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Sentía que su cabeza explotaría, como si mil agujas le atravesaran el cráneo; el dolor era casi inhumano, pulsante y constante. La situación vivida el día anterior lo había dejado completamente agotado, tanto física como mentalmente. Los eventos se repetían en su mente como una película interminable, reviviendo cada palabra dicha, cada mirada lanzada, cada momento de tensión. Y aun así, a pesar del cansancio que lo invadía, sabía que tenía que reunir el coraje para hablar con Heeseung, enfrentar lo inevitable.

Con un suspiro pesado, estiró la mano hacia la mesa de noche, donde su celular descansaba. Sus dedos temblorosos lo sujetaron con torpeza, y encendió la pantalla para ver la hora, tratando de ignorar el eco persistente del dolor en su cabeza. Sin embargo, algo captó su atención: una notificación de un chat. Era de Jake. Por un instante, se quedó mirando la pantalla, dudando si debía abrir el mensaje.

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Sunoo soltó un suspiro al ver el mensaje en la pantalla de su celular.

Mierda, estoy solo en esto.  Pensó con resignación. Se levantó de la cama, sintiendo cada músculo de su cuerpo protestar por el esfuerzo. Necesitaba una ducha. Había pasado tanto tiempo levantándose tarde y evitando a sus compañeros de cabaña que los días comenzaban a fundirse en una monotonía interminable, cada vez más lentos y pesados.

Ese día, sin embargo, tenía una sola idea en mente, una misión clara. Tomó el celular y le escribió a Jaemin, preguntándole dónde estaban todos. La respuesta llegó rápidamente: estaban en el río, junto a Heeseung.

Sunoo se vistió con prendas cómodas para el calor sofocante del día. Tomó unos lentes de sol y, tras un último vistazo al espejo, se dirigió al bosque. El camino hacia el río estaba rodeado de árboles frondosos, y el aire era fresco y húmedo, con el murmullo distante del agua. Al llegar, se detuvo a observar la escena frente a él: todos estaban en el agua, riendo y jugando con una despreocupación contagiosa. Competían en juegos tontos, se rociaban con pistolas de agua, y en medio del río flotaban inflables que parecían sacados de una feria.

Sunoo no pudo evitar sonreír ante la alegría que irradiaban. Sin embargo, sus ojos buscaron inmediatamente a Heeseung, quien se encontraba un poco más alejado de los demás, sentado en la orilla con las piernas abrazadas, observando a sus amigos divertirse sin ninguna expresión en su rostro. Sunoo notó cómo su mirada era profunda, como si sus pensamientos estuvieran en otro lugar, tal vez perdidos en el recuerdo de lo que había pasado con aquella chica dueña de sus tormentos.

Decidido, caminó hacia Heeseung, sus pasos ligeros sobre la hierba húmeda. Se detuvo detrás de él y suavemente apoyó sus manos en sus hombros, sintiendo cómo el cuerpo del chico se tensaba al no haber notado su presencia.

—¡Sunoo! Amor, me asustaste... - dijo Heeseung, riendo tímidamente mientras se relajaba. La risa de Sunoo fue apenas un murmullo.

—Perdón. - murmuró Sunoo, tomando asiento a su lado, tan cerca que sus rodillas se rozaban.

¿left or right? -heesunjake- AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora