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________•°Adelyn°•________

El traqueteo del tren me arrullaba mientras la felicidad me invadía. Aprobar el examen del SNR era un sueño hecho realidad, el comienzo de una nueva etapa en mi vida. Tomé en mi manos el certificado y sonreí al leer el nombre. Dominique DiPierro era una leyenda en el departamento de seguridad nacional, y tuve la oportunidad de contar con ella como mi tutora y entrenadora. Ahora sería mi jefa y no quería defraudarla.

De pronto, el tren se detuvo abruptamente. Un murmullo recorre los vagones. Me asomo por la ventana y veo la escena: la zona acordonada por la policía, rostros tensos, ambulancias, sirenas y helicópteros de noticieros. Mi corazón comenzó a latir con fuerza. Bajo del tren con rapidez y le muestro mi placa de agente del SNR al oficial más cercano. Me dió acceso inmediato a la escena del crimen.

Las casas a ambos lados de la calle están en completo desorden, puertas abiertas, vidrios rotos, casquillos de bala, sangre y muchas cosas más. Todo esparcido por el suelo. El silencio se apoderó de las personas que bajaban del tren. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Con pasos firmes, comino hacia la casa 02-12. Mi casa. Dónde se suponía aguardaban mis padres y hermana. Una parte de mí anhelaba encontrar a mi familia sana y salva, pero, mi otra parte más realista, solo deseaba poner fin a la incertidumbre y saber la verdad. Al llegar al patio trasero, la imagen me golpeó como un puño en el pecho.

Mis padres y mi hermana yacían en el suelo, sus cuerpos inertes, con la mitad del cráneo destrozado por disparos a quemarropa. La sangre mancha la tierra y el aire se llena de un silencio ensordecedor. Me acerco a ellos, incrédula. La ropa de mi hermana está rasgada en el pecho, al igual que la de mis padres. En la piel de los tres, una marca fresca de quemadura. No puedo creer lo que veo. Limpio mis lágrimas para enfocar la vista.

Grabado a fuego en su piel, la palabra "Inferno" se repite una y otra vez.

Un mensaje macabro, una firma siniestra que me hiela la sangre.
La felicidad que llenaba mi corazón se había transformado en un dolor lacerante, en una sed de justicia que ardía con la misma intensidad que la marca en la piel de mi familia. Inferno. La palabra resuena en mi mente, un juramento que hago en silencio: encontraré a los responsables y pagarán por lo que han hecho.

-Adelyn- escucho la voz de Dominique a lo lejos, comienzo a recorrer el escenario en busca de los ojos dorados de esa mujer. Pero no logro encontrarla -Adelyn- vuelve a llamar, doy vuelta sobre mis pies y sigo buscando.

-Adelyn, despierta, es una pesadilla- mi cuerpo reacciona y abro los ojos. Darlene me observa preocupada.

-No fue una pesadilla, Darlene- dije ahogando un gemido de dolor -fue un recuerdo, el recuerdo de como perdí a mi familia.

-¿Crees que...?- su pregunta se ahogó en un silencio y sus ojos se abrieron con sorpresa. Y cuando estaba por responderle, la puerta se abrió dejando a la vista a Infernus.

-Vayan preparándose para desembarcar- dijo con una sonrisa, mis ojos se fueron a un peculiar collar que no le habia visto antes. Mi piel se erizó, el reconocimiento me golpeó con fuerza -llegaremos en treinta y cinco minutos al puerto.

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La tensión se palpaba en el aire mientras observaba a Infernus, la mujer que nos acompañaba en un recorrido por la pequeña casa que supuestamente habia alquilado en la costa sur de Granada. Sus ojos, aparentemente amables, escondían una frialdad que me erizaba la piel. No podía evitar sentir desconfianza hacia ella, especialmente después de descubrir su conexión con la sociedad Inferno, la responsable de la muerte de mi familia.

DiPierro (Domisker) Final AlternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora