Capítulo 190

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Los tres juntos desayunaron y después se prepararon para llevar a Martin, él no había traído mucho ya que su viaje fue corto así que no había mucho equipaje que cargar, en la terminal esperaron hasta que llamaron para subir al colectivo.
Martin: -“bueno Pablito, no me gustan las despedidas así que hagamos cuenta que nos vamos a ver dentro de un rato, estoy muy orgulloso del gran tipo en el que te convertiste y se que mi nieto no podía tener mejor padre que vos”- se abrazan
Pablo: -“gracias Tincho, te vamos a extrañar esperamos que vengas más seguido y nosotros seguro vamos para allá con tu nieto”- refiriéndose al sur
Martín: -“bueno hija no me llores, que no te quiero ver así, yo estoy feliz de la vida de verte tan bien,hermosa como siempre y plena con Pablito con mi nieto, no puedo pedirle nada más a la vida”-
Marizza: -“gracias papá, te quiero mucho, cuídate”-
Martin subiendo al colectivo –“ustedes también cuidense, y cuiden ese amor tan lindo que tienen”-
Cuando el colectivo arranco y lentamente comenzó a salir de la terminal, Marizza se quebró de la misma forma en que lo había echo la última vez que se despidió de él, a ella tampoco le gustaban las despedidas porque no le gustaba llorar, pero no podía dejar ir a su padre sin acompañarlo hasta su último segundo en Buenos Aires. Pablo la abrazó consolandola, sabía que le dolía despedirse de sus seres queridos y más aún de su papá sin contar que con el embarazo su sensibilidad había aumentado.
Pablo: -“mi amor te paso a dejar a casa así descansas”-
Marizza limpiando su rostro –“no amor vamos a la productora así trabajo, no te preocupes estoy bien y allá me voy a olvidar de todo”-
Pablo: -“ok loquita se que no te puedo sacar las ideas de la cabeza así que vamos, pero prométeme que si te cansas o te da sueño te volves a casa”-
Marizza: -“esta bien pero ahora tengo que trabajar, tengo mi grupo esperando por su clase y no es profesional dejarlos plantados mi amor”-
Viendo que no la iba a convencer de lo contrario, Pablo accedió y la llevo a la productora a trabajar, y que haga todo normal bajo su supervisión constante.
Este día estuvieron a full, eran días de mucho trabajo y en su estado se agotaba más rápido, para cuando llegaron a su casa estaban destruidos, a ella le dolían los pies y piernas que estaban muy hinchados, estaban tan cansados que pidieron comida por delivery para no tener que hacer nada.
Pablo: -“mi amor anda a darte un baño mientras esperamos el delivery, después te hago un masajito así te alivia el cansancio en los pies y piernas”-
Marizza asintio y se fue al baño,se ducho y directamente se puso el pijama para estar más cómoda, se sentía muy cansada y eso la estaba preocupando.
Al llegar el delivery se sentó a comer junto al rubio, el apetito no lo había perdido a pesar de que no se sentía bien. Para la hora de dormir Pablo busco un gel refrescante para piernas cansadas que había conseguido especialmente para ella y con eso la masajeo, él también estaba algo cansado pero priorizaba cuidar a su mujer, se acomodaron a descansar pero solo pudieron hacerlo por un par de horas, ya que de pronto le vino una punzada muy intensa a Marizza que la obligó a levantarse de la cama como pudo con la intención de ir hacia el baño, no quería preocupar a Pablo y ella estaba bastante asustada, al rubio no le pareció extraño, ella solía levantarse en reiteradas oportunidades durante la noche para ir al baño desde que estaba embarazada, lo que lo alarmó fue que de pronto ella queda parada y emitió un quejido no necesito más para saltar de la cama e ir a su lado.
Pablo: -“mi amor bonita que pasa”-
Marizza está vez arrollandose mientras sujetaba su vientre –“no se mi amor me duele mucho, ay Pablo no lo soporto”- se quejaba mientras comenzaba a llorar
Pablo: -“tranquila mi amor ya mismo vamos a la clínica si”- va rápido y agarra la bata de la chica, la llave del auto y su billetera
Marizza intento caminar pero está vez dio un quejido más fuerte ya que el dolor se intensificaba, y lo que los desespero más fue que se tocó y tenía un sangrado –“Pablo estoy teniendo una perdida, tengo miedo no quiere perder otro bebé no otra vez”-
Pablo trato de calmarla, con cuidado la alzó en sus brazos y la llevo lo más rápido posible al auto para llevarla a la Clínica mientras se comunicaba con la ginecóloga para avisarle todo lo que estaba pasando.
Al llegar a la clínica bajo corriendo y fue a conseguir una silla de ruedas para poder llevar más fácil a su mujer que a esta altura lloraba atemorizada por lo que estaba pasando, para su suerte la obstetra ya había avisado para que preparen todo así podía chequearla, a penas llegó las recibieron dos enfermeras que estaban como esperandola. . . .

Mi Mente Te Olvido, Mi Corazon NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora