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Podia decir que era un flojo, pero realmente se le complicaba mucho cargar con el peso de su vientre. Tenia 7 meses de embarazo, no podía más.

Bosco aun ayudaba en el restaurante, solo que Pepa ahora no se movia casi para nada del asiento del mostrador. El siempre habia sido alguien flaco, entonces soporta el peso de su vientre era algo agotador para sus piernas. Noto como comenzaban a notarse mas sus venas en sus piernas, una consecuencia del embarazo que su madre le comentó.

Hasta cierto punto estaba feliz de que faltara poco para que su hijo naciera, aunque eso no quitaba lo que estaba sufriendo. Ahora entendía más a su tía Paz, tener que cargar a un bebe por nueve meses y que cuando nazca te lo quiten, debia ser horrible.

Ese dia amaneció de mal humor. No durmió bien, el dolor en su espalda era casi insoportable y ahora sus piernas estaban algo hinchadas. Durante la noche, Bosco le quito la cobija y no estaban en la época del año más calida.

Comia un plato de fruta que Bosco, con mucho esfuerzo, le hizo. Tenia un poco de miel esparcido encima y el le agrego limón. Bosco lo miro horrorizado cuando exprimió el limón sobre toda la fruta, no sabia como podia mezclar lo salado con algo dulce. Aun asi, disfrutaba de comer algo así.

—Oye, karnal. ¿Puedes dejar de comerte toda nuestra fruta?—se quejo Salomón. Estaba limpiando las mesas.

—No me estoy comiendo toda la fruta, este es mi segundo plato de fruta picada. No exageres—respondio, agresivamente.

—Dejame probar un poco. Tu novio no quiere darme un plato de fruta—tomo un tenedor y agarro un cacho de fresa. Se arrepintió de inmediato de haberla comido, sabia muy extraña.

Pepa ignoró los gestos de asco de su hermano.

Durante la cena, su tía Paz y su familia vinieron a visitarlos. Bosco hablo animadamente con su hermana, mientras Pedro Pablo respondía algunas preguntas de los niños. Maria era la más emocionada, decia que si era niña podia jugar con ella. Le contó sobre el embarazo de su mamá, era una niña.

El rizado le calmaba un poco ver que los niños eran calmados. Le gustaría que su hijo fuera así, tranquilo y muy alegré. Últimamente tenia mucho tiempo libre, lo ocupaba para imaginar como seria su hijo: podia tener los ojos de Bosco y sus rizos, o tal vez se pareciera por completo a el.

Esteban se acercó a el, algo que puso nervioso a Pepa.

—Pedro Pablo, se que no es el momento, pero ¿han hablado sobre casarse?

Fue un comentario muy incómodo para el. Paz se acerco para decirle que no habia que presionar a los chicos, y logro que se fueran de ahí antes de que pudiera escuchar la respuesta. Nadie mencionó algo al respecto, todos se alistaron para dormir.

Bosco estaba distraído, ayudo a levantar todos los trastes, ofreciendose a lavarlos. Pedro Pablo estaba en el sillon de la sala, tratando de leer un libro. Quería distraer su mente de la pregunta, algo inevitable. Veia a Bosco lavar los trastes y pensaba que esa seria una escena doméstica. Era apresurado, antes ni siquiera pensaba en una relación seria.

—¿Crees que deberíamos hacerlo?—pregunto Bosco. Dejo el último plato y se retiro los guantes, haciendo tiempo para no mirar a su novio.

—No—respondio, secamente. Un pequeño sonido de afirmación salio de la garganta de Bosco. Pepa volvio a hablar—Tal vez... Más adelante.

Finalizó la conversación, yendo a su habitación. Pepa durmio un poco mejor, logro encontrar una posición que no lo lastimara.

Al dia siguiente, el ambiente estaba tenso. La conducta cariñosa de Bosco no cambio, seguia preguntando constantemente a Pepa si necesitaba algo pero no se quedaba con el. De alguna forma, el tema habia logrado incomodarlos. Mireya hablo con Pepa sobre ello. Alegó que todo era presión social, el podia llevar su relación como quisiera.

Entonces decidió olvidar el tema, hablo con Bosco como normalmente lo haria y asi el dilema se arregló, aunque no lo hablaron.

—Bos, ¿Podemos salir a caminar?—Pepa estaba algo extraño.

Bosco dejo lo que estaba haciendo, pidiendo permiso a Lupita para salir un momento. Caminaron un poco por las calles del barrió. Aunque se sentaron en una banca ya que Pedro Pablo no soporto el dolor en sus piernas.

—¿Quieres comer algo?

—No. Queria hablar sobre lo que dijo tu padre...—recargo su cabeza en el respaldo de la banca, mirando el cielo. 

—No tienes que fingir que te gustaría hacerlo, esta bien—Bosco veía a la gente que pasaba.

—Es que, si me gustaría... Pero no ahora, tal vez en uno o dos años—inclino un poco su cabeza, tratando de encontrarle forma a una nube.

—Pensaba lo mismo. Incluso queria tener hijos, pero en unos cuatro años. Parece que nada sale como uno quiere—bromeo. Pepa hizo una mueca, un intento de sonrisa. Era un poco gracioso, pero no podia reirse en este momento.

—Mejor ya vámonos.

Se levantó con cuidado de la banca, entrelazando su mano con la de Bosco.

Necesitaban arreglar muchos problemas.

Minor problems───BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora