Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]

23. Stella

٬٬⠀Stella⠀─

Nate no solía llegar temprano a casa, y mucho menos un día tan cargado de reuniones y decisiones importantes. Zack, había insistido en acompañarlo hasta el final del día, como siempre lo hacía, pero Nate encontró la manera de escabullirse, dejando a Zack con la excusa de un compromiso inesperado. Necesitaba un respiro, un momento para él y, más que nada, para estar con Mery. Su día había estado lleno de responsabilidades, y el peso de sus obligaciones parecía siempre acecharlo, pero ahora, mientras se dirigía de regreso al departamento, todo eso parecía secundario.

El sol comenzaba a bajar en el horizonte cuando Nate entró en la florería cercana. La campanilla en la puerta resonó suavemente, y el dependiente lo saludó con una sonrisa conocedora. No era la primera vez que Nate entraba a ese lugar, pero en esta ocasión, estaba en busca de algo especial. Se dirigió directamente hacia las flores que había visto en su mente todo el día: lirios blancos, los favoritos de Mery. Sabía que ella apreciaba la simplicidad y la elegancia de esas flores, y que tenían un significado especial para ella.

Con el ramo en la mano, Nate dejó la tienda y se dirigió hacia su auto, sintiendo una emoción que hacía tiempo no experimentaba: la anticipación de sorprender a alguien a quien realmente amaba.

Llegó al departamento con una sonrisa que no pudo evitar. Cuando abrió la puerta, Mery estaba en la sala, concentrada en un libro, ajena a su llegada. Nate se acercó en silencio, disfrutando del momento, observándola. Al final, no pudo contenerse más.

── ¿Te gustan? ── dijo suavemente, extendiendo el ramo hacia ella.

Mery levantó la vista, sorprendida por verlo allí tan temprano. Al ver los lirios, una sonrisa se dibujó en su rostro.

── ¡Nate! ── exclamó, levantándose rápidamente para abrazarlo── . Son preciosos, muchísimas gracias.

Él la besó suavemente en los labios, prolongando el momento antes de responder.

── Me alegra que te gusten. Pensé que merecías algo especial hoy.

Mery lo miró con curiosidad. Nate no era del tipo que se permitía pequeños escapes o indulgencias, y mucho menos durante la semana. Era metódico, disciplinado, y siempre tenía el control sobre su tiempo. Verlo aquí, con flores, y a una hora tan temprana, era una novedad.

── ¿Qué te trae tan temprano a casa? ── preguntó, aunque no podía ocultar la alegría en su voz.

Nate sonrió de nuevo, una de esas sonrisas raras que sólo Mery lograba sacarle.

── Me escapé. Necesitaba verte, y pensé que podíamos aprovechar para hacer algo juntos antes de que anochezca. ¿Te gustaría ir a comer helado al parque del centro?

Mery dejó escapar una risa suave, sorprendida por la propuesta.

── ¡Claro que sí! Me encantaría.