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¿Alguien ha muerto alguna vez por escribir la historia más triste de su vida?, soy un conjunto de fragmentos desastrosos intentando caminar por algún callejón seguro en esta ciudad. Corté mi ropa porque cambié de estilo, las heridas continúan guardadas bajo mi falda, y suelo hacer de estas cartas personales, pero arruinaré la fantasía inventando comentarios cuyo destinatario posiblemente murió hace dos días, coloreando el camino que las hormigas dejan, mi pared está infectada de tristeza, crayones azul celeste por cada individuo ausente.
Agosto está por aparecer de nuevo, sigo teniendo catorce años en mi cabeza, ignorando todos los ojos en los que alguna vez me detuve a escribir, así ocurren las vidas tormentosas, bañada en relámpagos, levitando por las promesas incorrectas, ¿hay algún secreto que no me dijiste?
Tengo un historial extenso de cumpleaños arruinados, no sólo los propios, pero el crédito es mío, no olviden que soy la causante de ello, equivocándome, mezclándome entre extraños, uso mi tristeza como disfraz para fingir que realmente soy una tristeza, un poco más profunda e inestable, pero nadie lo sabe si me dejan sola a la hora de almorzar. Tengo un historial extenso de poemas arruinados, no sólo los propios, pero el crédito es mío, no olviden que soy la causante de ello, equivocándome, mezclándome entre extraños, leíste el resto, puedes repetirlo en tu mente.
Flores sedientas, apagadas, sin amor, al igual que la chica que ahora está llorando, escribiendo poesía, o así le gusta llamarle, porque tiene miedo de no ser lo suficientemente buena para las noticias.
¿Cuántos veranos tiene una década?, he gastado tantos de ellos por permanecer enamorada, charlas con un terapeuta no capacitado, así son todos mis miércoles, escuchando un inmaduro “¿cómo estás?” mientras escribo un testamento a sus espaldas, “gracias, quédate con el cambio” y me dirijo a la misma puerta por la que ese hombre no volverá a verme. Leo mis discursos a mi madre mientras duerme, tal vez es el único momento del día en el que le interesa escuchar lo que siento, no estoy segura si leerás mi vida entre tus manos, si es así, perdóname por haberte juzgado de nuevo.
Susurros en la habitación del hotel porque mi novio está engañándome en la siguiente puerta, dejando ir los libros que le escribí a un completo extraño, preguntándome hacia dónde se fueron todos los que me querían, ¿podríamos fingir que fue el viento quien se los llevó?, porque he alejado cada uno de mis pétalos rojos, pero me he sentido demasiado culpable para culparme por esto también.
Las mentes enamoradas son más propensas a aprender a pedir perdón, te fuiste a casa después de mi tercera lágrima, convertí a todos mis ancestros en pecados, porque imagino sus culpas y los delitos que cometieron para que mi vida sea así de miserable, quizás no me siento bien, perdón por eso.
Aprendí a manejar mis escritos, plasmados en códigos y piezas de mi alma que he soltado, la vista se nubla a propósito, sólo cuando mis pensamientos en tinta están suspirando; los culpables dirán que arreglo las preguntas a mi conveniencia, provocando que todos griten frente a mi puerta que deje de intentar ser una poeta, nunca seré una, debería encontrar una vocación en la que los expertos me tomen en serio.
Estoy deprimida la mitad del día, paso seis horas buscando ideas para mantener la tristeza en el ecosistema, estoy lista para la dureza, ¿lancé nuestra amistad al único río de ruinas en el que aún no me he sumergido?, tengo miedo de saltar y lastimar a quienes fueron enterrados justo ahí, aprendí de algún locutor desempleado que después de este dolor merezco ver a una margarita florecer, así que me iré a la cama y continuaré esta carta a la medianoche.
Qué difícil es ser una trastornada enamorada, nadie comprende tu idea del amor, te juzgan con un par de miradas y se alejan después de tu primera carta, el dolor se vuelve esencial en este momento, escuché que no superaste mi muerte, pero pronto lo harás.
Hablo con el cielo cuando mis ideas no son merecedoras de trofeos, implorando valoración por quienes suelen juzgarme, y juro que merezco esto, pero he pensado en mí más de lo que debería, podríamos estar perdiendo una nueva canción sólo por considerar que realmente lo merezco.
Mis problemas de adolescencia vuelven a plantarse en mi inmadurez, no soy famosa, tampoco lo seré, ignorada de nuevo por la fama, en una obra que me ayudó a sanar las líneas que alguien había escrito alrededor de mí. Las chicas se están volviendo delgadas con el tiempo, qué desdicha para una chica de trastornos hambrientos, lidiando con el sentimiento y la culpa de haberlo dicho antes, pero la cena está en la mesa y mi madre está sonriendo, ahora estoy triste por esto, no soy linda, tampoco lo seré.
Leyendo los escritos más tristes que pudo haber hecho aquella adolescente de diecisiete años, vaya tiempo el que ha pasado, tal vez no nos han amado, pero los poemas que hemos escrito han mejorado. Aprendí de la manera más dura que jamás estaría invitada a la fiesta, sin importar de quien sea, demasiado desapercibida para ser requerida, nadie quiere a un mal payaso cuando todos los presentes se burlan de mí, cansada de la iluminación y de este sucio espejo que mi labial maquilló, escribiendo una última nota al irme, “púdrete Sofía”, esto fue antes de saber que morirías, y todos nuestros amigos se quedaron de tu lado porque tu historia fue más corta y menos dolorosa, entiendo ahora, este verso jamás sería para ti.
Y si algún día llego a ser conocida por mis lamentos transformados en escritura, créanme que estaré lista para las cámaras, lanzando comentarios inapropiados y estúpidos después de una ilusión permanente; construir un legado es innecesario, en dos semanas alguien podría crear lo que tú hiciste, con dos palabras distintas y sonar revolucionario para las mentes maestras, así es el juego, la fama me costará la vida.
Soy un virus emocional, pero sigo en la cima, difícil respirar catorce gramos de autoestima, detendré esto antes de que me cuestione mi familia. Alguien pregúntele a mi madre si leyó alguna de las páginas desgarradas que hice y si entendió algo de lo que quise decir, porque su opinión me importa y quiero saber que está consciente de todo por lo que su hija ha pasado, soy un virus emocional, ahora todos se han enfermado.
El tiempo rompe mi llanto y se está acercando la hoja de despedida, la felicidad es momentánea, el amor, aunque muchos lo piensan, nunca será para siempre, no estoy cuidando las flores, no quiero abandonarme después de esto, los corazones están volando por toda esta periferia, y si quiero estar contenta con mi pasado tengo que aprender a soltar el mío y alejarme de la vista fragmentada de este pueblo. Las cartas son símbolo de pasado, algunas fueron un futuro incierto, y por si odias morir con dudas, aquel asiento solitario en el casino también se convirtió en una más de mis cartas tristes, era lo que merecía, no podía esperar otro final para una enamorada como yo.
Leyendo los escritos más tristes que pudo haber hecho aquella adolescente de diecisiete años, haciendo lo posible por sentirse amada, estaremos bien, ella es realmente el amor de mi vida, lo entendí bien, esto es una clase de despedida, pero nos veremos luego, esta es una más de mis despedidas…
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ESTO PUDO HABER SIDO UN AUDIOLIBRO
PoetryEsto pudo haber sido un audiolibro, pero lo arruiné...