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Después del desayuno, fue difícil para Amelie encontrar las mazmorras para su primera clase. Al entrar en el salón, vio cómo un señor la miraba con enojo pero al momento lo reconoció, era el profesor Snape siempre iba a la mansion y tenia largas reuniones con su tio y, entre murmullos, notó que había olvidado su libro de pociones en su habitación.

Frustrada se sentó en la última mesa de aquel lugar donde aún quedaba un asiento disponible, al ver a su compañera noto que era Elisabeth.

Charlo con Elisabeth sobre temas sin importancia y de cómo había sido su primer día en aquel colegio.

Se dió cuenta que Elisabeth era muy tímida al principio pero minutos después era mu extrovertida, aquella Slytherin le contó sobre su familia y cosas que le pasaban a diario.

— A veces mis hermanos me encierran en el sótano de la casa —dijo Elisabeth — les encanta hacerme la misma broma siempre, y a veces duro una semana encerrada ya que mis padres nunca abren la puerta aunque sepan que estoy ahí — dijo con un tono de voz entrecortado — pero a pesar de todo ellos me quieren.

Pobre Elisabeth penso Amelie aquella chica ha sufrido mucho y a pesar de todo quiere a su familia.

Amelie le iba a decir algo pero no pudo ya que la clase daba su fin y la siguiente le tocaba compartir con los de Hufflepuff.

Las horas continuaron y ya era de noche, sin más después de la cena Amelie decidio ir a dar una paseo por aquellos pasillos del colegio antes de ir a su habitación.

De regreso a su habitación, Amelie se encontró con una carta sobre su escritorio. Con curiosidad, la abrió y leyó el contenido. Era una nota de su tío, advirtiéndole sobre la importancia de no descuidar sus responsabilidades mágicas y recordándole que la disciplina y el estudio eran fundamentales para su futuro. Reflexionando sobre las palabras de su tío, Amelie decidió redoblar sus esfuerzos académicos y tomar en serio sus estudios de magia. Con determinación, se sentó en su escritorio y comenzó a repasar sus apuntes, decidida a mejorar y demostrar su valía como bruja.

Pero se dió cuenta de algo, su tío no le había escrito reclamándole sobre quedar en Ravenclaw, le pareció sospechoso, pero, de repente un ruido en la ventana la asusto.

Al abrir la ventana, se dió cuenta que era una nota de los gemelos Weasley invitando la a un paseo nocturno,miro la hora, y vio que faltaba un cuarto para las 12 de la noche, sin más, se llevó una capa y salió de la habitación agradeciendo que sus compañeras de cuarto estuvieran durmiendo.

La nota decía que se encontrarían en el invernadero y así fue.

Al llegar vio a los dos pelirrojos con otra persona, al acercarse más vio que era Astoria.

Emocionada por la inesperada invitación de los gemelos Weasley y al ver a Astoria, Amelie se unió al grupo en el invernadero. Los gemelos, con su típico humor travieso, le explicaron que habían ideado un plan para explorar los terrenos del colegio bajo la luz de la luna y que Astoria, con su conocimiento sobre plantas mágicas, se había unido a la aventura.

Intrigada y emocionada por la perspectiva de una noche llena de misterio y magia, Amelie se dejó llevar por la atmósfera del momento. Juntos, recorrieron los oscuros pasillos y rincones del colegio, compartiendo risas y anécdotas mientras descubrían secretos ocultos y criaturas mágicas que habitaban en los terrenos.

Al final de la noche, mientras regresaban a sus dormitorios, Amelie se sintió agradecida por la amistad y la aventura compartida con sus nuevos amigos. Con una sonrisa en el rostro, entró en su habitación, sabiendo que esta noche había sido una de las más memorables desde que llegó al colegio de magia y hechicería.

Al día siguiente, Amelie se despertó con una sensación de emoción por la noche anterior. Aunque cansada, estaba ansiosa por enfrentar el nuevo día en el colegio de magia y hechicería. Se vistió rápidamente y se dirigió al comedor para desayunar, donde compartió algunas risas y comentarios con sus amigos.

Durante las clases, Amelie se esforzó por prestar atención y participar activamente, motivada por el deseo de mejorar en sus estudios de magia. A pesar de la fatiga de la noche anterior, se sintió renovada y enfocada en sus objetivos académicos.

Después de las clases, se reunió con los gemelos Weasley y Astoria en el patio del colegio, donde compartieron anécdotas y planes para futuras aventuras. A medida que el sol se ponía y el día llegaba a su fin, Amelie reflexionó sobre la importancia de la amistad y la magia en su vida, agradecida por las experiencias emocionantes que el colegio le había brindado hasta el momento. Con una sonrisa en el rostro, se despidió de sus amigos y se retiró a su habitación, lista para descansar y enfrentar un nuevo día lleno de posibilidades en el mundo mágico.

Luces y Sombras en Hogwarts: El Camino de AmelieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora