El beso del vapor

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Estábamos en clase como de costumbre, con mi amiga sentada adelante y yo detrás de ella. Mientras conversábamos, de repente me dio una tos intensa debido al cambio de clima reciente. Aunque intentaba controlarla, noté que mi amiga apartó la mirada hacia atrás, intrigándome sobre qué podría haber detrás de mí.

Curiosa, giré la cabeza para ver qué estaba ocurriendo y me encontré con Zorreador justo detrás de mí. En un intento juguetón y travieso, Zorreador me echó el vapor directamente a la cara, lo que casi nos lleva a estar tan cerca que casi nos besamos por un impulso. Fue un momento tenso y divertido a la vez, mientras nuestras miradas se encontraban por un instante que pareció durar una eternidad.

Sorprendida por la situación, me di cuenta de que Zorreador se había dado cuenta de mi reacción y pensó que era por el vapor de su vape.

Ese momento se convirtió en tema de conversación en nuestro grupo de WhatsApp, donde mis amigas y yo no podíamos parar de reírnos. Recordar cómo había visto todo blanco por un instante y la cercanía repentina con Zorreador nos causaba alegría y complicidad entre nosotras.

Después de ese incidente, me di cuenta de lo impredecible que podía ser la cercanía con Zorreador y cómo incluso los momentos accidentales podían acercarnos más de lo que imaginaba.

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