Prólogo

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Casa de la familia Dunbar 

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Casa de la familia Dunbar 

Después de las vacaciones, los estudiantes se preparan para el primer día de clases, el inicio de un nuevo ciclo para muchos y el último para otros. Liam, Corey y Mason eran algunos de ellos, este sería su último año antes de seguramente separarse como ya lo habían hecho la mayoría de la manada; el año anterior en las charlas con la consejera escolar habían decidido que camino continuar al terminar la preparatoria y aunque Corey y Mason tenían en mente la misma universidad Liam aún no estaba seguro ni siquiera de que era lo que quería estudiar o en donde o, peor aún, ni siquiera sabía que era lo que le gustaba.

Todo el verano había sido una tortura para el pequeño beta, sus pensamientos lo consumían, a veces incluso se pasa horas despierto sin poder dormir. Los fines de semana hacía videollamada con Stiles y Scott, ellos intentaban tranquilizarlo y acompañarlo tanto como podían, pero él sabía que sería difícil. Scott comenzó la carrera de veterinaria y debía enfocarse en muchas materias difíciles a la vez y Stiles, pues, él estaba en el FBI, su vida se basa en crímenes, investigaciones y análisis, las últimas llamadas casi no lo reconoce de tantas ojeras que traía. 

Este iba a ser un año complicado. Liam preferiría enfrentar a un monstruo de tres cabezas que volver a su vida normal, era más difícil ser un adolescente común a ser un hombre lobo. Como si eso no fuese poco, aún debía de aprender a controlar su temperamento, entrenar y esforzarse para mantener su puesto de capitán en el equipo y tener buenas notas para intentar conseguir una beca en alguna universidad, aunque para eso primero tendría que decidir qué estudiar y en donde.

— ¿ya preparaste tus cosas para mañana? — su padrastro lo saco de sus pensamientos 

— sí, ya casi termino — dijo, la realidad es que no había empezado todavía por estar pensando en todo lo que debía hacer — ya casi

Paraje de la reserva de Beacon Hills 

Las noches en el pueblo comenzaban a hacerse más frías, aún faltaba tiempo para que el otoño llegara, pero Beacon Hills nunca fue un lugar muy cálido. Mucho menos para alguien que vive en una camioneta, en un paraje de descanso, a la mitad de la nada. Alguien que ya debería de estar durmiendo para poder despertar temprano. Alguien que lastimosamente tenía que ir a la escuela al día siguiente, inventar una excusa de su ausencia y rogar para que lo dejaran recuperar las clases y exámenes que se había perdido.

Si la suerte estaba de su lado, podría terminar la preparatoria a mitad del ciclo y anotarse en la universidad que quería. 

El infierno que hay en mí 《Thiam》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora