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Hace unos dos días Enzo había salido del hospital. La convivencia con Candela venía perfectamente excepto cuando tenían cruces porque ella no le dejaba hacer nada a él tomándose muy enserio la palabra reposo.

Cande dormía en la habitación de invitados, porque si bien ella vivía haciéndole compañía acostados en la misma cama ninguno se animaba a pedirle al otro dormir juntos.

Esa tarde iba a venir la familia de Enzo a visitarlo por lo que cande se encontraba nerviosa cocinando una torta para comer con el mate.

Ella había propuesto dejarlo solo a Enzo con su familia pero el le había insistido en que se quede, que ella también formaba parte de su familia ahora y que todos querían conocerla.

-que estas haciendo?- cande se tenso cuando Enzo la abrazó por atrás y acomodo su cara en su cuello.

-una torta para que comamos algo con el mate- respondió ella fingiendo su vergüenza.

-sos más linda- el le dejo un beso en su cuello y la dio vuelta cuando ella metió la torta en el horno-posta lo digo, no sos perfecta porque no se puede pero si eso existiera vos lo serias-ella se rio por lo tierno que había sonado y unió sus manos detrás del cuello de el abrazándolo pero quedando enfrentados cara a cara.

-sos un tierno- le sonrió ella y sintió que Enzo la atraía hacia el por su cintura.

-y vos sos hermosa-ambos sonrieron y Enzo no pudo aguantar más uniendo sus labios con los de ella en un tierno pero apasionado beso.

No dudo en subirla a la barra para mejor comodidad pero cuando estaban a punto de avanzar más allá ella detuvo el beso.

-tu familia va a llegar en cualquier momento-el bufo y ella se río.

Ambos ordenaron un poco y cuando escucharon la puerta Enzo fue a abrir mientras Cande estaba en la cocina sacando la torta del horno.

-se las presentaría pero ya saben quien es y como se llama- dijo Enzo obvio- cande, ellos son mis papás Raul y Marta y estos pesados de acá son mis hermanos, Gonzalo, Sebastian, Rodrigo y Maximo- todos la saludaron.

-un gusto conocerte querida, Enzo ya nos hablo mucho de vos, felicidades por tu carrera- cande sonrió.

-el gusto es mío y gracias- ellos negaron y se ubicaron en los sillones que había mientras Enzo obligó a cande a sentarse a upa suyo por caprichoso y porque sabía que ella no se negaría con tal de quedar bien frente a su familia.

-como estas vos?- le pregunto Rodri a Enzo.

-perfecto, mi nueva enfermera esta de lujo- todos rieron cuando cande le pego en el brazo despacio.

-bobo.

-na, posta estoy bien, cuando salí del hospital ya estaba listo para volver a entrenar pero me dijeron que una semana de reposo y cande no me deja ni levantar un plato- Marta sonrió al ver que Candela de enserio cuidaba de su hijo.

-el médico me dijo que haga reposo y eso es lo que tiene que hacer-cande alzo sus hombros y lo miro, varias veces hablaron del tema.

-y vos cande? Como te trata la morsa?- seba le pregunto y todos menos Enzo rieron.

-bien, el se hace el malo pero es re buenito- los hermanos ocultaron una risa cuando Enzo los miro amenazante- es difícil mantenerlo quieto eso si, pero después todo más que bien.

-porque estaban peleando con ese gil?- maxi lo miro a su hermano.

-se zarpó de boludo, dijo unas cosas que no tenían nada que ver con el partido, se metió con cande y nada me agarró desprevenido cuando me pego si no supongo que se la hubiera seguido un poco, no creí que iba a estar tan chiflado para arrancar ahí nomas a las piñas.

-bostero tenía que ser- cande quiso reír cuando escucho al papá de Enzo decir eso, siendo que fueron las mismas palabras que él había dicho.

Charlaron toda la tarde, Candela pudo integrarse fácilmente y la familia de Enzo estaban encantados con la morocha.

Se notaba a miles de kilómetros que era una buena chica, que de enserio lo quería a Enzo y que el la quería a ella, era inteligente, bonita y carismática.

Los Fernández se despidieron de ambos chicos y se retiraron de la casa del Fernández menor.

-crees que les caí bien?-pregunto cande asustada mientras se tiraba al sillón cansada.

-les caíste increíble Cande, es más mi mamá ya me pregunto cuando te iba a llevar allá para San Martin- la morocha sonrió.

-que bueno porque a mi también me cayeron muy bien todos- Enzo sonrió.

Ambos cenaron hablando de que podrían hacer mañana para poder salir de la casa por un rato, decidieron que salir a caminar era la mejor opción ya que no iba a hacer ni mucho calor ni mucho frío.

-podes dormir conmigo?- preguntó cande vergonzosa cuando ambos subieron a las habitaciones.

-enserio lo preguntas?- Enzo se emocionó al escuchar su pregunta.

-si...-admitió tímida.

-obvio que si, creí que nunca lo ibas a preguntar-Enzo la alzó contento y la llevó hasta su habitación con una sonrisa en su rostro.

Ambos ya estaban acostados, cande se había atrevido a recostarse sobre el pecho desnudo de Enzo y el no podía más de la felicidad que manejaba en estos instante. Acarició el pelo de ella notando como sus ojos marrones se iban cerrando.

Enzo la miro dormir y sonrió, cande era hermosa, al rato el también cayó ante el sueño y así ambos terminaron durmiendo juntos abrazados.

Candela | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora