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Sería injusto hablar de tu vida antes de los ocho años porque jamás estuve ahí, viéndote ser un pequeño niño divertido, tan cuidadoso como para ser un ejemplo, sin conocerme, con preguntas que seguramente alguien te respondió.
Un milenio nuevo empezó, un año se marchó y nuestros ojos se reconocieron por primera vez, los tuyos mejor que los míos, ha sido así toda la vida. Tengo muchas cosas por decir, pero te mentiría si dijera que recuerdo cada momento en el que fui una niña pequeña, colgando de tus brazos, siendo manipulada por unas manos dulces, en realidad, no tengo idea si mi pasado fue así, pero estoy segura de que me cuidaste tanto como lo haces ahora.
Los azulejos de nuestra casa han estado mejorando, mayores colores, sensaciones distintas, nuestros pasos están cada vez más marcados, así que puedo recordar un poco de todo este techo, conviviendo como un par de niños inconscientes, disfrutando una infancia que ahora extraño, juguetes y abrazos alrededor de nuestra cama, dálmatas detrás de nuestras cabezas, almohadas y cortinas en conjunto, todo era un buen momento si podía contar con tu compañía.
Corriendo entre tantos gatos, tantos perros, esas eran nuestras tardes favoritas, conociendo nuestras mejores risas, durmiendo justo al lado del otro, esas eran nuestras noches favoritas.
Nuestras mentes evolucionan, es parte del veneno de crecer, soy una adolescente, tú un adulto, esta conexión no se rompe incluso si nuestros zapatos se dirigen a establecimientos distintos cada mañana, jugando, viajando y soñando con reír aunque nuestras noches nos hacen sentir viejos, manteniendo tu mirada en mí, porque siempre te has encargado de cuidar mis manos, y sé que no lo decimos mucho, pero te amo y creo que lo has recordado detrás de tantas sonrisas, bromas y abrazos duraderos, creo que podría haber pensado en mejores deseos para los dos, pero crecer unidos es un regalo tan dorado para una hermana pequeña, espero sea un buen presente para un hermano mayor, porque me siento sensible justo ahora y quiero que alguien te hable de esta carta si es que nunca planeas leerla.
Y creo que esta es la mejor manera de empezar a hablar de los últimos años, ambos transformamos nuestros pensamientos en olas de mar, dos adultos que conviven mutuamente cada día, la hora de la cena es mi momento favorito después de despertar, porque encontramos el espacio seguro para sentirnos apreciados, riendo, jugando y mirando un programa de televisión que olvidaremos cuando cumplas cuarenta años.
Nuestros atuendos han cambiado, las fotografías que guardamos siguen ahí, un par de niños pequeños sonriendo recostados sobre la cama, aún puedo ver ese marco en la sala de nuestra casa, tus pinturas en la pared, tu barba no deja de crecer, el gimnasio te ha sentado bien, tu trabajo parece agotador, no duraría dos horas sobre ese suelo, pero creo que has logrado mucho incluso si te he visto llorar menos de diez veces en mi vida, tantas pérdidas similares, mascotas y familia que no pudimos recuperar, logrando superar aquellos terremotos, aprendiendo a bailar sobre cada uno de ellos.
Y había cosas que no comentábamos por respeto al silencio, hasta ahora, ambos nos conocemos lo suficiente, me has hecho sentir segura, porque mis pensamientos son dinamita, tú eres esa sábana que necesito cuando el aire acondicionado se descompone y muero de escalofrío, has aceptado mis peores momentos, mis luchas y este eterno conflicto en el que no confío en mí misma, porque a ti nunca te ha importado si soy una chica, si soy un chico, si no soy nadie en absoluto, y sé que el día en que hablemos de todo esto me escucharás y me darás un abrazo que no olvidaré, porque siempre lo has entendido y me ayudas a darme cuenta que no es un problema ser quien soy, te amo hermano.
Tu vida es muy distinta a la que yo creí que tenías planeada, conozco a tu novio, es un buen chico, he aprendido a conocerlo y me alegra saber que te hace feliz, porque mereces todo lo que él ha podido ofrecerte. Hemos tenido tardes y madrugadas divertidas, charlas sin sentido y películas de acción que ninguno de los tres ha comprendido, sólo podría desearte lo mejor de eso, porque sé que amas a ese chico como él te ama a ti.
No tengo idea de lo que he dicho hasta ahora, pero jamás mentiría sobre lo que pienso de ti, hemos sido cuidados bajo estas paredes y me has enseñado tantos momentos que aún conservo en cartas imaginarias y reproductores de música averiados. Solamente podría pedir que sigas aquí a mi lado toda una vida, porque me voy a derrumbar más de cuatro veces el día que decidas irte de nuestra casa, extrañaré cada uno de nuestros abrazos diarios y nuestras risas tan ruidosas que se escuchan en la puerta de la habitación de nuestros padres, y sería muy egoísta de mi parte pedirte que no te vayas nunca, pero eres mi compañero favorito y no me gustaría saber que tardaré días para volver a verte, hasta el instante en que ambos crezcamos lo suficiente y nos veamos una vez al año, eres mi compañía favorita y te prometo que cuidaré cada minuto a tu lado, porque los recuerdos se han construido durante tantos años que ahora no me imagino cuando tengas que marcharte.
Te amo hermano, y si algún día lees esto, escucha la sinceridad en mis ideales, recuerda todo lo que yo recordé e imagina mi rostro lloroso después de terminar de escribirte, y si algún día lees esto, recuerda que te amo.
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ESTO PUDO HABER SIDO UN AUDIOLIBRO
PoezieEsto pudo haber sido un audiolibro, pero lo arruiné...