Despedidas

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________•°Wesker°•________

Dominique, con sus iris doradas, era un enigma. Su mirada parecía atravesar el papel y penetrar en lo más profundo de mi ser. Cuando leyó las palabras impresas en el blanco papel, algo cambió en ella.

Me permití observar sus fracciones por un periodo de tiempo considerable. El silencio se hizo denso en la habitación mientras aguardaba a que alguna palabra saliera de su boca. Dominique, siempre tan elocuente, ahora parecía atrapada en un mundo interior.

Así pasaron los minutos, como horas suspendidas en el tiempo. Finalmente, Dominique rompió el silencio. Sus palabras fueron apenas un susurro, pero resonaron en mi alma como un eco lejano.

-Te vas.

-También me ha tomado por sorpresa Dominique- admití acercándome al escritorio -sabía que era pronto mi regreso a Londres, pero creí que lograría obtener más tiempo.

El silencio me envolvía, como una manta de niebla que se ciñe alrededor de los pensamientos. Sus ojos, antes dorados y resplandecientes como el sol, ahora eran opacos, como la brasa de un carbón apagado. Me atraían como un imán, y no podía apartar la mirada.

-¿Por qué no vienes a la fiesta, Dominique?- murmuré, mi voz apenas un susurro en la penumbra.

Su sonrisa era hermosa, pero cargada de tristeza.

-No puedo- respondió, y su voz tembló como una hoja en el viento -pero intentaré estar allí- agregó rapidamente. Asentí levemente.

-¿Y ahora qué?- pregunté, sintiendo el peso de la incertidumbre. Ella se mordió el labio, indecisa. Buscando las palabras indicadas.

-Supongo que cada uno ha de seguir su camino, Wesker- admitió, y sus ojos buscaron los míos en busca de respuestas.

Tomé su mano con firmeza, la electricidad recorriendo nuestros cuerpos como una corriente invisible.

-Me ha encantado trabajar con usted Dominique- comenté, manteniendo con firmeza nuestras manos juntas.

-Es usted un hombre excepcional, Paul- dijo con la misma sonrisa triste de antes -hasta luego, Wesker.

Nuestras manos se separaron, causando que sintiera un vacío extraño en mi interior. Caminé a la puerta y me detuve un segundo antes de salir. Mirando atrás, a la atractiva mujer de ojos dorados, me despedí.

-Adiós, Dominique.

-Adiós, Paul.

Entonces salí del despacho.

________•°•________

Armiche, Boyle e Ivanova habían insistido durante toda la tarde, mientras buscábamos por las calles de Marbella a Dominique; en que saliéramos para que ellos pudieran despedirme. Al principio, me negué. No tenía ánimos para fiestas ni despedidas. Pero ante la insistencia de los chicos, y sabiendo que era una de mis últimas noche en la ciudad, finalmente accedí.

-Un último trago antes de irme- les había dicho con una sonrisa forzada.

El olor a salitre y a cerveza me envolvió en cuanto puse un pie adentro del club frente a la playa. Me senté en una esquina, observando a mis compañeros reír y bromear.
Evitar pensar en Dominique me era imposible. No podía evitar sentir una punzada en mi corazón.
Habíamos pasado por mucho juntos últimamente. La tensión entre nosotros había aumentado, y lo que antes era una simple atracción se había convertido en algo más profundo.

Sabía que despedirme de ella sería difícil. Solo que había sido mucho más difícil de lo que había anticipado. Pero también sabía que era necesario.

DiPierro (Domisker) Final AlternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora