CHAPTER 28

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Todo se quedó en silencio después de que Aeri golpeara a Jimin. Minjeong se puso de pie e intentó acercarse a dónde estaba ocurriendo aquello pero se congeló de pie al ver cómo el chico empujaba a Aeri, Minjeong no soportaba las discusiones y mucho menos las peleas así que se llevó sus manos a sus oídos para taparlos.

-¿Por qué le has pegado? -El chico volvió a empujar a Aeri del pecho. -¡Responde! -Le gritó.

-No me toques imbécil. -Empujó tan fuerte al chico que lo hizo tropezar y chocar con una mesa vacía. -Esa idiota solo le ha ocasionado daño a mi mejor amiga. -El chico rápidamente se acercó a Aeri y la tomó del cuello de su camisa a lo que ella soltó una carcajada y miró a Karina.

-Eres valiente para herir a alguien pero no soportas que te lastimen y necesitas que tu novio te defienda. -Le pegó un fuerte puñetazo al chico en la cara y fué directamente a la pelinegra, la tomó del brazo y la sacó del local. -Te dije, te dije que no lastimaras a Minjeong. Te lo advertí mil veces. -La tomó del cuello de su camisa y la estampó contra la pared.

-A ti qué te importa. -Giselle apretó su agarre.

-Es como mi hermana y no voy a dejar pasar lo que le hiciste, Yoo. Lo vas a lamentar. -Amenazó entre dientes.

-¿Lamentar? No sabes nada. Ya no me importa qué pueda pasar. -La mirada que dió a Aeri era fría y vacía.

-Y es por eso que apenas la hiciste llorar te fuiste a los brazos de otro. Das asco, Yoo.

-No me estás diciendo nada que no sepa. -Justo cuando Aeri iba a darle otro golpe a Karina, una chica apareció asustada.

-Dis... Disculpa, tu amiga está temblando. -Dijo con nerviosismo ante toda la escena. La castaña miró a la chica que sostenía y la soltó.

-No te quiero volver a ver cerca de ella. -Fué firme en sus palabras y se apartó para ir directamente a donde estaba Minjeong.

La pequeña estaba en el suelo abrazando sus piernas mientras lloraba sin poder respirar correctamente así que Aeri entró en desesperación sin saber qué hacer o como ayudarla.

-Min, cariño, soy yo Aeri. -No se movió la menor. -Todo está bien, ya pasó... Vamos a casa. -Sin respuesta. -Lo lamento... No pude evitarlo y por Dios, Min, me destroza verte así. -Fué sincera.  Escuchó un murmuro y se acercó un poco más a la menor.

-¿Ella... Ella está bien? -Fué lo que Minjeong logró murmurar sin alzar la vista. Aeri apretó la mandíbula hasta que sintió las manos de la menor sobre las suyas. -No vue... No vuelvas a lastimarte así, eso duele mucho. -Logró hablar sin aire y eso le partió el corazón a su mejor amiga.

-Min, vamos a casa...

-¿Ella está bien? -Volvió a preguntar interrumpiendo a la mayor.

-A mi no me importa como esté ella. -Respiró hondo y se encogió de hombros, no quería ser grosera. -No lo sé. -La menor asintió y se puso de pie con ayuda de Aeri.

-No me siento bien... Mi pecho me duele mucho. -Estaba pálida y sin fuerzas en su cuerpo. -Vamos a casa a curarte las manos.

No se dijeron más nada, ambas guardaron silencio porque Minjeong no podía hablar y Aeri no quería causarle más molestia a la menor. La verdad es que durante el viaje a casa de Aeri, Minjeong no pensaba en nada, estaba en blanco, se sentía vacía y solo podía sentir dolor físico gracias a el dolor que sentía en su pecho.

Cuando llegaron a casa de la mayor, esta se encargó de hablar con su madre para que no ostigara a la pequeña Minjeong con preguntas ni comentarios. Aeri se esforzó por colaborar con la pequeña y ahí estaban ambas en la habitación de Giselle mientras la menor le curaba las heridas.

-¿Duele mucho? -Murmuró la peliroja.

-Nop, valió completamente la pena. -Sonrió orgullosa y Minjeong apretó un poco la herida para que le doliera. -Auch, ¿Qué mierda te pasa, idiota? -Apretó sus manos y Minjeong la miró mal.

-No vuelvas a lastimarla. -Sentenció.

-¿Qué? ¿Te estás escuchando? -Ya no aguantaba más esa actitud de su mejor amiga. -Esa chica te lastimó y se fué con otro.

-Tendrá sus razones. -Intentó curar el labio roto de su amiga pero esta se apartó.

-¿Razones? No puedo creerlo... -Se llevó las manos a la cabeza como señal de frustración.

-La amo. No quiero que sufra... No es muy difícil de entender. -Comenzó a guardar las cosas en el botiquín de primeros auxilios.

-¿Y dónde quedas tu? Estás sufriendo como nunca y todavía la pones el primer lugar.

-La amo. -Repitió. -Tu amas a Ning y darías todo por ella.

-Y ella daría lo mismo por mi. Karina no haría nada por ti. -Silencio. Minjeong se puso de pie y dejó un beso en la nariz de su mejor amiga. Quería irse y estar sola.

-Debo irme. -Agachó la mirada y sonrió con pena. -Sé que no daría nada por mi pero yo quiero dar todo por ambas.

Y sin dejar que Aeri respondiera o le reprochara algo, salió de allí en silencio sin despedirse de nadie, no estaba bien y quería estar sola. Quería llorar y permitirse sentirse miserable por el resto de la noche. Quería lastimarse por no ser suficiente pero no tenía fuerzas para hacer absolutamente nada.

Cuando llegó a su casa ignoró a todos y decidió meterse a su cama en dónde el pensamiento "todo terminó" se apoderó de su mente y sin contenerse más, comenzó a llorar en silencio culpandose por todo. Se culpaba por ser insuficiente y no ser un chico porque tal vez si ella fuera un chico, Jimin sería su novia.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora