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ADISON



Me desperté con un dolor de cabeza punzante, tratando de recordar dónde estaba. Al abrir los ojos, me di cuenta de que no era mi cama ni mi casa. El pánico se apoderó de mí por un instante mientras me levantaba lentamente, mirando a mi alrededor. Reconocí el pasillo de la casa de Aron y supuse que estaba en la manada.

Bajé las escaleras con cuidado, siguiendo el sonido de voces que provenía de la cocina. Al entrar, vi a Aron, Lyra, Lusi y Erol sentados en la mesa, riendo y comiendo. Al verme, Aron se levantó de inmediato y se acercó.

—¿Cómo estás? —me preguntó con preocupación en su voz—. Has tardado mucho en despertar.

—¿Cuánto tiempo he dormido? —pregunté, tratando de asimilar todo.

—Casi cuarenta y ocho horas —respondió, sonriendo suavemente.

—¿Es por... la marca? —pregunté, tocando instintivamente mi cuello.

Aron asintió, su sonrisa tranquilizadora.

—Sí, tu cuerpo necesitaba tiempo para adaptarse.

Lyra se levantó y me invitó a sentarme con ellos.

—Ven, siéntate. Seguro que estás hambrienta.

Me uní a ellos, pero noté que Erol y Lyra me miraban con una mezcla de curiosidad y diversión.

—¿Qué pasa? —pregunté, sintiéndome un poco cohibida.

—Hueles a Aron —dijo Lyra, levantando una ceja con picardía.

Me sonrojé de inmediato, y antes de que pudiera decir algo, Lyra añadió con una sonrisa traviesa:

—¿Fue intensa la actividad de la marca?

Erol se rió y se unió a la broma.

—Sí, cuéntanos, Adison. ¿Aron fue muy... apasionado?

Sentí mi rostro arder de vergüenza mientras trataba de encontrar una respuesta. Mi mente fue a todo lo que Aron me hizo en mi casa y  antes de que pudiera decir algo, Aron intervino.

—Dejad de meteros con ella —dijo con firmeza, mirándolos con seriedad.

Le agradecí con la mirada y, al hacerlo, recordé vívidamente lo que habíamos hecho en mi casa. De repente, escuché su voz en mi mente, suave y seductora.

No te preocupes, mi Luna. Ellos solo están celosos —dijo Aron en mi cabeza.

Me sobresalté al darme cuenta de que ahora podía oír su voz en mi mente y que él sabía exactamente en qué estaba pensando. Aron me miró con una sonrisa pícara y coqueta.

Así que estabas pensando en nosotros, ¿eh? —dijo, claramente disfrutando de mi reacción.

—¡Aron! —exclamé en voz alta, sorprendida y avergonzada al mismo tiempo.

Lyra y Erol se miraron con complicidad, riendo.

—Vaya, parece que Aron ya está aprovechando las ventajas de la marca —bromeó Lyra, haciendo que me sonrojara aún más.

Lusi intervino, poniendo una mano en el hombro de Lyra.

—Ya basta, déjala en paz. Es su primera vez experimentando todo esto —dijo con una sonrisa amable, intentando aliviar la situación.

Agradecí a Lusi con una sonrisa  y traté de centrarme en la comida frente a mí, aunque no podía evitar sentir la mirada de Aron sobre mí, llena de travesura, una idea me vino a la cabeza.

Promesas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora