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Respira profundo durante catorce segundos, antes de desgarrar tu alma escribiendo, merodeando entre los recuerdos, sólo para volver a sentir lo que dejaron aquellos momentos.
Pudimos haber escrito una historia increíble, pero no te culparé por los resultados, los sentimientos son espontáneos y algunas veces (siempre) los corazones no se alinearon, porque la luz violeta opaca mis ojos y los tuyos nunca miraban los mismos colores que notaba al ver el cielo…
Conocí a un chico en una fiesta en la que no quería estar, me habría arrepentido toda mi vida de haberme ido, pero pude quedarme lo suficiente para verlo bailar, nuestras miradas se chocaron y empezamos a charlar, nuestros nombres conectaron, los habíamos escuchado tiempo atrás, sé que no fuimos tan buenos para hablar, pero incluso en los silencios de la fiesta, los corazones se escuchaban palpitar. Conocí a un chico en una noche que no parecía acabar, hasta que después de varios tragos te tuviste que esfumar, y sé que no te despediste, pero ese fue el inicio de una historia que una chica obsesionada se moriría por contar.
mi anillo de mariposa, olvidado en un cajón, en la habitación de un noble enamorado
No diré que fue una historia de amor, porque en realidad nunca estuve enamorada, pero sentí a las estrellas alrededor de mi cabello algunas veces, el azul es tristeza, fui la única que sintió demasiado, ¿no es así? (suspiro desalentador capaz de abrir la puerta).
Nuestras cabezas se acercaban, nuestros pensamientos se complicaban, bajabas la ventanilla, mis mejillas se pintaban, las fiestas continuaban, la música se volvía repetitiva, eras la clase de chico que cuidaría mis cartas desordenadas, pudiste haberlo sido, lo siento, no te culparé por eso, ¿el tiempo pasa demasiado rápido o sólo soy una intensa sin esperanzas?
Me besaste una vez, aún lo recuerdo, te besé una vez, aún lo recuerdo, me abrazaste una vez, lo hiciste de nuevo, te amo, lamento estar siendo muy honesta, pero tus brazos eran el lugar más seguro para esta chica sedienta, después de haber atravesado la sequía de su vida.
Intenté ser paciente, respira profundo, catorce segundos, recostando mi cabeza en tu hombro, caricias en el cabello, eras el chico con el que estaba soñando mientras el auto se detenía, eras el chico que desearía estar besando mientras la brisa se sentía. Abrazos por horas de vida, sonrisas brillantes, nuestros ojos charlaban mejor de lo que nuestras voces lo hacían, podía reír al verte, hacías lo mismo, pero no te culparé por eso, lo prometo.
Recostada en tus piernas, palabras de encanto, había una fiesta del otro lado de la puerta, no quería alejarme, sosteniendo tu mano, es gracioso cómo malinterpreté toda una escena, sólo por soñar despierta, fue mi culpa, no te culpo.
Durmiendo sobre tus brazos, el lugar más cómodo en el que recuerdo haber cerrado mis ojos, porque mis pesadillas fueron protegidas, porque mi cuerpo reposaba sobre el tuyo, éramos tan diferentes, sentíamos tan diferente, nunca soñaste con algo como esto después de sentir a mis latidos caminar, nunca lo hiciste.
Te interesaste en mi poesía, en como soy capaz de convertir tus palabras en mías, en transcribir los sentimientos que tuve una y otra vez en una hoja de papel que después me felicitarías por escribir, ¿leíste las palabras de tu playera gris?, inspiración para mis palabras recortadas, ¿leíste las letras del libro que escribí?, desilusión para mis palabras retratadas.
fuiste mi versión, ahora tuviste que borrarme de ahí
Aún conservo tu presencia, porque sigues siendo aquel chico gentil que conocí, y tal vez me mataría decir “adiós” si eso significa que no volvería a abrazarte. Quizás estábamos destinados a eso, a amarnos en otro plano, cuidando mis emociones, cuidando las del otro, porque siempre has sido un buen amigo, a pesar de haber creado una versión distinta de todo esto en mi cabeza, y si logras leer tu carta algún día, ¿podrías fingir que no se trata de ti?, ¿podrías abrazarme por dos horas como la última vez?
Y si la primavera se acaba antes de lo esperado, ¿podríamos volver a pasar la tarde bajo el parque observando el atardecer?, preguntas estúpidas, bromas y líneas por cruzar, caminatas y pensamientos intrusivos, cigarrillos apagados y mariposas en color verde, hablando de lo que siento, nunca aprendí a cerrar las heridas, pero siempre estaré agradecida de que no hayas lastimado los días que pasé a tu lado, encontrando felicidad en los diamantes apagados, descubriendo seguridad en los abrazos que me obsequiaste…
Y si la vida se acaba antes de lo esperado, ¿podríamos escribir una historia distinta a esta?, porque tal vez fuiste el chico correcto, pero no te culparé por eso, no, no lo haré de nuevo.
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ESTO PUDO HABER SIDO UN AUDIOLIBRO
PoetryEsto pudo haber sido un audiolibro, pero lo arruiné...