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El cielo todavía estaba oscuro, apenas una poca luz mostraba la llegada del amanecer. Sunoo salió de la cabaña con pasos sigilosos, cuidando cada movimiento para no hacer el más mínimo ruido. Sus ojos se adaptaron rápidamente a la poca luz mientras avanzaba hacia la puerta. Jake y Heeseung dormían profundamente, sus cuerpos enredados en las sábanas, ajenos a todo lo que ocurría a su alrededor. Parecían momias envueltas en un sueño tan profundo que nada podría despertarlos. Sunoo contuvo la respiración y aprovechó la oportunidad de escabullirse sin ser visto.

Con su chaqueta de plumas cerrada hasta el cuello, una bufanda gruesa alrededor de su cuello y un gorro de lana que cubría sus orejas, se preparó para salir al frío. El aire helado le golpeaba el rostro, pero no tenía tiempo que perder. Caminó sobre el suelo cubierto de piedras con pasos precisos y ligeros, el silencio del lugar era casi inquietante, solo interrumpido por el crujido de las piedras bajo sus pies. Una nube de vapor salía de sus labios a cada respiración, mientras un ligero temblor recorría su cuerpo, no solo por el frío, sino también por la tensión que lo invadía. Sin embargo, su determinación lo empujaba a seguir adelante.

A medida que avanzaba, su mente no dejaba de repasar los eventos de los últimos días. Un secreto que él se encargaría de desenmascarar. La camioneta blanca que esperaba en la distancia era una visión familiar, pero no por ello menos inquietante. Sunoo aceleró el paso, sintiendo que el tiempo se le escapaba entre los dedos. Llegó a la camioneta, su corazón latía con fuerza, y sin dudarlo, abrió la puerta y se deslizó en el asiento del copiloto.

Dentro del vehículo, el aire estaba denso, casi asfixiante. Sunghoon lo miraba con una intensidad que hacía que el ambiente pareciera aún más pesado. Sus ojos oscuros estaban fijos en Sunoo, como si intentara leer sus pensamientos, descifrar los secretos que guardaba. Pero Sunoo no mostró ninguna emoción, su rostro era una máscara impenetrable, su mente estaba ocupada por un único propósito: acabar con todo lo que lo había atormentado ese año.

—¿A dónde iremos? - preguntó Sunghoon, su voz era suave pero cargada de curiosidad, o tal vez era otra cosa, algo que Sunoo no podía descifrar del todo.

Sunoo giró la cabeza para mirarlo. Sus ojos eran fríos, distantes, como si su mente estuviera en otro lugar, muy lejos de aquella camioneta.

—A Uiwang. - respondió, su tono era firme, sin vacilaciones.

Sunghoon asintió lentamente, arrancó el motor y comenzó a conducir hacia el destino que cambiaría todo.





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La brillante luz del día se filtró a través de las cortinas, penetrando suavemente en la habitación y despertando a Jake de su profundo sueño. Parpadeó varias veces, desorientado, hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz. Al girarse en la cama, su mirada se posó en Heeseung, quien descansaba a su lado con una expresión de paz absoluta. Jake sintió una cálida ola de ternura al ver a su novio dormir tan plácidamente, su respiración lenta y rítmica. Sin poder contenerse, se inclinó hacia él y empezó a dejar pequeños besos en su rostro, desde la frente hasta las mejillas, dándole así los buenos días.

Heeseung murmuró algo incomprensible, frunciendo el ceño al sentir la interrupción de su sueño. Pero al abrir los ojos y ver a Jake sobre él, su expresión se suavizó, y una sonrisa perezosa apareció en su rostro.

—Jake... - susurró, su voz aún ronca por el sueño.

Jake sonrió ampliamente, sus ojos brillando con cariño mientras lo observaba.

¿left or right? -heesunjake- AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora