40. Después del todo

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٬٬⠀Después del todo⠀─

El amanecer pintaba el horizonte con tonos suaves de rosa y dorado, y el aire fresco de la primavera entraba por las ventanas abiertas del departamento. El invierno se había marchado finalmente, y con él, la oscuridad pesada que había llenado los días de Nate. La primavera traía consigo una promesa de renovación, de cambio.

Nate se despertó temprano, sintiendo la brisa suave en su rostro y escuchando los sonidos lejanos de los pájaros. Abrió los ojos lentamente, dándose cuenta de que no estaba solo. Mery, todavía dormida a su lado, estaba acurrucada bajo las sábanas, su respiración tranquila y regular. Su cabello caía desordenado sobre la almohada, y Nate no pudo evitar sonreír al verla tan relajada.

El caos de las últimas semanas parecía una realidad lejana ahora. Se permitió permanecer allí, observándola dormir por unos minutos más, sintiendo algo cálido en su pecho. Había sido mucho tiempo desde que ambos habían tenido un momento de verdadera paz, un momento donde el mundo exterior no interfiriera con lo que compartían.

Con cuidado, se levantó de la cama, intentando no despertarla, y caminó hacia la ventana. Afuera, el jardín comenzaba a florecer con pequeñas flores de colores que salpicaban el césped, y los árboles se llenaban de vida nuevamente. La primavera siempre había sido una estación que traía esperanza, y este año no era la excepción.

Nate se apoyó en el marco de la ventana, mirando hacia el paisaje en calma. Se sentía más ligero, más en paz. Tal vez, después de todo, las cosas empezaban a mejorar. La decisión de buscar ayuda había sido difícil, pero al final sabía que era lo correcto. Y con Mery a su lado, sentía que no estaba enfrentando sus demonios solo.

El sonido de las sábanas moviéndose lo sacó de sus pensamientos. Mery se había despertado y lo miraba desde la cama, con una sonrisa suave en los labios.

── ¿Cuánto tiempo llevas ahí? ── preguntó ella con voz somnolienta, mientras se estiraba bajo las mantas.

── Solo unos minutos ── respondió Nate, devolviéndole la sonrisa. ── No quería despertarte.

── No importa ── dijo ella, levantándose lentamente. ── Ya era hora de que me levantara de todas formas.

Mery se acercó a él y se detuvo a su lado, apoyándose también en el marco de la ventana. Ambos se quedaron en silencio, mirando el paisaje tranquilo que se extendía ante ellos. Había algo diferente en el aire, algo que hablaba de nuevos comienzos.

── La primavera está de vuelta ── comentó Nate, rompiendo el silencio.

── Sí, lo está ── respondió Mery con una sonrisa, mientras entrelazaba sus dedos con los de él. ── Y parece que con ella también has vuelto.

Nate sintió el calor de su mano en la suya y se permitió disfrutar del momento. No necesitaba decir nada más. Ambos sabían lo que ese nuevo día representaba. Después de tanto tiempo de luchas y tensiones, finalmente había espacio para ellos, para su relación. No había prisa por resolver el futuro, ni preocupaciones inmediatas que los arrastraran de nuevo al caos. Solo estaban ellos dos, en esa calma compartida.

── ¿Sabes? ── dijo Nate después de un rato. ── Nunca pensé que llegaría un momento como este, donde podríamos simplemente... estar.

Mery lo miró, sus ojos brillando con ternura.

── Lo hemos pasado juntos ── le dijo suavemente. ── Y eso es lo que más importa.

Sin pensarlo, Nate se inclinó hacia ella, y en un movimiento suave, la abrazó. Mery se dejó envolver por él, apoyando su cabeza en su pecho. Estar así, abrazados, sin la necesidad de palabras, era suficiente. La tranquilidad del momento los envolvía, y el aroma de las flores que entraba por la ventana parecía intensificar esa sensación de cercanía.

Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora