Sin_titulo_2024_03_15.mp3

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Tengo la extraña sensación de creer que todas las personas suelen escribir cartas que nadie jamás leerá, que somos capaces de reafirmar nuestros pensamientos sobre heridas que no sanarán; por esa razón es que me tomé el tiempo suficiente para escribirte una carta, si eres la persona indicada para merecer una de mi parte.

Dejé por dos meses que mi cuerpo reposara sobre claveles intoxicados, para volver a sentir que puedo decir algo, escribiendo sonrisas al revés, diamantes color nuez, sin estar segura de que clase de viernes es, porque estoy sobrepensando otra vez, respirando nostalgia cada mes, convirtiendo la fantasía en desinterés, bailando dentro de mis ojos cafés, uno, dos, tres, tal vez debería dejar esto para una carta más importante y empezar a hablar de quien realmente está escribiendo todo esto.

Envejecer es la parte más aburrida de la vida, cicatrices con las que he vivido durante 22 años, siendo la chica buena que todo el mundo espera que sea, amando las flores blancas y la manera en que las canciones tristes se adaptan a lo que estoy sintiendo en este momento.

Y sé que esto no tiene tanto sentido como me gustaría, pero estoy intentando escribir una carta para mí. Pensamientos desastrosos acechando cada una de las caídas que he tenido, renuncié al verano y a los días felices de diciembre, compuse canciones para la banda de un desconocido, reconociendo cada uno de los sonidos que canta el piano, ¿qué ocurrió después de los dos choques en el auto?

Hay mentiras en el cielo, en el autobús e incluso en las historias que escribí cuando tenía 19 años, mirando los desastres que esconde mi espejo, torturándome una y otra vez por lo que permití que el pasado escribiera, pero es mi culpa, por enamorarme de personas que ni siquiera conocen mi nombre completo, por romantizar la soledad y la compañía que jamás tuve.

Cuestionándome cada madrugada si estoy siendo la chica correcta, si estoy usando la ropa adecuada, si mi vocabulario es erróneo o si le estoy hablando de lo que siento a las personas equivocadas.

Suelo enamorarme del desamor, porque es la única clase de amor que me rodea, mendigando los restos de éste que he dejado en cada uno de los boulevards más cercanos a mi casa, llorando en paralelo, viviendo todo este duelo, porque siempre vives con miedo si cualquier persona que has conocido fue capaz de lastimarte, y nunca haces nada, sólo recordar y volver a vivir con miedo hasta que tu voz deje de escucharse, porque la grabadora se perdió y el alcohol se terminó (risa nerviosa para fingir que no me estoy empezando a sentir incómoda).

Corté mi cabello cuatro veces durante la semana, intentando cortar los hilos que me hacían ver lastimada, pero no necesitas arreglar nada, si realmente nunca fuiste afortunada, sólo una niña solitaria jugando en el barandal, coloreando con crayones rosados corazones que jamás pude cerrar, larga vida al amorío que jamás pude suspirar, larga vida a aquellos que algún día me arrojaron al mar, porque incluso ebria podría nadar, en la orilla del acantilado más lejano a mi hogar.

Mis venas se han manchado de colonia barata, las hojas suelen desaparecer cuando el otoño se proyecta, no recuerdo la última vez que soplé una vela de cumpleaños y tampoco recuerdo el último beso en la frente que me dio mi padre, pero he aprendido a sentir lo mismo, incluso si los que amo suelen decepcionarme, porque todas las páginas hablarán de tonterías si realmente no te interesa conocerme, sin culpa, ya es un chiste viejo.

Bienvenido a la ciudad en la que nadie ha vuelto a sonreír, cuídate de las flores y la tristeza que deambula por aquí, dibuja corazones sobre cada día de abril, te prometo que habrá una carta para ti.

Bienvenida a la ciudad en la que nadie ha vuelto a sonreír, cuídate de las flores y la tristeza que deambula por aquí, dibuja corazones sobre cada día de abril, te prometo que habrá una carta para ti.

Bienvenido a la ciudad en la que nadie ha vuelto a ser feliz, cuídate de las flores y la tristeza que deambula sobre mí, dibuja corazones sobre cada día de abril, te prometo que habrá una carta por ahí.

Bienvenido a la ciudad en la que nadie ha vuelto a sonreír, cuídate de las flores y la tristeza que deambula por aquí, dibuja corazones sobre cada día de abril, te prometo que habrá una carta…te prometo que habrá una para ti.

ESTO PUDO HABER SIDO UN AUDIOLIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora