🔥CAPITULO 11🔥

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Anthony

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Anthony.

Cuando el partido acaba salgo furioso del campo arrojando mi casco al suelo e ignorando a mis amigos, no estoy de humor para hablar o festejar nuestra victoria en este momento.

Siento que algo quema en mi pecho y solo se intensifica al recordar la kisscam, estoy...

Dios estoy tan jodidamente celoso y enojado.

La besó, besó la boca que me pertenece, se acercó a la mujer que me pertenece y todo el país lo vió.

Fuera del vestíbulo encuentro a mi pequeña con Henry hablando animadamente como si no hubiera hecho absolutamente nada cuando en realidad rompió cada jodido límite que me puse.

Anthony: ¿¡Se puede saber que mierda fue eso!?

Willow: ¿El qué?

Anthony: La kisscam.

Murmuro entre dientes, Henry se fue en cuanto me vio llegar encolerizado y es mejor así porque también terminaría a los gritos con él porque le dije explícitamente que no dejará que ningún hombre se le acercara.

Willow: Oh, un pico.

¿Un pico? Bufo y luego me río sarcásticamente, me pasó las manos por el rostro y respiro pesadamente para calmarme.

No hagas nada, no hagas nada, esta es tu hermana pequeña, me repito como un mantra una y otra vez desde hace más tiempo del que debería, pero no funciona tan bien cuando al volver mi mirada a ella veo sus labios brillantes.

A la mierda murmuro y la levanto cargandola en mi hombro antes de meterla al vestidor conmigo y cerrar con seguro.

La siento en uno de los bancos y me pongo delante de ella con las manos en las caderas como si la fuera a regañar, eso no será lo único que le haré.

Anthony: ¿Quién es? ¿Ya lo conocías?

Me mira con el ceño fruncido.

Willow: ¿En serio? Tu deberías decirme quién es, tenía tu pasé.

¿¡Qué!? Mis pases siempre están reservados para mi pequeña y Henry para que se siente a su lado y el tercer pase lo guardo para que siempre haya un asiento de distancia entre mi hermana y cualquier otra persona con otro pase, pero...

Dios.

Mierda.

Mataré a Zane.

Anthony: Muy bien pequeña es tiempo de que te dé una lección que no olvidarás —me acercó y extiendo mi mano hasta que agarró su mandíbula, recorro el contorno de sus labios con mi dedo antes de inclinarme y besar sus labios de forma feroz y hambrienta, recorriendo con mi lengua cada centímetro y mordiendo sus labios cuando me retiro, sonrío mientras ella jadea con los ojos bien abiertos— de rodillas pequeña, aprenderás a quien pertenecen estos labios.

Aún aturdida la ayudo a arrodillarse, mi mano recorre sus mejillas, sus labios hinchados por el besó y su cuello hasta terminar agarrando su cadena.

Willow: ¿Qué está pasando hermanito?

Gruño y paso mi mano por encima de mi parte delantera olvidando que tengo el protector.

Anthony: ¿Vez esta cadena?

Le pregunto volviéndola a agarrar.

Willow: Es la que me regalaste con nuestro apellido.

Anthony: No —niego con la cabeza— esto es para que sepas a quién perteneces, pero parece que hay que dejarlo más claro.

Me bajo todo hasta las rodillas dejando mi polla firme y furiosa frente a su rostro, brillando con mi excitación filtrada.

Meto mi pulgar en su boca y ella lo envuelve con sus carnosos labios, la obligó a mirarme a los ojos mientras mi otra mano masajea mi polla, veo sus ojos querer desviarse hacia allí, pero logra mantener su mirada en mis ojos.

Siempre supe que mi hermanita está un poco enamorada de mi, no podía ser casualidad que desde que cumplió dieciocho años empezó a pasearse delante de mí solo en bragas y brasieres de encaje que dejaban todo a la vista, nunca me pasó desapercibida la forma en que sus ojos se detenían en mi cuerpo cuando me sacaba la camiseta transpirada luego del entrenamiento, pero nunca hice nada, está mujer es mi hermanita, la que prácticamente crié.

Me había prometido nunca sucumbir a mis instintos, pero me jodió tanto ver ese beso en la pantalla grande para que todo el mundo pudiera verlo.

Anthony: Abre la boca, haz sido una gran mocosa hoy mostrándote con otro hombre que no soy yo, prestando estos labios que no te pertenecen así que reclamaré tu boca para que entiendas a quién pertenece cada parte de este precioso cuerpo.

Su boca se abre desafiante, mi mano agarra su nuca y mi cabeza se va hacia atrás mientras gimo cuando meto mi polla en su boca sintiendo la punta chocando con su garganta.

Anthony: Oh pequeña... tu boca es tan buena, me llevas tan bien...

Mis ojos se cierran mientras gimo ronco, ella ahueca sus mejillas aunque la profundidad en la que le estoy follando la boca la está ahogando y sus ojos están llorando, su lengua pasa por el largo haciéndome estremecer por el calor y la humedad en ella, mi mano aprieta inconscientemente un poco su cabello y ella gime alrededor de mi polla llevándome tan profundo que si no estuviera con una mano apoyada en los lockers detrás de mi hermana ahora estaría cayendo al suelo por las incontrolables sensaciones abrumadoras.

Muevo mis caderas hacia adelante y atrás con fuerza y rapidez, perdiéndome en las sensaciones de la boca de mi hermana rodeando mi polla, ni siquiera los sueños que he tenido se comparan con esto, nada iguala tenerla personalmente de rodillas delante de mí gimiendo por mi polla.

Mis gemidos roncos llenan el vestidor cuando siento los músculos de mi vientre tensarse y la anticipación cosquilleando en mi nuca.

Anthony: Tragarme todo pequeña tú puedes... si ahí, justo así —la felicito cuando su garganta se expande aún más para permitirme entrar más en su boca— justo así mi buena niña...

Mis piernas y vientre se tensan antes de aflojarse y sentirse como gelatina cuando embisto una última vez hasta el fondo llenando su garganta de mi semilla.

Anthony: Mírate, tan perfecta y hambrienta de mi polla tomando todo el semen de tu hermano —gruño cuando traga alrededor de la punta de mi polla aún erecta por ella— tan buena niña para tu hermano...

Game Time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora