Capítulo 3: Vestidores

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El miércoles había llegado, era el primer día de entrenamiento de lacrosse. Liam había ideado todo un plan para relajarse y descansar después de las prácticas. Corey tenía clases de francés, Mason estaba estudiando en la biblioteca y él estaba el campo de la escuela, al terminar el día los tres se reunirían y se irían a ver películas y cenar en su casa o ese era el plan inicial.

El entrenamiento estaba siendo más pesado que todos los del año anterior, sin mencionar a los nuevos estudiantes que intentaban impresionar al coach, eran los típicos bravucones de las películas pero menos inteligentes y más insoportables. La paciencia de Liam estaba llegando a su límite, durante toda la tarde lo habían empujado y golpeado, había tratado de contenerse y evitar lanzarlos contra el césped, pero ya no aguantaba más.

Su razonamiento se terminó cuando el número 16 lo golpeo haciéndolo caer. Su espalda resonó en el suelo del campo, sin contenerse más apretó sus puños en el palo de lacrosse, tanto que casi lo rompe, trato de controlarse y antes de hacer alguna locura se levantó y corrió hacia los vestidores.

Su casco chocó contra una de las bancas y su puño se estrelló en los casilleros; un rugido de rabia salió de su garganta mientras abría la canilla de la ducha en un intento de calmarse, el agua helada corría por su cuerpo y aun así su corazón no lograba tranquilizarse. Escucho a alguien entrar en los vestidores y se apresuró a pegarse a la pared de la ducha cubriendo sus garras y dientes expuestos.

— ¿hay alguien aquí? — era la voz de Theo, lo que le faltaba otro idiota más que lo molestara — ¿Liam eres tú? 

— ¡Vete! — le exigió furioso 

— ¿estás bien? — Theo intentó acercarse al notar la sangre correr por el agua — ¿Liam?

— ¡que te vayas! — cuando el lobo se volteó vio que sus ojos brillaban en un amarillo intenso y de sus puños apretados caían gotas de sangre — salte y cierra la puerta 

— debes tranquilizarte, si alguien viene podría verte

— nadie vendrá, ¡déjame solo!

Sin importarle que Liam intentara arrancarle el cuello, Theo no se movió del lugar. La molestia del beta comenzó aumentar, soltando otro gruñido y acercándose a Theo, quien no retrocedió, al contrario, tomó a Liam de los hombros, llevándolo de nuevo hacia la ducha, bajo aún más la temperatura de agua y lo mantuvo quieto en el lugar hasta que sus ojos volvieron a la normalidad.

— ¡basta! ¡Para, me estoy ahogando! — se quejaba mientras intentaba soltarse del agarre de la quimera — ¡ya estoy bien, detén el agua! 

— ¿seguro?, porque parecía que querías matarme 

— ¡estoy bien, ya déjame! 

— ¿aún no aprendes a controlarte? — pregunto antes de soltarlo, parte de su ropa también se había mojado al intentar tener quieto a Liam

— eso no te interesa — tomó sus cosas y camino hacia la puerta, antes de que pudiera salir, Theo lo tomo de la muñeca 

— ¿qué pasa si me interesa? — dijo en un tono de voz totalmente diferente al de hace unos momentos, miro a Liam de arriba abajo y dio un paso hacia él, relamió sus labios antes de seguir hablando — ¿habría algún problema con eso? 

— ¿qué pasa si me interesa? — dijo en un tono de voz totalmente diferente al de hace unos momentos, miro a Liam de arriba abajo y dio un paso hacia él, relamió sus labios antes de seguir hablando — ¿habría algún problema con eso? 

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El infierno que hay en mí 《Thiam》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora