٬٬⠀Celia⠀─
La mañana en la mansión estaba tranquila. La brisa suave que se filtraba a través de las ventanas abiertas traía consigo el aroma de los jardines que rodeaban la propiedad, pero dentro de la gran casa, el ambiente era mucho más pesado. Celia, aún en proceso de recuperación tras su estadía en el hospital, descansaba en una de las habitaciones principales. La cama amplia y mullida parecía contener un cuerpo frágil que alguna vez había sido enérgico, siempre presente para Nate, pero ahora mostraba los signos inevitables del tiempo.
Nate estaba sentado a su lado, vigilándola con esmero. Cada vez que ella tosía levemente o cambiaba de posición, él se levantaba inmediatamente para ajustarle las almohadas o asegurarse de que estuviera cómoda. Aunque su rostro mostraba una expresión serena, por dentro, Nate estaba luchando con una creciente sensación de tristeza. Celia había sido una constante en su vida, alguien en quien podía confiar, y verla así, debilitada, era un golpe emocional que le costaba aceptar.
── No necesitas quedarte aquí todo el día ── murmuró Celia con voz suave, abriendo los ojos lentamente para encontrar a Nate observándola. ── Me recuperaré, no te preocupes tanto por mí.
Nate le sonrió, intentando proyectar optimismo, pero la preocupación seguía allí, palpable en sus ojos. Sabía que Celia se estaba recuperando, pero también sabía que las cosas nunca serían como antes. Los médicos habían sido claros: su edad ya no le permitía el ritmo de vida que una vez tuvo, y aunque se mejoraría, ya no podría hacer lo que antes.
── Te prometí que siempre cuidaría de ti ── respondió Nate en tono firme pero suave, sentándose en el borde de la cama para estar más cerca de ella. ── Y lo voy a cumplir, aunque eso signifique estar aquí todos los días.
Celia sonrió débilmente, apreciando su devoción. Sin embargo, detrás de su expresión cálida, también sabía la verdad que ambos intentaban evitar. La vejez la había alcanzado, y aunque estaba agradecida por tener a Nate a su lado, no quería que él se sintiera atado por su situación.
── Sabes, Nate, todos llegamos a este punto en algún momento ── dijo ella en un tono pensativo. ── Nunca pensé que me afectaría tanto no poder ser tan independiente. Me he pasado la vida cuidando de los demás, especialmente de ti. Ahora siento que soy una carga.
Nate negó rápidamente con la cabeza, tomándole la mano con suavidad.
── Nunca serás una carga para mí, Celia. Me has dado tanto... sin ti, no habría llegado hasta aquí. Ahora me toca a mí estar para ti.
Celia lo miró con ternura, viendo al niño que había ayudado a criar convertido en un hombre fuerte, pero también entendiendo que su tiempo de estar a cargo había pasado. Sabía que Nate tenía mucho sobre sus hombros y que ella no podía seguir protegiéndolo de la dureza de la vida como lo había hecho en el pasado. Sin embargo, la idea de depender de él le resultaba difícil de aceptar.
── Sé que intentas ser optimista, pero la verdad es que ya no puedo hacer todo lo que solía hacer ── continuó ella, soltando un suspiro. ── Estoy envejeciendo, y el cuerpo lo sabe. Tendremos que aceptar que las cosas van a ser diferentes de ahora en adelante.
Nate apretó su mano con más fuerza, una señal silenciosa de que estaba allí para ella, sin importar qué pasara. Pero también sabía que lo que Celia decía era cierto. Aunque intentaba mantenerse fuerte, no podía evitar sentir una tristeza profunda al ver cómo el tiempo le robaba poco a poco a una de las personas más importantes en su vida.
── Lo único que quiero es que sigas conmigo, no me importa si eso significa que tengo que cuidarte cada día ── dijo Nate, su voz cargada de emoción.
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Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]
RomanceLibro #1 de la Saga: Ecos de los distritos. Esta historia narra un futuro donde Europa está dividida en cuatro distritos, y cada uno tiene un jefe elegido bajo un sistema democrático. Sin embargo, existe un quinto distrito, el secreto, conocido como...