Enemies to Lovers

Sorpresas y Revelaciones

El 25 de junio, mi cumpleaños, sigue grabado en mi memoria como si fuera ayer, aunque haya pasado ya un año desde entonces. Mis amigas habían estado comportándose de manera extraña, y mi intuición nunca fallaba en detectar sus planes.

Para mi buena fortuna, mi cumpleaños cayó en domingo, lo cual me llenó de alegría. Solía ser un día en el que ya estaba de vacaciones otros años, así que pensé que este año sería diferente con la posibilidad de tener clases, pero no esperaba mucho más.

Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó el lunes siguiente, cuando alguien especial apareció. Zorreador llegó y, sin previo aviso, extendió sus brazos. Levanté un poco más la punta de los pies para abrazarlo mejor, y él simplemente me deseó un feliz cumpleaños atrasado.

Justo en ese momento, mi amiga llegó y se dio cuenta de que su plan había funcionado: ella le había contado sobre mi cumpleaños para que me felicitara. Lo que más me conmovió fue que no tuvo que recordarle con dinero, como solíamos hacer cuando era el cumpleaños de una amiga cercana. Sentí una calidez especial al ver que Zorreador era diferente de lo que inicialmente pensé, y finalmente comencé a verlo bajo una nueva luz.

Recuerdo claramente cómo mi amiga maldecía en el grupo de WhatsApp por no haber grabado el momento en que mi Zorreador me abrazó por primera vez. Escribió con nostalgia sobre lo bonito que fue el gesto y cómo lamentaba no haber podido capturarlo en video.

Me sentí increíblemente bien por aquel abrazo. No era alguien que disfrutara mucho del contacto físico, aunque en el fondo siempre me gustaba. Pero el abrazo de mi Zorreador fue diferente; fue tan hermoso y reconfortante. Sentir sus brazos alrededor de mí me hizo sentir protegida y especial, como si realmente necesitara ese gesto en ese momento. Después de todo, era el chico del cual estaba enamorada, abrazándome como en un sueño hecho realidad para cualquier chica.