29. Descontrol

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٬٬⠀Descontrol⠀─

A la mañana siguiente, la luz suave del amanecer se filtraba a través de las cortinas, llenando el comedor con un resplandor cálido y tranquilo. Nate se había levantado temprano, como de costumbre, y se encontraba sentado a la mesa del comedor con una taza de café en la mano, mirando por la ventana. Sus pensamientos aún giraban en torno a las revelaciones de la noche anterior, pero había algo en la quietud de la mañana que le brindaba un poco de paz.

Mery apareció poco después, vestida con una bata de seda, y le dedicó una sonrisa a Nate antes de dirigirse a la cafetera. Él la observó en silencio, agradecido por su presencia. No había dicho mucho desde que se había levantado, pero el simple hecho de saber que estaba allí le daba una sensación de estabilidad.

──Buenos días ──dijo Mery mientras se servía una taza de café y se unía a él en la mesa──. ¿Dormiste bien?

Nate asintió, dejando su taza sobre la mesa.

──Lo mejor que he dormido en días ──respondió con sinceridad──. ¿Y tú?

──También ──contestó ella, dándole un sorbo a su café──. Aunque tengo que admitir que todavía estoy preocupada por todo lo que hablamos anoche.

Antes de que pudieran continuar la conversación, Leo entró en el comedor. Estaba vestido con ropa informal, pero aún se veía impecable. Su expresión era seria, aunque se suavizó un poco al ver a Nate y Mery ya sentados.

──Buenos días ──saludó Leo mientras tomaba asiento junto a ellos──. Espero no haber llegado demasiado tarde para el desayuno.

──Para nada ──respondió Nate, señalando la comida que los sirvientes habían dispuesto en la mesa──. Ayúdate. Hoy será un día largo, así que necesitamos toda la energía que podamos obtener.

Leo asintió y comenzó a servirse, aunque su mirada se desvió hacia Nate, observándolo con algo de nostalgia. El recuerdo de su despedida cuando eran niños aún estaba fresco en su mente, especialmente después de la conversación de la noche anterior. Nate también notó la mirada de Leo y, aunque no dijo nada, supo que ambos estaban recordando los mismos momentos.

Durante un rato, comieron en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. Pero el silencio no era incómodo; más bien, era el tipo de silencio que surge entre personas que han compartido mucho y no necesitan palabras para comunicarse.

Finalmente, fue Leo quien rompió el silencio, apoyando su tenedor sobre el plato y mirando a Nate con una expresión seria.

──No he dejado de pensar──dijo──. Si esta organización es tan peligrosa como parece, tenemos que ser muy cuidadosos con cada paso que demos.

Nate asintió, consciente de la gravedad de la situación.

──Lo sé. Y por eso te pedí que te quedaras aquí. No puedo permitirme cometer errores ahora. Necesitamos estar un paso adelante de ellos, y para eso, necesitamos toda la información que puedas darnos.

Mery, que había estado escuchando en silencio, finalmente intervino.

──No solo eso. También tenemos que considerar la posibilidad de activar una Alerta Blanca. Si esta amenaza es real y tan grande como pensamos, debemos estar preparados para lo peor.

Leo asintió, aunque su expresión se tornó aún más seria.

──Entiendo. Pero si activamos una Alerta Blanca, sería como declarar la guerra. Necesitamos estar seguros antes de dar ese paso.

Nate tomó un momento para considerar sus palabras. Sabía que Mery tenía razón; la amenaza era demasiado grande para ignorarla. Pero también sabía que Leo estaba en lo correcto: activar una Alerta Blanca sería una medida extrema, una que tendría repercusiones en todos los distritos.

Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora