°•°•°•°•cap31•°•°•°•°

104 10 1
                                    

Todos estábamos en nuestros puestos, no podíamos estar dentro de la prisión, estaba afuera en el bosque con mi padre, carl, Beth y Judith.
No me permitían pelear luego de desmayarme, papá mencionó algo sobre que estaba anemica y que no podía hacer mucho esfuerzo, no me quedó más que adaptarme a lo que me ordenaban. Estaba obligada a obedecer.

Judith se encontraba en los brazos de Beth, se movía muy inquieta, le extendí los brazos a Beth para que me la entregué. Cuando por fin la vi en mis brazos solo pude sonreír, sus pequeñas manos me hacían morir de ternura, era extraño pensar que jamás podría vivir con normalidad como yo lo había hecho.

- tienes ganas de patear traseros ¿no es así?- sostuve su pequeña mano entre mis dedos.- ¿Quieres que te lleve allí para que puedas patearselo al gobernador?- reí.- oh claro que serás una gran patea traseros.- Judith rió.-

- es la primera vez que ríe.- carl miraba a su hermana en mis brazos.-

- ¿ah sí?- jugando con la bebé.- oíste eso Beth, ella me ama.- diciéndole a judith, mire a carl, este sostenía una cara sería y las cejas arqueadas hacia abajo.- carl.- me regreso la mirada.- ¿Qué tienes?

- nada.- acomodando su sombrero de sheriff.-

- puedes contarme si así lo deseas.- insistí, no mantenía una conversación con carl desde hace tiempo, podría sufrir mucho luego de lo de su madre y Rick no permanecía mucho en la prisión por andar estresado con el gobernador.-

- papá no me dejará ir a Woodbury...- oh claro que lo entendía, te hacían sentir inútil por no hacer algunas cosas, carl casi nunca ayudaba en las misiones. Era solo un niño a los ojos de todos y así era, Pero no era necesario repetirlo y hacerlo sentir menos solo por su estatura o edad. Para mí siempre va a ser una parte valiosa del grupo.

- a mí tampoco me dejarán ir.- pensé.- ¿no crees que te necesitarán en la prisión?- él movió su cabeza en negativo.-

- papá creé que no puedo...lo sé.- le entregué la bebé a Beth y me senté al lado de carl.-

- carl, tu padre no cree eso, es solo que aún eres un niño.- agachó su cabeza.- pero eres fuerte, por eso te encargamos que cuides la prisión, sabrás que hacer en caso de que nos ataquen y no estemos para impedirlo.

- quiero ayudar...

- cariño, creeme que lo sé, pero no podemos arriesgarnos.- acaricie su espalda para reconfortarlo.- se que es difícil para tí estar en la prisión, con miedo a perder a alguien más. Debes entender a tu papá, él tampoco quiere perderte, trata de proteger lo poco que le queda...

- le prometí a mi mamá que los protegería a todos...

Mi respuesta fue aturdida por unos tiros, carl corrió a la dirección de mi padre y se poso a su lado a ver, Beth se dirigió a la parte trasera del auto con Judith y yo preparé mi pistola.
Me acerque a carl y a mi padre para espectar lo que estaba pasando en la prisión.

- yo debería estar allí.- carl volvia a quejarse por su falta de acción.-

- estás mejor aquí.- mi padre estaba agachado, tomando su escopeta con una fuerza inmensa.-

Una de las torres estaba en llamas, habían camiones en la entrada de la prisión y obvio que los disparos se hacían sentir, me tranquilice al ver que nada importante había explotado.
Me senté en el suelo para vigilar el auto y a la vez a mi hermana.

- ¿está todo bien?- Beth se asomaba por la ventanilla.-

- podría decirse que si.- mirando mis zapatos llenos de tierra y sangre seca, proveniente de los caminantes.-

...

Pasaron lo que parecían ser horas o tal vez minutos o segundos. Papá me tocó el hombro bruscamente, me asome por arriba de la arboleda, Vi como el gobernador y su grupo salía de la prisión, él solo apuraba a su grupo y ellos corrian despavoridos.

