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Draco Malfoy miró con recelo y dolor a sus padres mientras ingresaba a la sala principal de Malfoy Manor donde el señor tenebroso había estado ocultándose hace un par de noches; sus cejas platino estaban fruncidas mientras sus ojos se veían rojos e irritados, estaba reprimiendo las ganas de llorar o de gritar.

Sentía un coraje crudo y amargo burbujear en la boca de su estomago; incluso tenía ligeros espasmos ocasionados por la rabia contenida, su cuerpo parecía vibrar a una velocidad a penas oerceptible tanto así que el ambiente a su alrededor se sentía sofocante.

La magia de Draco era similar al fuego, era caliente y densa, sofocante y tortuosa.

Demasiado difícil de soportar.

Era un contraste irreal con el ambiente frío y escalofriante de aquel lugar que llamó hogar donde vivió los mejores años de su infancia; era similar a la noche que tomó la marca. Igual de espantoso.

—¿Cuándo ibas a decírmelo?

Habló el muchacho al aire aunque a su lado se encontraba Regulus Black con su usual túnica negra solo que esta vez se veía diferente, portaba algunas cuentas relucientes así como pulseras coloridas; de su regazo colgaban algunas hierbas aromáticas pues recientemente y por petición de Voldemort el hijo menor de los Black había estado utilizando magia vudú.

Y no es que a Regulus le gustará utilizar aquella extensión particular de la magia si no que la paranoia de su maestro había llegado tan lejos que en su afán de sentirse en mayor seguridad y control le había ordenado al pelinegro el proporcionarle dos guardianes; mismos que estaban hechos con ayuda de esa magia particular.

Cosa a la que no pudo negarse luego de las constantes acusaciones de Bellatrix hacia él, aquella mujer comenzaba a sospechar de más y su mira estaba puesta en él últimamente.

Regulus estaba asqueado con él mismo.

Porqué el vudú en si no era malo o necesariamente dañino tal como sucedía  conlas artes obscuras pero para la petición de Voldemort así como la magia convencional este fue usado de mala manera porque ahora frente a ellos ya no estaban Narcissa y Lucius Malfoy si no un débil vestigio de lo que fueron; ahora no eran más que recipientes vacíos poseídos por entidades dificiles de entender.

Los ojos grises de Regulus habían perdido aquella chispa que tenían hace un par de días y ahora se veían incluso más vacíos que antes mientras las criaturas que antes fueron el matrimonio de magos se movían a su alrededor como si estuvieran asechandolo.

No había forma de describir los movimientos que ejercían, similares a un depredador a punto de saltar sobre su presa y a su vez como los de un cachorro que intenta reconocer a un posible juguete; no había más rastro de humanidad en ellos.

Incluso los vellos en la nuca de Draco se herizaron por ese instinto de supervivencia que le dictaba huir o defenderse aún si estas entidades alguna vez fueron sus padres.

Ahora eran criaturas similares a las arañas, de su espalda salían grandes patas negras y huesudas, tres pares en total mientras que los huecos donde antes había un par de ojos ahora eran dos agujeros negros sellados con una especie extraña de hilo fluorescente al igual que en sus bocas, las pieles de los ex magos estaban pálidas e incluso verdosas por la putrefacción de dias anteriores mientras que a su alrededor los perseguía un aroma fétido similar al azufre.

Ahora no eran más que criaturas sumergidas en la magia negra o simples vestigios.

Draco sintió el impulso de gritar sin embargo sólo volteó a ver a Regulus y por primera vez utilizó la legeremencia para ver dentro del pelinegro quien dejó caer todos sus muros y permitió que el platino leyera su alma, renglón a renglón, año tras año.

𝙏𝙝𝙚 𝘿𝙞𝙨𝙡𝙤𝙮𝙖𝙡𝙩𝙮 𖥉 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘼𝙧𝙘𝙩𝙪𝙧𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora