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El sol se filtra a través de las ventanas de la espaciosa cocina de la mansión Malfoy, iluminando la mesa del desayuno donde los miembros de la familia y sus invitados se han reunido para comenzar el día. El aroma tentador de croissants recién horneados y café recién preparado llena el aire, creando una atmósfera acogedora y reconfortante.

Lucius Malfoy, con su porte distinguido y su mirada penetrante, observa a su alrededor con una expresión serena mientras saborea su primera taza de té. Con un gesto elegante, dirige su atención hacia Eli, una de las invitadas que ha pasado la noche en la mansión.

- Querida? - pregunta Lucius Malfoy mientras observa con su típica mirada a Eli.

Eli, sorprendida por la abrupta interrupción.

- Elisabeth - dice Draco mientras sentia la atenta mirada de todos.

- Señorita Elisabeth, puedo preguntarle algo? - dice el Malfoy mayor mientras toma un sorbo de café.

- Claro, señor Malfoy - dice Eli mientras temía lo peor.

El ambiente en la mesa se tensa ligeramente mientras todos los presentes prestan atención a la conversación que está a punto de desarrollarse. Lucius, con una leve sonrisa en los labios, plantea su pregunta con una calma aparente pero implacable.

Lucius: Me pregunto, señorita Elisabeth, ¿qué puede decirme sobre su linaje? ¿Eres de sangre pura o...?

La pregunta queda suspendida en el aire, cargada de significado y expectación, mientras todos aguardan la respuesta de Eli con atención.

El corazón de Amelie se acelera al escuchar la pregunta de Lucius, temiendo lo peor. Un nudo se forma en su garganta mientras observa a Eli, preguntándose cómo responderá ante la interrogante de los Malfoy.

Amelie intercambia una mirada rápida con Eli, buscando alguna señal de cómo debería actuar. La expresión de su amiga revela una mezcla de sorpresa y cautela, pero también una determinación silenciosa que Amelie no puede ignorar.

Eli, manteniendo la compostura a pesar de su evidente incomodidad, responde con voz firme:

Eli: Señor Malfoy, mi linaje es... complicado. No puedo afirmar ser de sangre pura.

El silencio cae sobre la mesa, mientras todos procesan las palabras de Eli. Lucius, con una mirada penetrante, parece evaluar cada una de sus palabras antes de responder.

La tensión en la habitación se disipa ligeramente, pero Amelie sigue sintiendo el peso de la pregunta de Lucius, preguntándose qué significará para el futuro de su amiga y para su propia relación con la familia Malfoy.

La mirada de Lucius se vuelve más fría, y un destello de desaprobación cruza sus ojos mientras escucha la respuesta de Eli. Después de un breve momento de silencio, asiente con solemnidad.

- Comprendo - empieza a hablar Lucius - Creo que sería lo mejor para todas las partes si te retiraras de la mansión Malfoy.

Amelie siente un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de Lucius. La tensión en la habitación se intensifica mientras todos se miran entre sí, conscientes del significado implícito en la declaración del patriarca de la familia Malfoy.

Eli, aunque sorprendida por la decisión de Lucius, asiente con dignidad y se levanta de la mesa con una expresión serena en su rostro. Sin decir una palabra más, se aleja de la mesa del desayuno, dejando atrás un silencio incómodo y una sensación de incertidumbre en su estela.

Amelie, sintiendo una mezcla de tristeza y preocupación por su amiga, apenas puede mantener la compostura mientras observa cómo Eli se retira para empacar sus cosas.

Astoria apenas puede ocultar una sonrisa triunfante mientras observa cómo Eli se aleja de la mesa del desayuno. La tensión entre ellas ha sido evidente durante mucho tiempo.

Mientras tanto, Draco, con una mirada sombría, desvía la mirada hacia Narcissa en busca de ayuda. Su madre, Narcissa Malfoy, percibe la angustia en la expresión de su hijo y le devuelve una mirada llena de comprensión y empatía.

Draco, querido,- Dice Narcissa con una suave voz - todo estará bien. Hablaremos de esto después del desayuno.

Draco asiente con un gesto de agradecimiento, sintiendo un leve consuelo al saber que puede contar con el apoyo de su madre en momentos difíciles como este.

Con una mezcla de tristeza y determinación, Amelie se acerca a Eli mientras esta empaca sus pertenencias. Se ofreció a ayudarla, sintiendo la necesidad de estar allí para su amiga en este momento difícil.

-¿Necesitas ayuda con eso?- pregunta Amelie.

Eli, con una sonrisa agradecida, acepta la ayuda de Amelie, comenzando a organizar sus cosas mientras intercambian unas pocas palabras de despedida.

Gracias, Amelie. - dice Elisabeth mientras empaca todo en una maleta -No sé qué haría sin ti.

Mientras Eli continúa empacando, Amelie no puede evitar notar que sostiene un elegante vestido en sus manos: el mismo que Eli había llevado la noche anterior durante la fiesta en la mansión Malfoy.

La Lestrange pregunta -¿Qué pasa con el vestido?-.

Eli, con una mirada melancólica, extiende el vestido hacia Amelie.

Es tuyo. - dice Eli con una mirada triste - te lo devuelvo.

Amelie se queda sin palabras por un momento, sintiendo un nudo en la garganta al darse cuenta del gesto significativo de su amiga.

No, Eli, no puedo aceptarlo. - niega la Lestrange - Es tuyo, piensa aquel es mi forma de agradecerte por el favor que me hiciste ayer.

Eli insiste, con una mirada de complicidad en sus ojos.

Eli: Te lo estoy dando, Amelie. Es un regalo. Para recordar nuestra amistad.

Con un abrazo lleno de emociones compartidas, las dos amigas se despiden, prometiendose que volverán verse en Hogwarts.

Todo aquello es observado por el señor Malfoy que está en su oficina firmando una carta que le cambiará a Amelie su vida por un instante.

Luces y Sombras en Hogwarts: El Camino de AmelieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora