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Por fin había llegado el tan esperado viaje de prom, un evento que había mantenido a todos los estudiantes en ansiedad durante semanas. La anticipación se sentía en el aire, cargada de nerviosismo y emoción mientras los estudiantes se preparaban para las dos semanas que pasarían lejos de la ciudad. Durante este tiempo, serían responsables únicamente de sí mismos, y esa perspectiva generaba una mezcla de inquietud y entusiasmo en cada uno de ellos.

Los autobuses estaban listos, con las puertas abiertas de par en par, esperando para recibir tanto a los estudiantes como sus maletas. Sin embargo, ninguno de ellos parecía estar completamente decidido a dar el paso hacia el interior. Los nervios los devoraban desde adentro, como un monstruo invisible que susurraba dudas al oído.

–¿Protector solar? ¿Spray para los mosquitos? ¿Seguro que llevas el desodorante...? - preguntó una voz con un tono insistente, llena de preocupación maternal.

– ¡Ya, amor! Lo llevo todo, no te preocupes.- respondió Jay, sonriendo con indulgencia hacia su novio, que aún no parecía satisfecho y seguía lanzando preguntas cada pocos segundos, como si fueran necesarias para calmar sus propios nervios.

Un poco más lejos, Riki observaba la escena con una expresión relajada en el rostro. Su actitud despreocupada contrastaba con la tensión a su alrededor.

– Están demasiado alterados. Yo con un jumper resuelvo para el frío. - comentó, levantando su mochila ligera que parecía contener poco más que una camisa y unos jeans.

Sunoo rió ante la aparente simpleza de Riki. – Sí, Nishimura, pero no todos somos unos asquerosos como vos.

– La vida hay que vivirla así, desprevenidos. - replicó Riki con un encogimiento de hombros, como si esa fuera la única forma de enfrentar lo desconocido.

Sunoo rodó los ojos, aunque una sonrisa divertida se asomó en su rostro. Caminó un poco más lejos, acercándose a Jake, quien se encontraba soportando una serie de instrucciones interminables de su madre.

– Comunícate con nosotros siempre, Jake. Y cuídate, sabes a lo que me refiero... - decía la mujer, con el tono cargado de cariño y preocupación típica de una madre.

Jake bufó, intentando esconder su incomodidad. – No hay necesidad de ello, debo irme ya.- respondió, cortando la conversación con impaciencia.

La mujer sonrió, acariciando la mejilla de su hijo con delicadeza antes de dejarlo partir. Jake, con la maleta en una mano, echó un vistazo a su alrededor hasta que sus ojos se encontraron con los de su novio, Sunoo. Este le sonreía con ese afecto cálido que siempre le brindaba consuelo y certeza. Jake correspondió la sonrisa, apresurando el paso para alcanzarlo y robarle un pequeño beso en los labios.

– Hola, mi loli.

– Holi, mi amor. ¿Traes todo? - preguntó Sunoo, observándolo con una mezcla de curiosidad y diversión.

Jake vaciló un momento, lo que provocó que Sunoo lo mirara con una advertencia juguetona. – Cualquier cosa, te tengo a ti para que me prestes todo, ¿cierto? - dijo Jake con un guiño, intentando calmar cualquier preocupación.

Sunoo suspiró, pero no pudo evitar sonreír. – Todo lo mío es tuyo, Jakey. - afirmó, sintiendo una mezcla de amor y complicidad que siempre lo rodeaba cuando estaba con Jake.

Jake asintió, satisfecho con la respuesta, y dejó otro beso en los labios de Sunoo antes de alejarse para guardar su maleta y saludar a algunos amigos. Sunoo lo observó alejarse, una sonrisa en los labios y los brazos cruzados sobre el pecho.

– Es una locura. - dijo una voz detrás de él, sorprendiendo a Sunoo.

Sunoo se giró rápidamente, su expresión incrédula. – ¿Heeseung?

¿left or right? -heesunjake- AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora