Capítulo 48

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  Así como dijo a Esteban, Marcia esperaba ansiosa la tarde siguiente, se sentía una adolescente bajo los efectos febriles de la pasión, se sentía una tonta por ello, ya que no se sentía en edad de sufrir los males de la pasión, aunque la La sensación fue la mejor que sentió en mucho tiempo.

   Las sonrisas tontas y sin previo aviso que aparecían en sus labios al pensar en el moreno que tanto insomnio le provocaba, ya sea por la preocupación ocasional por su bienestar o por los ardientes delirios que la perturbaba incluso en sueños.  El aire de distracción la rodeaba a diario, estaba en su propio mundo, incluso cuando sus hijas peleaban, lo cual era algo normal que ya no tenía el poder de irritarla.  Tenía miedo de quedarse dormida en medio de su dispersión y despertar llamando a Esteban, como ya había sucedido en su casa, extrañaba tenerlo por las mañanas, con la misma sonrisa puntual y mirada jovial.

   Esteban padecía la misma supuesta “enfermedad”, pero en su nuevo puesto en la enfermería no podía darse el gusto de desconectarse del mundo para soñar con los ojos de Márcia llorosos de placer, o con sus roncos gemidos por los que tanto  moria por escuchar.

  Aunque el amor lo había absorbido hasta los huesos, todavía vivía entre extremos en cuanto a su estado de ánimo, se despertaba feliz como un pájaro pensando en lo que le había prometido a Márcia el día anterior, pero al pisar en su nuevo ambiente laboral  y  ver a Iñaki, la ira que tanto le costaba reprimir lo envolvió de tal manera que sus puños se cerraron involuntariamente.

   El rostro todavía muy hinchado y los gestos vacilantes no lo conmovía, el abogado, que podía ver poco debido a la hinchazón de sus ojos, ni siquiera se dio cuenta quién estaba a unos pasos de su cama, Esteban pensó en la suerte que tuvo en no ser castigado y aseguró a sí mismo que no se dejaría llevar por la ira una vez más;  Abrió las manos y pensó que era sólo a tiempo parcial.

- Buenos días.  – Eso fue todo lo que dijo y sólo lo hizo por consideración hacia Rosa, quien estaba distraída contando unas cajas.

   Iñaki reconoció la voz, parecía querer buscar al dueño de la voz, girando la cabeza en todas direcciones, pero lo hizo en vano, no podía ver nada con claridad y solo se estremeció, intentando controlar la ansiedad en su respiración.

- Buen día.  – respondió la enfermera levantándose y dirigiéndose hacia la morena.  – ¿Estás listo para ser mi asistente?  Ya te puedo decir que si le tienes miedo a la sangre, va a ser una etapa infernal, porque es lo que más verás.  – dijo en tono de broma, aunque en el fondo eso era cierto.

- Odio las agujas, odio la sangre y me dan asco las heridas, pero a estas alturas de mi vida me siento capaz de afrontar cualquier cosa.  – suspiró resignado.  -  ¿Qué necesito aprender y hacer?  – fue directo, ya que cuanto más rápido comenzara a trabajar, más rápido se distraería de la ira que le devoraba el pecho.

- Para tu primer día ayúdame a contar algunos suplementos, soy pésima con los números y las hojas de cálculo, tendrás que aprender a hacer vendas, medir la presión, la temperatura y aplicar inyecciones, solo lo básico.  – trató de ser concisa.

- ¡¿Básico?!  Manejar la medicación es menos trabajo, pero de todos modos, ¿por dónde empiezo?  – concluyó resignándose a su condición.

- Las hojas de cálculo son todas tuyas.  – delegó los trámites en el regazo de Esteban, quien suspiró aliviado.

    Aunque no le gustase el ambiente, al menos se sintió aliviado por hacer cosas que ya estaba acostumbrado, revisaba las cantidades y anotaba los datos por separado, pero no sentía el mismo placer que sentía en el despacho con Marcia, no tendría el placer de pedir a la pelirroja que firmé los papeles cuando terminé, pero se resigno a pensar que tenía peores funciones.  Y como lo vaticinó, tenía muchas funciones que a regañadientes intentó aprender, ya que esperaba ser libre pronto, la ansiedad de no volver a poner un pie en prisión lo carcomía en todo momento, ni siquiera en los primeros meses de su condena se  sentió tanta aversión hacia el lugar.

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