Willow.
Entre en la casa dejándolos afuera, enojada por toda la situación que acaba de suceder, casi no puedo creer lo que acaba de pasar.
Tengo a un intento de hombre mintiendo sobre una relación conmigo y luego está mi hermano que parece ser más ciego que un no vidente.
No pasan cinco minutos en los que escucho la puerta abrirse y cerrarse con rapidez, pero yo ya estaba alejada agarrando un vaso de agua de la cocina y bebiendomelo como si fuera la última coca cola del desierto.
Mi hermano llega frente a mí visiblemente enojado tomando fuertes respiraciones mientras me mira con sus manos en las caderas, la vena de su frente es visible a mil millas de distancia y eso me hace mirarlo asombrada, nunca lo había visto tan enojado, ni siquiera cuando era la niña más problemática en todo el High school.
Suspira intentando calmarse aunque no sé de qué o porque le importa algo si me acosté o no con William.
Anthony: ¿Alguna explicación?
Willow: Claro, ¿Qué tal mi fecha de nacimiento? ¿Mi edad?
Anthony: No eres legal para beber.
Asiento con la cabeza mientras termino mi vaso de agua.
Willow: Curiosamente soy legal para follar, búscalo, debe estar en algún lado anotado.
Estoy enojada y no me gusta estar siendo grosera con él, pero él no ve mis acercamientos y todavía tiene el tupé de enojarse si estoy con otra persona.
Llevo años intentando que me vea, soy caprichosa y una mocosa por naturaleza así que descubrirás que la paciencia no es mi fuerte, pero tuve más con él de la que podría utilizar en mi vida entera.
Anthony: ¡Eso no significa que te andes acostando con cualquier engendro!
Willow: ¡Tú te acuestas con quien quieras y yo no digo nada, no tienes derecho a reclamarme algo!
Paso por su lado y subo las escaleras dando fuertes pisotones, al llegar a mi habitación cierro la puerta de un portazo que podría escucharse en toda la calle antes de acostarme en mi cama, abrazo mi peluche y miro la pared mientras pienso.
Nunca le había gritado a mi hermano, él siempre me había dado lo que quería, siempre había sido bueno y me había cuidado, siempre se había encargado de hacerme sentir amada, pero supongo que fui yo la que vio cosas que no eran.
Su amor siempre fue fraternal, soy yo la que se había creado la ilusión de que podría ser más, porque yo quería que fuera más.
Qué estúpida.
Media hora después dos golpes en la puerta me hacen quedar completamente quieta, no respondo, pero no hace falta porque un momento después la puerta se abre.
Se que es mi hermano porque no hay nadie más en la casa, pero no puedo verlo al estar de espaldas a la puerta.
La figura alta, musculosa y perfecta de mi hermano se posiciona frente a mí y yo subo la mirada, lo primero que llama mi atención es la bandeja en sus manos, pero me niego a levantarme y dejarme llevar por mi curiosidad.
Anthony: Perdoname pequeña, no debí gritarte —lo miro con ojos entrecerrados— tampoco tengo ningún derecho en meterme en tu vida —carraspea— privada, ¿Me perdonas?
Nunca puedo estar enojada con él.
¿Por qué tiene que ser tan perfecto?
Willow: ¿Eso es para mi?
Anthony: Solo si me perdonas.
Willow: Eso es un soborno.
Anthony: Prefiero llamarle compensación.
Me sonríe haciendo que automáticamente yo sonría, se sienta en el borde de mi cama y yo me levanto para estar sentada.
Willow: ¿Ese es el chocolate que me gusta?
¡Mis gomitas!
Intento tomarlas, pero la bandeja se mueve de mi alcance haciéndome fruncir el ceño mientras hago un puchero.
Anthony: Todo esto será tuyo, solo si me perdonas.
Ya ni siquiera estaba enojada con él, pero si aceptar sus disculpas hará que toda esa bandeja repleta de dulces termine en mi posesión entonces puede tener mi perdón.
Willow: Si te perdono.
Quiero volver a tomar algo de mi ahora bandeja, pero esta vuelve a escaparse de mi alcance.
Enojada lo miro mal y me cruzo de brazos mientras bufo.
Anthony: Todavía no terminamos, me debes una disculpa.
Es verdad, pero…
Willow: ¿Por qué te debo una disculpa?
Anthony: Por gritarme.
Willow: Pero tenía razón.
Entrecierra sus ojos mirándome.
Anthony: Si, pero eso no te excusa de pedir disculpas.
Bufo.
Willow: Está bien, perdóname por gritarte hermanito, no volverá a suceder.
Anthony: Y que sea la última vez que amenazas a Henry con echarlo si no hace lo que dices, ahora dame un beso y te doy tus dulces.
Sonriendo paso ambos brazos por su cuello antes de arrodillarme en la cama y dejarle un sonoro beso en la mejilla.
Willow: Ya.
Anthony: Toma pequeña.
Me da la bandeja llena de dulces de todo tipo, no sé en qué momento compro todo esto, pero conociéndolo fue hace algún tiempo y los tenía escondidos por la casa.
Tendré que revisar a detalle cada espacio de la casa, podría tener de estas gomitas debajo de mis narices y no tenía idea.
Willow: ¡Gracias!
Estoy aprovechandome de la situación cuando salto sobre él besándole todo el rostro, termino sentada en su regazo mientras él se ríe y me abraza por la espalda.
Anthony: Basta pequeña te vas a caer.
Willow: No me caeré, tus manos grandes me agarran.
Sigo molestándolo y abrazándome a él, estos momentos son los únicos que yo puedo robar y son escasos.
Anthony: Pequeña.
Sintiendo su cuerpo tenso debajo del mío decido dejarlo en paz.
Willow: ¿Quieres ver una película conmigo mientras comemos estos dulces?
Me vuelvo hacia mi cama y palmeó el lugar libre a mi lado, él me sonríe y se pone de pie, frunzo el ceño cuando mete las manos en sus bolsillos pensando que se irá, pero me tranquilizó cuando luego de mucho movimiento incómodo saca su teléfono y sus llaves.
Se pone a mi lado, semi sentado entre el respaldo y la cama y yo me abrazo a él mientras finjo prestar atención a la película.