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—¡Ya casi llegamos! —dijo Fred mientras volaba a toda velocidad en su escoba e intentaba mirar a través de la nieve que caía.

—Tenemos que tener cuidado al descender, Fred. Con esta tormenta podríamos llegar al lugar equivocado —dijo George, intentando no ser arrastrado por las fuertes ráfagas de viento

Los gemelos Weasley siempre tenían las ideas más raras, y esta era una de ellas. Fred, al no saber nada de su supuesta "novia", decidió ir a visitarla sin pensar en que estaban en dos países diferentes a miles de kilómetros de distancia y que eran menores de edad. Pero no, aun así se fueron los dos. Consiguieron un traslador y burlaron la seguridad del Ministerio. Al llegar, tuvieron que llevarse unas escobas para llegar al alojamiento de los Lestrange.

George quiso acompañar a su hermano para que no le pasara nada. Aunque también quería visitar a Astoria, ya que Fred le prometió que, si no le decía a nadie su loco plan, podría explicarle todo a la ruba.

—Este es el lugar —dijo Fred mientras bajaban de las escobas y miraban la mansión de los Lestrange—Según tengo entendido, su cuarto debería estar aquí —señaló una ventana en el último piso que aún estaba iluminada por una luz tenue.

Con mucho cuidado, aunque no tanto, subieron en sus escobas hasta llegar a la ventana de aquel cuarto, donde, con unos pequeños golpes, sitieron cómo alguien se acercaba a mirar.

—Amelie, querida, ya es hora de dormir —decía la señora Lestrange cuando fue interrumpida por unos golpes en la ventana.Se acercó y la abrió, pero no encontró nada y se alejó sin cerrarla.—Amelie, ahorita vuelvo a pasar. Espero ya verte dormida —dijo la señora Lestrange mientras salía de la habitación y cerraba la puerta.

Amelie, por su parte, vio una cabellera roja que se movía constantemente y, sin más, quiso averiguar qué era o quién era, pero no sin antes agarrar su varia y prepararse para todo.

—¡Espera, Amelie! Soy yo —gritó George mientras llegaba a la altura de la joven.

—¡Qué susto me pegaste, George! ¿Qué haces acá? ¿Y Fred? ¿Vino contigo? —Amelie soltaba preguntas mientras sacaba su cuerpo por la ventana e intentaba buscar a Fred.

Lo vio allí, en su escoba, en una pose un poco peculiar. Su cabello estaba más largo que la última vez que lo vio, había crecido y cambiado. Le pareció tierno que fuera a buscarla, pero también estaba molesta. ¿Por qué se arriesgaba así por ella? Litealmente había cruzado otro país por ella, lo cual le mostraba que tal vez Fred sí la quería, pero también que era un idiota. ¿No pensaba en que tal vez le podría haber pasado algo? ¿O que, si sus padres se enteraban de semejante locura, estaría castigado de por vida?

—Hola, Fred —saludó Amelie mientras los ayudaba a entrar.

—¡Ammy! —Fred la levantó en brazos mientras le daba un gran abrazo y un beso en la mejilla

—Basta, tortolitos, las muestras de afecto para después —dijo George mientras los veía y se acercaba a la ventana para cerrarla intentando no products ningún sonido—. Amelie, ¿cómo estás? ¿Y Astoria? ¿Has sabido algo de ella?

—Estoy bien, George. Astoria está bien también, aunque esta aburrida en la mansion. Pero, ¿qué están haciendo aquí? —preguntó, aún tratando de asimilar la situación.

—Venimos a verte, Amelie —respondió Fred con una sonrisa traviesa—. No podía esperar más para saber de ti.

—Sí, y también queríaos asegurarnos de que todo estuviera bien. Después de todo, los Lestrange no son exactamente conocidos por ser amables anfitriones —añadió George, lanzando una mirada cautelosa a la puerta cerrada.

Amelie suspiró, sabiendo que los gemelos habían tomado un riesgo enorme por ella.

—Lo sé, pero tienen que ser más cuidadosos. Si mis tios los encuentran aquí, no quiero ni imaginar lo que podrían hacer.

Fred asintió, pero su deterinación no flaqueó.

—Lo sabemos, Amelie, pero no podíamos quedarnos sin hacer nada. Teníamos que asegurarnos de que estabas bien.

—Bueno, estoy bien, pero ahora tenemos que pensar en cómo van a salir de aquí sin ser descubiertos —dijo Amelie, preocupada.

—Podemos quedarnos un rato y esperar a que la situación se calme un poco. Después, encontraremos una manera de regresar sin ser vistos —sugirió George, siempre el má pragmático de los dos.

Amelie asintió, aunque no estaba del todo convencida.

—De acuerdo, pero prometan que no harán ninguna locura más.

Fred y George se miraron y sonrieron, sabiendo que para ellos, las "locuras" eran parte de su día a día. Pero por el momento, lo más importante era estar juntos y asegurarse de que todos estuvieran a salvo.

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Holaa, como están?
He vuelto

Y con más imaginación que nunca así que prepárense para los nuevos caps, gracias LyraBlack11 por tu apoyo💚

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Y con más imaginación que nunca así que prepárense para los nuevos caps, gracias LyraBlack11 por tu apoyo💚.
Ahora sí que empieze lo bueno.
.•♫•♬• 𝑯𝒆𝒄𝒂𝒕𝒆 •♬•♫•.

Maratón 1/5

Luces y Sombras en Hogwarts: El Camino de AmelieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora