—¿Puedes dejarme respirar por un momento?—Pepa casi grita.
Todos se quedaron callados, un poco sorprendidos por el repentino cambio de humor. Actuaron lo más rápido que pudieron. Esteban se retiro de la habitación, sabiendo que una discusión vendría. Eder miraba a los jóvenes, algo confundido. Maria les dijo que lo mejor era que se fueran de la sala. La sala se quedo solo con Bosco y Pepa sentados en el sillon. El más alto sostenia un vaso de agua, que le habia ofrecido a Pepa momentos antes.
Bosco lo miro algo ofendido. Llevaba casi todo el embarazo tratando de ayudar a Pepa, a que no sintiera que el tenia toda la carga. Le llevaba comida, dejaba que durmiera en una sola cama e incluso respondía a cualquier tipo de antojó que tuviera. Al inicio, el rizado recibía gustoso la atención. Luego los cambios de humor, propios del embarazo provocaron que en ocasiones se portara más grosero.
Bosco habia estado hablando con un psicólogo. Queria estar preparado. Pepa también lo hacia, porqué queria dejar de sentir eso que le impedía emocionarse por su hijo.
Hablaron del tema, como pareja. Pepa le comunico a Bosco que sentia que eso le habia arruinado su sueño. El lo entendió, por eso al inicio le ofreció una alternativa, aun así Pepa en ese momento se nego. Ahora estaban envueltos en esa situación.
Bosco se mantuvo callado, tratando de encontrar las palabras correctas.
—Disculpa, solo queria saber si tenias sed.
—No, no tengo sed—respondio secamente Pepa.
—Tranquilo, no tienes que ponerte mal por esto. ¿Necesitas que te ayude con algo?—Bosco seguia manteniendo la calma, hablaba con ternura.
—Necesito... No se, ni siquiera se que quiero—Pepa presiono sus labios, conteniendo las ganas de llorar—no me gusta estar aquí, quisiera poder regresar al barrio y salir a las calles para pintar murales. Extraño a mi madre.
Bosco sintió que su corazón se apretujaba un poco. Sintió sus ojos picar un poco, empático por lo que Pepa le decía. Se acerco para abrazarlo mientras daba pequeños masajes en la espalda del rizado. Pepa sollozaba, mientras seguia murmurando cosas que extrañaba.
El rizado hablaba como si eso fuera de años, como cuando un adulto recordaba su niñez. Todo eso era muy apresurado, no estaban preparados psicológicamente para esto. Tenian que aprender a ser buenos padres en menos de tres meses. Bosco también sentia la presión, en menor cantidad ya que el no llevaba al niño.
—Se que esto es complicado... No podemos hacer nada para cambiarlo—tomo la cara de Pepa entre sus manos, limpiando con su pulgar sus lágrimas—Pero no estas solo, estoy aquí para apoyarte. Nuestras familias nos apoyan.
—Casi toda tu familia—corrigió Pepa. Se enderezó limpiando con el dorso de su mano el resto de lagrimas—Tu abuela aun me ve como un fenómeno.
—No es así—Bosco lo entendía. Sunque su abuela dijera que lo entendía, aun se le dificultaba demostrarlo. No trataba mal a Pepa, aun así, con una mirada le quedaba claro que no le agradaba.
—Incluso para los niños soy un fenómeno.
—Es algo nuevo para ellos, no lo entienden—Bosco acomodó un mechon de cabello detras de la oreja de Pepa, tratando de consolarlo.
Pepa se levantó, dando fin a la conversación. Murmuro un "buenas noches", caminando hacia las escaleras. Bosco lo miro hasta que lo perdio de vista, inmediatamente se escucharon otros pasos.
—Bos, compre esto, ¿crees que le guste a Pepa? El me pidio unas galletas, pero no me dijo de cuales queria...—Gala le entrego un paquete de galletas. Bosco las sostuvo un momento, sin prestar atención a lo que su hermana decía.
¿De qué otra forma podia ayudar a Pepa? Creia que hablarle amablemente, haciendo cosas por el y acompañarlo todos los días lo haria sentir más en calma. Escucharlo llorar por qué queria regresar a su vida de antes le hizo pensar que tal vez no era buena idea todo esto. Abrió el paquete de galletas, comenzando a comer. Queria que Pepa se sintiera más feliz con todo esto. Entonces le llego una idea: irse a vivir a la casa de los Roble.
Pepa se quejaba por qué extrañaba a su madre, entonces podia regresar con ella. Ahora que Paz estaba viviendo en la casa de su papá tenian un cuarto libre. Seria solo hasta el final del embarazo, luego veria que podia conseguir. Hace tiempo habia comenzado a trabajar medio tiempo en la empresa de su padre, no hacia mucho. Sacaba copias, llevaba papeles. Le pagan poco, pero sabia que con ayuda de su papá podia rentar algo.
—Ahorita vengo, Gala—se llevo las galletas. Gala lo miro confundida, ni siquiera respondio su pregunta.
Bosco subio las escaleras lo más rápido que pudo, y toco la puerta de su cuarto. Pepa le dio permiso para entrar y el entro con una sonrisa en el rostro. El rizado dejo su libro de lado para mirarlo.
—Tengo una idea, puede que te guste—se aventó a la cama, ignorando la queja de Pepa.
—Aja
—Vamos a vivir con tu mamá.
Silencio. Pepa no demostró ninguna expresión. Lo veia, buscando algún indicio de que lo que Bosco decia fuera una broma.
—¿Enserio?
—Si, podemos pasar los próximos meses ahí. No es mucho mi ambiente, pero puedo adaptarme—Bosco le sonrió, entusiasmado.
—¿No te molesta que mi hermano esté ahí?
—Me cae un poco mal Salomón. Aun así, puedo soportarlo.
—¿Por unos meses?—Pepa cuestiono, aun sin creer lo que Bosco le decía.
—Creo que si.
Entonces finalmente la expresión de Pepa cambio a una sonrisa. Le pidió a Bosco que se acercara para darle un pequeño beso en los labios, alegre por la idea.
Todo sea por complacer a Pedro Pablo.
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Minor problems───Bospa
Fanfiction❝Pepa y Bosco tienen problemas, pero este parecia ser mucho más que un problema❞ ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ ━ Bosco x Pedro Pablo ━ M-preg