Dos mejores amigos tan distintos entre sí se enamoran del mismo chico.
¿Qué podría salir mal?
"¿𝘕𝘰 𝘮𝘦𝘳𝘦𝘻𝘤𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰?"
"𝘰𝘫𝘢𝘭á 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘵𝘳𝘢𝘨𝘢𝘯𝘥𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰...
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Un mes había pasado y por fin el equipo oficial de la escuela estaba en su primer partido intercolegial. Los tres primeros 10 minutos habían pasado volando con una falta a favor de su equipo, y no era algo de lo que realmente estuvieran felices. Una de los jugadores del equipo contrario no midió su fuerza y terminó empujando a Jaehyun fuera de la cancha haciéndolo rodar, el joven decidió no seguir jugando por el gran impacto que tuvo aquel empujón en su cadera, así que tuvieron que meter a un suplente lo más pronto posible.
Heeseung estaba estresado, el equipo se veía desalineado y no sabía qué hacer para lograr ganar, el partido se veía demasiado ajustado con un recuento de 24 - 20 a favor del equipo contrario. Estaban atrasados por cuatro puntos y heeseung tenía que pensar con rapidez su próxima técnica. El cuarto y último tiempo ya había sido avisado, escuchó algunas de las porras que venían desde las bancas que solo pudieron generarle estrés, la bulla no había sido nunca algo que disfrutara.
– ¡Eu, todos acá! - Llamó a su equipo. – No piensen en lo que planeamos, si pueden anotar anoten no me importa en qué posición de mierda estén ¿Entendido?
– Entendido. - Dijeron los demás al unísono.
– Entonces a jugar.
El árbitro los llamó a la cancha y los cinco de los chicos corrieron a sus posiciones, menos Heeseung y el pequeño castaño.
– Amor... ¿Estás bien?
– Estoy hirviendo de la rabia, Jake. Jaehyun se tuvo que ir por una maldita falta y-...
– Para, ganaremos. No te preocupes.
Jake le dió una pequeña caricia disimulada en su barbilla sacándole una pequeña risa.
– Vamos.
Cuando todos los jugadores estuvieran acomodados en sus lugares el juego comenzó con la señal del árbitro. Heeseung saltó y robó el balón con facilidad, calculó los movimientos de sus contrincantes con velocidad en busca de anotar aunque uno de ellos se le adelantó y le robó el balón. El juego siguió así por un rato hasta que Sunghoon logró anotar, sumandoles 2 puntos. Celebraron lo poco que pudieron y volvieron al juego, el reloj marcaba un minuto para anotar y se veía complicado, Heeseung rebotaba el balón y corría con agilidad, bloqueando y esquivando pero no era lo suficientemente como para anotar. Necesitaban un tiro largo y a Heeseung nunca se le dió bien aquellos tiros, con el balón en manos y el sonido del reloj anunciando la pronta derrota lo único que pudo ver en ese momento era al castaño que estaba solo en el marco de tres puntos, si no podría anotar él entonces ¿quien más?
– ¡Jake, atrás!
Pasó el balón al chico quien con rapidez lo tomó y movió sus pies como un profesional dando un tiro largo. El tiempo pasó cómo cámara lenta en el momento en el que el fin del partido se había anunciado y el balón había entrado en la canasta.
