ESTO PUDO HABER SIDO UN AUDIOLIBRO

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41 páginas se han escrito y juro por Dios haber arruinado cada una de ellas, porque mis sentimientos son cristales desesperados por explotar, silenciosos e inútiles cuando es el momento de declamar, mis apuestas son las más altas, pero he encontrado en cada una de ellas una tempestad, dichosos aquellos que escuchan mi poesía y siguen amando el arte, nunca he sido buena para esto, para fingir que mi vida es un conjunto de alegrías e intelecto.

Las voces inaudibles me dicen que he corrido con suerte toda una vida, sin necesidad de manchar mis manos de arena movediza, manejando el dinero que me dan mis padres, porque mis ojos no han visto algún empleo ejemplar, pero, ¿si sólo tengo miedo de no ser tan buena para todo eso?, ¿si no soy tan lista para controlar un puesto?, ¿si no soy tan fuerte como para cargar un mueble viejo?, he corrido con suerte toda una vida, del lado contrario, huyendo de la carretera para no ser encontrada por los detectives hambrientos que improvisan sus discursos alrededor de este pueblo desierto.

Probablemente todo este esquema de palabras no me lleve a ninguna parte, colocando mal las respuestas correctas, porque es incluso más complicado si no sé quién soy, por qué motivo estoy parada en este teatro, frente a personas que jamás conocí, pero que por sus rostros podría concluir que tampoco querían verme por aquí, ¿y si nunca seré tan buena para escribir un libro importante?, ¿y si mis sentimientos son palabras que un soplido de Dios podría llevarse?, ¿y si nunca estaré fija sobre un azulejo café contando mis miserias a un grupo de desconocidos cobardes?, he corrido con suerte toda una vida, fragmentos de citas idiotas, corriendo detrás del reflector sólo para conseguir ser la chica que los superiores quisieran ver.

Nadie ha encontrado algo interesante en mí, algo que lo haga querer conocer mi aroma a nostalgia, los milagros no existen a menos que sacrifiques tu aliento por un poco de fama pasajera, los ojos son la ventana hacia el mundo de alguien más, ahora comprendo por qué mis profesores cierran los suyos cuando es mi turno de hablar, siempre aburrida, poco escuchada, ignorada por aquellos de los que estoy acostumbrada a hablar. Mi terapia favorita es la gratuita desde que gasté el dinero de mis padres por un poco de fama pasajera.

Dos aviones de papel jugando a escapar, nada de esto tiene sentido si no has pasado más de veinte años conociéndome, porque las metáforas son confusas y el aislamiento consume mis buenas ideas, he escrito poesía en las paredes de algún baño universitario, he drogado a mis fantasmas para que duerman mientras yo estoy vomitando, no quiero dejar de ser esta niña privilegiada, con el compromiso de escribir mala poesía para los amantes del buen arte, ¿y si mi ausencia de pastillas ha provocado que imagine todo esto?, ¿y si las cámaras están apuntando hacia otro sujeto?, ¿si podría ser yo quien escriba el nuevo testamento?, he corrido con suerte toda una vida, sintiendo el pánico de ser evaluada por alguien allá arriba, toda una maldita vida.

42 páginas se han escrito y juro por Dios haber arruinado cada una de ellas.

¿si sólo tengo miedo de no ser tan buena para todo esto?
¿y si mis sentimientos son palabras que un soplido de Dios podría llevarse?
¿si podría ser yo quien escriba el nuevo testamento?