- espero que Glenn y Maggie estén bien.- observando a los hombres, mujeres y algunos adolescentes del grupo del gobernador, ¿A qué clase de hombre seguían? Ellos solo seguían una mentira.-

Me elevé del suelo para correr al auto, mi padre y carl se acercaron a su paso, acomode los bolsos y las armas para irnos de vuelta a la prisión.
Escuchamos a alguien venir hacia nosotros, se escuchaban las hojas secas quebrarse, cada vez eran más cercanas.
Si algo nos otorgó el apocalipsis, fue la alteración de nuestros sentidos, podíamos oir pasos y tener los reflejos más rápidos para ponernos en posición de ataque y disparar sin pensar.

Un chico, unos 15 años aproximadamente, se asomaba desde los árboles. Estaba armado. Automáticamente lo apuntamos, este levantó las manos antes de decir.

- no, no les haré daño.- aún con el arma en mano, solían decirnos eso a diario, "tranquilos, no les haré daño." Solo mentiras para bajar la guardia. Este era solo un chico, un niño asustado, no iba a lastimarnos.-

- baja el arma hijo.- papá no dejo de apuntar, el chico bajo su arma y la puso en el suelo, mi padre y yo bajamos las armas. Obviamente no le quitamos el ojo de encima, mire a carl por solo un segundo, camine hacia él, ya que aún mantenía su pistola apuntando a al rostro del otro chico.-

- carl...- lo llamé, pude tocarle el hombro, pero el desconocido recibía un disparo.- carl!

Quedé en shock, él había asesinado a un chico, un humano que era inofensivo. Mi sangre estaba helada y carl tenía la mirada calmada, como si se tratase de algo normal, mire el cuerpo de un joven tendido en el suelo mientras mi respiración se aceleraba. Estaba enfadada por la imprudencia del niño Grimes, no había necesidad de quitarle la vida a alguien, él no decidía sobre eso. Nadie decidía sobre la vida de alguien.

- carl!, ¿por qué hiciste eso?- tomándolo de los dos hombros.- ¡no debías hacerlo!- grité, fui un poco dura, carl necesitaba de eso para recuperar la poca cordura.-

- era necesario!, tenía un arma!

- no todos los que portan un arma van a dispararte. Hablaré con tu padre sobre esto, no quiero que andes disparando y matando como un maldito loco.- lo solté y camine al auto, me senté en el asiento delantero y esperé a que los demás subieran.-

...

Ya estábamos todos en el auto, carl y yo no sosteníamos miradas, nadie hablaba. Tan solo Judith, que aún no podía mantener una conversación, pero lo intentaba.
Cuando llegamos a la prisión, bajamos del auto y entramos al pabellón, ví a carl y a Rick hablar, mi padre tenía esa mirada de regaño. Por último, Rick se acercó a mí, me abrazó.

– me alegra que estén bien...- Rick palmeaba mi espalda.-

Pegué un suspiro de cansancio y sonreí.

– carl, él...- me interrumpió.-

– fue en defensa propia.- negué repetidas veces.- si que lo fue, ¿por qué carl me mentiría?

– Rick, ese chico no iba a hacernos daño, si, tenía un arma Pero no iba a lastimarnos...me preocupo por la salud mental de carl.

– es un niño...

– exacto, Rick, no puedes normalizar algo como eso. Es...inhumano, tu hijo se está quedando sin humanidad.- Rick me miró y tirito.-

– está madurando, es solo eso, no volverá a pasar.

– Rick, carl maduro por dolor no por edad...- no respondió, se puso tenso y dejó de respirar por segundos.- tú hijo paso cosas que no debía. Antes solía pensar que tratarlo como lo que es, un niño, era una idea tonta. Pero luego entendí que es necesario tratarlo como tal, se está saliendo de control, hoy fue ese chico. Mañana podríamos ser nosotros.

– ¿estás diciendo que carl será un asesino?

– no...solo digo que no debería portar un arma si no sabe usarla.- Rick agarro sus caderas y se fue de la sala.-

𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 / (𝐃𝐀𝐑𝐘𝐋 𝐃𝐈𝐗𝐎𝐍 𝐘 𝐓𝐔́) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora