Termino de aplicar rímel a mis pestañas y vacilo un poco al coger el pintalabios rojo. Decido no usarlo, ya me siento un poco incómoda con el ajustado vestido negro que llevo puesto. Así que simplemente me aplico un poco de brillo en los labios y dejo mi cabello suelto. Ha crecido bastante y ya me llega hasta media espalda. Unos cuantos toques de plancha son suficientes para dejarlo completamente liso. Tengo suerte de no tener un cabello demasiado rebelde, porque no soportaría pasar más de cinco minutos peinándolo.
Me miro en el espejo y sonrío, por primera vez en mucho tiempo me siento bien con mi imagen. Los moratones se han aclarado lo suficiente como para resultar prácticamente invisibles a cualquier ojo que no sepa de su existencia.
Miro el reloj, son las once menos cuarto. Cojo un pequeño bolso color crema en el cual introduzco algo de dinero, el móvil, las llaves y una pequeña cuchilla plegable. No es gran cosa, pero me hace sentir un poco más segura. No pienso volver a los oscuros callejones donde conocí a Bill sin nada para protegerme. Me miro una última vez en el espejo y salgo de casa.
Camino por las oscuras calles de la ciudad durante unos veinte minutos. Esta vez ya sé qué camino debo seguir para llegar a mi destino, el mismo local donde vi a Blake por primera vez. Cuando llego me percato de que hoy hay muchísima más gente, es como si algo importante estuviera sucediendo. Todo el mundo está extasiado, borracho en el mejor de los casos. Aunque el suelo lleno de jeringas me sugiere que aquí se llevan cosas más fuertes que el alcohol. Me alegro de haberme puesto este vestido, hace que no me sienta demasiado fuera de lugar pese a que todas las chicas visten ropa tres veces más ajustada y corta que la mía.
La multitud grita eufórica y hace apuestas que no logro entender. Me abro paso como puedo hasta la puerta del local, y una vez dentro, no vacilo. Sé dónde encontraré a Blake hoy. Voy directa a la pequeña puerta de la esquina, la que me señaló el barman la primera vez que estuve aquí y en la que cuelga el cartel de "solo personal autorizado". Al abrirla me encuentro con unas oscuras y viejas escaleras que descienden como mínimo unos 10 metros, y acaban en una segunda puerta.
Lo que encuentro tras ella me deja paralizada unos segundos, no tiene ni comparación con el caos que había en la entrada del local. No cabe ni una sola persona más en esta sala, y no estoy exagerando. Todos gritan, saltan, se pelean y observan tensos algo que se escapa de mi campo visual. Empiezo a pensar que ha sido inútil venir hasta aquí, me va a resultar prácticamente imposible encontrar a Blake entre toda esta gente. Sin embargo, por algún motivo, ya no me importa. Ahora solo siento una enorme curiosidad por descubrir qué está pasando al final de este sótano, cual es la causa de tanta locura.
Me abro paso muy poco a poco mientras voy avanzando. Hacia mitad de camino se vuelve más difícil y me veo obligada a recurrir a los empujones, pero nadie parece darse cuenta, o a nadie le importa demasiado.
Consigo situarme en la segunda fila, pero unos hombres más altos que yo obstruyen mi visión. Soy pequeña, así que con un poco de esfuerzo y paciencia consigo colarme entre dos de ellos. Están tan absortos en lo que tienen delante que ni se percatan. Tengo los ojos fijos en el suelo, concretamente en la valla que nos separa de lo que sea que tengamos enfrente.
El corazón me late muy fuerte por el esfuerzo de llegar hasta aquí. Subo la mirada poco a poco, intrigada. Lo primero que veo son pies que dan pequeños saltitos con agilidad y de vez en cuando grandes pasos coordinados hacia delante o atrás. Frunzo el ceño confundida, dos personas bailando no pueden ser la causa de tanto alboroto. Termino de subir la mirada y se me corta la respiración. Dos chicos vestidos únicamente con un ligero pantalón de chándal, sin guantes, casco ni ningún tipo de protección, dándose puñetazos y patadas con todas sus fuerzas. Uno de ellos tiene el labio partido y todo el torso manchado de la sangre que cae de su herida. Cuando recibe un puñetazo justo en su ojo izquierdo y éste empieza a volverse de un tono más oscuro, toda la multitud vitorea.
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BLAKE [#1] ✔️
ActionCuando su hermano es secuestrado y unas inquietantes notas aparecen en su casa, a Helena solo le queda una opción. Recurrir a Blake, el amenazante chico de los tatuajes. Frío, cortante, insensible y condenadamente sexy. Para su sorpresa, él está dis...