1

562 57 2
                                    

Pepa no era una persona que se enfermara fácilmente, era algo demasiado raro. Sin embargo, ahora estaba en el baño de su casa, vomitando la cena. Se sentía horrible.

—Oye Karnal, creo que lo mejor es que no vayas mañana a la despedida de Don Esteban—Salomon hablo, viendo a Pepa lavarse la boca.

—No, ya quede. No puedo faltar, Salomón—se seco con cuidado la boca, para después acercarse a su hermano—Estoy seguro de que solo es por los nervios o algo así.

—Bueno, si tu lo dices—Salomon le resto importancia a la situación.

Pepa se quedo parado por un instante, se sentia mareado. Trato de recordar todo lo que comio en el día, nada fuera de lo común. Era un malestar simple, tomaria una pastilla y regresaria a la normalidad.

Se dirigió a la cocina sacando una pastilla de paracetamol, sirvió un vaso de agua y se paso la pastilla. El malestar bajo un poco y regreso a la cama para continuar durmiendo.

—Solo espero que mañana no vomites en el camino—escucho a Salomón susurrar.

—Ya estoy bien, Salo.

Las horas de sueño no parecieron ser suficientes para Pepa, se despertó con la cara pálida y otras horribles náuseas que lo llevaron a pensar que tal vez lo que tenia era mucho más grave de lo que pensaban. Su madre también le dijo que no fuera con Esteban, pero se negó.

Todos llegaron, Pepa logro sentirse mejor para ayudar a subir las cosas. Tomo una hielera, camino un poco con esta pero comenzó a sentir que el piso se movia. Se detuvo y dejo la hielera en el piso, tratando de estabilizarse.

—Pedro Pablo, ¿qué paso?—Bosco se paro a un lado de el, mirándolo con preocupación.

Pepa respiraba lentamente, esperando que con eso dejara de sentirse mareado.

—Me mareé un poco—Pepa se levantó y volvio a tomar la hielera.—Ya estoy bien.

Bosco se quedo un momento parado, hasta que reaccionó y alcanzó a Pepa. Le quito la hielera de las manos.

—Mejor me la llevo yo, no quiero que te vayas a desmayar—ignorando los reclamos de Pepa se fue para dejar la hielera en la camioneta.

Pepa sabia que algo no estaba bien, sin embargo, preferiría no darle importancia a sus problemas y centrarse en lo que haria el día de hoy. Durante el camino en carro, Pepa se sento aun lado de Bosco que le platicaba algo sobre sus prácticas de esgrima. El de verdad queria poner atención, pero el cansancio pudo más y se durmió casi todo el camino.

Bosco lo despertó sacudiendolo ligeramente. El de lentes le sonreía, Pepa correspondió.

Una vez más trato de ayudar a bajar las cosas pero Bosco no se lo permitió, en cambio le hablo a Salomón. Pepa se sentía inútil viendo como todos llevaban algo mientras que el solo caminaba al lado de Bosco.

Podia decir que disfruto todas las actividades, a excepción de una, montar en caballo.

Eso fue terrible, normalmente le habria encantado. En el momento en que el caballo comenzo a caminar sintió que el movimiento era muchísimo y le dieron unas horribles ganas de vomitar. Esteban se dio cuenta de que no estaba bien, le ofreció ir a un doctor. Pepa se negó, diciendo que era por el estrés, algo pasajero.

Bosco en cambió se acerco a el cuando ya iban de regreso, otra vez estaban sentados juntos.

—¿Seguro que estas bien?—le susurro.

—Es por el estrés.

—Esto parece algo más grave.

—¡Dios, Bosco!, ya te dije que estoy bien—Pepa grito, ya harto por que le preguntaran lo mismo. Suspiró y volteo a ver a Bosco, más calmado—Perdon, estoy irritado por que me pregunten lo mismo todo el tiempo.

—Tranquilo—Bosco se acerco para abrazar a Pepa por los hombros. Queria que se sintiera más calmado con ese abrazo, cosa que logró, Pepa durmio todo el camino de regreso.

Minor problems───BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora