizaría un profesor para explicar un sencillo problema de matemáticas a un niño pequeño y un poco tonto se dirigió al inspector.
—Mi querido inspector Uzumaki. Ahora es usted el que desvaría. Hinata es amiga mía y jamás haría nada que pudiera hacerle daño. ¡De ninguna manera! Además, ¿Dónde cree que la escondo? ¿Aquí en mi casa? —hizo un gesto con los brazos que abarcó lo que había a su alrededor.
—No es un mal lugar, aquí hay sitio de sobra para esconder a varias personas —Naruto le devolvió la mirada, impertérrito.
—Supongo que si hubiera traído con usted una orden de registro ya me la habría mostrado —Shino le miraba con aires de gato que está dispuesto a jugar con el ratón, pero solo hasta que este empiece a aburrirle.
—En efecto, no tengo ninguna orden —Naruto extendió las palmas vacías hacia arriba y continuó hablando con calma—: Pero imagino que, tratándose de un buen amigo de la señorita Hyūga, a la que conoce desde hace tanto tiempo, no tendría ningún inconveniente en enseñarme su casa.
El hombre frente a él lo miró de arriba abajo con expresión pensativa y, finalmente, asintió sin tratar de reprimir la mueca maliciosa que asomó a sus labios.
—Muy bien, por mí no hay inconveniente. Usted primero, inspector —dijo Aburame, con una elegante inclinación de cabeza.
Tardaron bastante en recorrer la casa en la que el único rastro de la presencia de Hinata que encontró el inspector fue un pequeño retrato suyo al carboncillo en el fastuoso dormitorio principal. Tres de las paredes de la habitación eran de cristal, de forma que el cuidado jardín pasaba a convertirse en un espectacular cuadro viviente.
La enorme cama en el centro de la habitación, cuyo cabecero hacía las veces de mesillas de noche, era el único mueble visible. Los armarios estaban integrados en la única pared que no era de vidrio de un modo tan perfecto que resultaban casi invisibles. Era como si Shino Aburame se acostara todas las noches en mitad de la naturaleza.
Naruto cogió el pequeño marco y lo examinó con curiosidad. A pesar de los trazos monocromos y sencillos, una Hinata de sublime belleza lo miraba desde el papel, con esa luz tierna que a veces aparecía en sus enormes ojos perlas, que tenía el poder de derretirlo en menos de dos segundos. Le costó arrancar los ojos del retrato y dirigirlos hacia el hombre que permanecía en silencio a su lado.
—Parece que le gusta la señorita Hyūga, ¿no? Es una mujer muy bella.
Por primera vez, Shino pareció perder un poco de su sangre fría y, con un movimiento algo brusco, le arrebató el marco y lo volvió a dejar en su sitio, como si no pudiera resistir que lo tocara alguien que no fuera él. El inspector tomó nota de su comportamiento, trazando planes en su mente sobre la manera de utilizarlo más adelante.