El eco de los gritos resonaba en los pasillos interminables de la mansión. Nate estaba de pie en el centro de la sala, con los puños apretados y el rostro rojo de frustración. Su madre y su padre estaban frente a él, con expresiones de furia y desaprobación.
──¡No vuelvas a cuestionarme de esa manera, Nate! ──gritó su padre, su voz cortante como una daga.── ¡Eres un niño y no tienes derecho a criticar mis decisiones!
Nate, de apenas nueve años, no retrocedió. Aunque temblaba ligeramente, sus ojos reflejaban una mezcla de miedo y determinación.
──¡No está bien lo que hiciste! ──respondió Nate, alzando la voz.── ¡No es justo que trates así a las personas, ni a mí, ni a nadie!
Su madre, de pie al lado de su esposo, se llevó una mano a la frente, como si no pudiera creer lo que escuchaba. Se acercó un paso, su tono más bajo pero no menos severo.
──Nate, cariño, no entiendes cómo funcionan las cosas. Tu padre hace lo que es necesario para protegernos y mantener esta casa en pie. No puedes hablarle así.
──¡Pero no es necesario ser cruel! ──insistió Nate, su voz quebrándose ligeramente.── ¡Las personas no deberían llorar porque les tienes miedo!
El rostro de su padre se endureció aún más, y dio un paso hacia él. La sombra que proyectaba sobre Nate parecía gigantesca, opresiva.
──¿Cruel? ──dijo con un tono peligroso, casi en un susurro.── ¿Crees que el mundo es amable, niño? ¿Crees que puedes vivir de sueños y bondad? Este mundo te destruirá si no eres fuerte, y estoy tratando de prepararte para eso.
──¡No quiero ser como tú! ──estalló Nate, dando un paso atrás. Su corazón latía con fuerza, pero no podía detener las palabras que salían de su boca.── ¡No quiero ser alguien que solo sabe hacer daño!
La bofetada no fue física, pero las palabras de su padre lo golpearon con igual fuerza.
──Entonces eres más débil de lo que pensaba. Un verdadero fracaso como mi hijo.
El silencio cayó en la sala como un manto pesado. Nate sintió que sus piernas temblaban, y sus ojos ardieron con lágrimas que se negó a dejar caer. Su madre lo miró con compasión mezclada con resignación, como si deseara intervenir pero no tuviera el valor.
──Basta, por favor ──dijo ella finalmente, tocando el brazo de su esposo.── Es solo un niño.
──Un niño que necesita aprender su lugar ──respondió su padre, apartándose.── Que esto sea una lección, Nate. Aquí no hay espacio para la debilidad. Ni ahora, ni nunca.
Sin decir una palabra más, el hombre salió de la sala, dejando a Nate y a su madre solos. Ella se acercó, tratando de poner una mano en su hombro, pero él la esquivó.
──¿Por qué no haces nada? ──preguntó Nate, con la voz apenas un susurro.── Siempre lo dejas decir esas cosas, hacer esas cosas.
──Nate, lo hago por ti ──respondió ella, pero su tono carecía de convicción.── Algún día entenderás.
Nate no respondió. Su pequeño corazón estaba roto, pero, en el fondo, sabía que no podía permitirse ceder. Algún día, encontraría la manera de ser fuerte, pero no como su padre quería. Sería fuerte a su manera.
Nate salió corriendo tras su padre, ignorando las súplicas apagadas de su madre. Sus pequeños pies golpeaban el suelo de mármol mientras su respiración entrecortada llenaba el vacío de los pasillos. Alcanzó a su padre en una de las galerías que conectaban con el ala este de la mansión, su corazón palpitando no solo de miedo, sino de indignación.
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Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]
Lãng mạnLibro #1 de la Saga: Ecos de los distritos. Esta historia narra un futuro donde Europa está dividida en cuatro distritos, y cada uno tiene un jefe elegido bajo un sistema democrático. Sin embargo, existe un quinto distrito, el secreto, conocido como...