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ADISON

Estábamos en mi casa, en mi cama, solos y sin nadie que pudiera interrumpir La otra vez me quedé con las ganas de que esto sucediera, y ahora, no sabía si dejarme llevar, o escuchar a mi parte racional y seguir con la conversación.

Mi parte racional se fue al garete cuando de pronto, tenía los labios de Aron sobre los míos ,besándome de esa forma que solo él sabía.

Su lengua pronto se centró en mi cuello, dejando pequeños lametones que me hacían suspirar.

-Tu aroma me vuelve loco mi Luna- susurró bajando a mi clavícula.

-Nunca me has dicho a qué huelo- subí una mano y la enredé en su pelo mientras lo dejaba hacer lo que quisiera.

-Tienes un aroma frutal, exótico, y fuerte, tu casa está llena de él y eso causa estragos en mi lobo- sus manos empezaron a recorrer mis muslos mientras yo tragaba saliva, algo nerviosa.

-Me gustaría saber cuál es el tuyo- dije, mi voz apenas un susurro.

-Lo sabrás cuando tengas mi marca- sus manos rodearon mi cintura, subieron hasta mis hombros y se deslizaron hacia mi espalda, donde estaba la cremallera de mi vestido.

-¿Quieres que pare? Si me dices que no...yo no sé si luego podré-admitió nervioso.

-Yo..no quiero que pares, márcame-decidí, segura de querer que fuéramos uno.

-¿Segura?

Asentí, lista para entregarme a él.

No perdió el tiempo, hizo pedazos el vestido, convirtiéndolo en un trapo inservible, dejándole ver mis bragas de encaje negras y mi sujetador a juego.

-¡Oye!¡Me gustaba ese vestido!-hice un puchero que Aron pasó por alto.

-Joder...-dijo mirándome de arriba a abajo, mientras su mirada se oscurecía.

Hacía mucho tiempo que nadie me miraba así, me tapé con las brazos instintivamente.

-No hagas eso, quiero verte, apreciar y memorizar cada detalle de ti mi Luna- apartó mis brazos de mis pechos y su mirada se quedó centrada en ellos.

Una se sus manos viajó al cierre del sujetador y fue muy habil quitándolo, casi sin esfuerzo. Mis pechos quedaron expuestos y Aron los contempló hasta que su mano rodeó el derecho, cabía perfectamente en su mano.

-Creo que estamos en desventaja- me percaté de que yo estaba semidesnuda y él no se había quitado nada.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras se deshacía de su camisa y luego sus pantalones, quedando en calzoncillos, dejándome ver a su miembro ya erecto a través de la tela.

-Mierda...eso va a doler-murmuré viendo cómo la tela apenas podía contenerlo dentro.

Volvió a echárseme encima,metiéndose uno de mis pechos en su boca. Saboreando mi pezón con la punta de su lengua, mordiendo y volviendo a chupar.

- Aron...- su nombre salió de mi garganta en un grito ahogado.

-Mía...- un gruñido profundo, grave y ronco salió de él, sus ojos completamente oscuros.

Le dió atención al otro pecho con su boca mientras una mano jugueteaba con mi pezón y otra bajaba lenta y segura hacia mi entrepierna.

- Mi Luna, cierra los ojos- ordenó y acaté sumida en el placer.

Su mano se coló entre mis bragas,tocando esa parte tan sensible,frotando en círculos. Vi cómo sacaba la mano de ahí, se metía dos dedos en la boca y los lamía, luego volvió a mi entrepierna y metió los dedos,despacio. Mi espalda se arqueó ante la intrusión.

-Estás empapada..- susurró mientras su lengua bajaba desde mis pechos por el ombligo hasta mis bragas.

Sacó sus dedos de mi, me quitó las bragas y me quedé totalmente desnuda ante él.

-Voy a probarte- advirtió sin darme tiempo a responder.

Se agachó hasta que pude sentir su aliento en mi entrada. Mis manos se enredaron en las sábanas de mi cama cuando advertí su lengua en un lametón rápido. Me miró a los ojos y su postura pareció cambiar.

- Vas a mirarme todo el rato mientras te pruebo, habrá castigo si noto que no sigues la orden- su voz era muy grave, hablaba el Alfa.

Yo empezaba a perder el norte, no sabía ni que día era.

Asentí en su dirección mientras me fijaba en como volvía a agacharse, me centré en sus ojos que me miraban fijamente mientras su lengua se abría pasó dentro de mí.

Varios gemidos salieron sin que yo pudiera controlarlos, su lengua había encontrado mi clítoris y lo lamía como si fuera un caramelo.

Pronto empecé a temblar, sintiendo cómo el orgasmo llegaba y dejaba mi cuerpo sensible a cualquier toque.

Aron se irguió en toda su altura.

- Tienes cinco minutos para recuperarte- su voz era témpano de hielo.

- C-cinco...- Mi cabeza solo pensaba en lo que vendría ahora.

Aron se quitó la última prenda que tenía y yo me quedé totalmente muda.

-Eso...no va a entrar- murmuré, sin poder apartar la mirada de su pene.

- Le haremos hueco, seré delicado...al principio- sonrió mostrando esos colmillos que ahora parecían más grandes.

Su mirada bajó al suelo, tomó sus pantalones y buscó en los bolsillos hasta que sacó una pequeña bolsita rosa, la desgarró y se acomodó un condón en su miembro.

Volvió a subirse encima de mí, reclamando mi boca, su lengua se encontró con la mía mientras su mano se paseaba libremente por mi cuerpo, apretando mis pechos, bajando por mi abdomen hasta deslizarse hasta mi culo, dándole un fuerte apretón.

-¿Lista?-preguntó, poniéndose de pie y colocando su pone en mi entrada.

Asentí, mirando como apoyaba sus manos a ambos lados de mi cuerpo y se inclinaba hasta meter lentamente la punta en mi interior.

-Dios mío...- eché la cabeza hacia atrás,mis manos aferrándose a las sábanas.

Aron empezó a embestir, lentamente, introduciendo toda la longitud hasta que sus testículos chocaron con mi culo.

-Sí joder....- murmuró, con los ojos cerrados.

Siguió embistiendo hasta que no quedó ningún atisbo de lógica en mi cabeza, entonces sentí como su lengua lamía mi cuello mientras seguía embistiendo. El orgasmo empezó a llegar y sentí un ligero pinchazo en mi cuello que me hizo soltar gemidos de placer.

El orgasmo terminó por llegar y mis ojos empezaron a sentirse cansados, hasta que lo último que pude ver fue a Aron saliendo de mi mientras me hablaba.

-Ya eres nuestra mi Luna- fue lo último que oí antes de que me sumiera en la oscuridad.

Promesas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora