Capítulo 8: Pequeño beta

316 41 3
                                    

No debería. Theo no debería de ser tan amable y comprensivo, ¿desde cuándo era tan humano? Tampoco debería de prestarle tanta atención al beta rabioso y mucho menos le deberían de importar sus problemas. Pero ahí estaba sentado a su lado, escuchándolo. 

Había tanta comodidad entre ambos que nadie creería que se rompieron la cara a puñetazos más de una vez. Liam había reconocido sus miedos enfrente de Theo, por primera vez los había dicho en voz alta y eso lo hacía dejar caer un peso de su pecho, lo tranquilizaba; aunque también lo asustaba, porque no entendía desde cuando confiaba tanto en la quimera. Tal vez era lo contrario, no tenía nada de confianza en él y por eso era fácil decírselo porque su opinión no le importaba, o eso pensaba. 

Theo prestaba atención a cada palabra que el pequeño beta decía. Sabía que lo usaba como un método de desahogo, pero no le importaba, se sentía a gusto así escuchándolo hablar y aprovechando la oportunidad para repasar su rostro y su cuerpo. Ese estúpido lobo siempre le resultaba interesante como el día de los vestidores o la vez del ascensor, era como si una chispa se prendiera dentro de él y lo disfrutaba, sobre todo cuando lograba molestarlo y hacerlo enojar.

— ¿y tú por qué no puedes dormir? — le pregunto Liam cuando termino de contarle todos sus problemas 

— ¿qué te hace pensar que no puedo dormir?

— sigues despierto

— por qué tú estás aquí — dijo intentando evitar hablar de más 

— ah, entonces me voy 

— está bien — no quería que se vaya, pero tampoco iba a decirle lo que le pasaba 

Liam se levantó sintiéndose irritado, había escupido sus problemas frente a Theo y él ni siquiera le contó nada. Theo notó su molestia y vio los puños apretados del lobo. Mierda tal vez había sido demasiado frío al decirle que se vaya.

— Liam — lo llamo antes de que saliera de la habitación 

— ¿qué? — si estaba molesto su voz lo confirmaba

— veo la luna todos los días por si no puedes dormir 

— lo voy a tener en cuenta — dijo con un tono más apacible antes de cerrar la puerta 

Era verdad, todas las noches veía la luna hasta quedarse dormido, era como un mantra, algo que lo ayudaba a despejar su mente de las pesadillas y remordimientos. Lo hacía desde que vivía en el laboratorio, todas las noches sin falta se sentaba frente a una pequeña ventanilla, a veces incluso se quedaba dormido hasta que el sol lo golpeaba despertándolo de nuevo. Podía pasar días sin comer o beber agua, pero no sin mirar el cielo, necesitaba eso para ser libre, era lo que le daba la tranquilidad necesaria para sentirse bien.

Por primera vez en mucho tiempo Liam había dormido la cantidad de horas suficientes como para no parecer un zombi andante, su sueño había sido tan profundo como el de un bebé. Tal vez el platicar con Theo le hizo bien, puede que solamente necesitaba desahogarse con alguien para estar en paz con su mente. Era extraño porque había intentado de todo meditación, yoga, pastillas, tomar té antes de dormir, pero nada le había funcionado y ahora resulta que solo necesitaba hablar y soltar todos sus problemas, lo más irónico era que precisamente la persona con quien lo había hecho era con Theo Raeken.

Mason iba a matarlo cuando se lo dijera. Pero él era el menor problemas ahora, hoy en la tarde llamaría a Scott y Stiles y tendría que decírselo, si la universidad no los había matado todavía al saber que la quimera vivía en su casa les daría un infarto.

El infierno que hay en mí 《Thiam》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora