44. Día de playa

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٬٬⠀Día de playa⠀─

La luz tenue de la cocina envolvía a Nate y Mery mientras preparaban la cena juntos. La isla estaba en silencio, solo acompañada por el suave sonido del viento que se colaba por las ventanas abiertas. Mientras cortaban algunas verduras en la encimera, la cercanía entre ellos no pasaba desapercibida, y ambos lo sentían.

── No es muy común que cocinemos juntos ── dijo Mery, mirándolo de reojo con una sonrisa.

── No, pero debería serlo ── respondió Nate, concentrado en lo que hacía, pero sin dejar de notar la chispa en sus palabras.

Mery dejó el cuchillo a un lado y lo miró directamente, apoyándose en la encimera, cerca de él. Había algo en la atmósfera que hacía que el aire pareciera más denso, como si las palabras que no decían flotaran entre ellos, esperando ser dichas.

── Es curioso ── comenzó Mery con una leve sonrisa ──. Siempre me ha parecido que sabes hacer de todo, desde lo más complejo hasta lo más sencillo. Pero me doy cuenta de que hay cosas que aún no hemos hecho juntos. Como esto, algo tan simple como preparar una comida.

Nate la miró de vuelta, sus ojos brillando con una mezcla de afecto y admiración. Dejó el cuchillo a un lado, limpiándose las manos con un paño mientras daba un pequeño paso hacia ella.

── Tienes razón ── dijo él, inclinándose un poco para estar a su altura. ── Hemos pasado por tanto que a veces lo más sencillo se nos olvida. Pero me gusta esto. Me gusta descubrir estas pequeñas cosas contigo.

Mery sintió el calor de su cercanía, y por un momento se quedó en silencio, observando sus facciones, su seriedad habitual suavizándose bajo la cálida luz. Había algo profundamente íntimo en cómo la miraba, como si cada momento con ella fuera único, valioso.

── ¿Sabes? ── continuó ella, con un toque de diversión en la voz. ── Nunca te he preguntado esto, pero... si no estuvieras haciendo lo que haces ahora, ¿qué crees que habrías sido? Algo completamente distinto, nada de negocios, nada de… bueno, lo que haces. Algo más.

Nate dejó escapar una risa baja y suave, casi como si la idea de una vida completamente distinta fuera algo que jamás se hubiera permitido imaginar. Se apoyó en la encimera, cruzando los brazos mientras la observaba con curiosidad.

── ¿Algo completamente distinto? ── preguntó, pensativo. ── No sé si alguna vez me he permitido pensar en eso. Desde que era joven, sabía que este sería mi camino. Mi vida ha girado siempre en torno a responsabilidades. Pero si tuviera que elegir… ── hizo una pausa, como si realmente estuviera considerando algo que nunca antes había pensado ── tal vez habría sido arquitecto. Crear algo desde cero, algo que perdure. Algo que hable por sí solo.

Mery lo miró sorprendida, una sonrisa genuina asomando en sus labios.

── Arquitecto ── repitió, asintiendo. ── Sí, puedo verte haciendo eso. Construyendo algo, diseñando cada detalle.

Nate sonrió también, notando cómo esa imagen parecía encajar en la visión que Mery tenía de él. Se acercó un poco más, hasta quedar lo suficientemente cerca como para que sus cuerpos casi se rozaran.

── Y tú, Mery… ── dijo en voz baja, casi como un susurro. ── ¿Qué habrías sido si las cosas hubieran sido distintas?

Mery lo miró por un momento, su expresión volviéndose más suave, más reflexiva. Levantó la vista hacia el techo, como si las estrellas allá fuera pudieran darle la respuesta.

── No lo sé… tal vez habría sido escritora ── dijo con una sonrisa traviesa. ── Siempre me ha gustado perderme en otros mundos. Crear personajes y tramas en los que pueda esconderme. No me pude permitir soñar otras cosas estando en el almacén, pero desde niña tuve esa idea. O… ── hizo una pausa, sonriendo aún más mientras lo miraba ── tal vez habría tenido un pequeño café en algún rincón del mundo, un lugar acogedor donde pudiera servir pasteles y café caliente, y donde la gente pudiera venir a desconectar por un rato.

Los Estigmas de Nate Edevane (+18) #1 EDLD ✔️ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora