➥ Dos mejores amigos que desde pequeños se prometieron crear el circo más inigualable y famoso que haya podido haber en el planeta tierra, pero para eso, tendrían que encontrar personas únicas en su travesía.
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➺ Zodiaco BL/OMEGAVER...
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Si a Gaelen le molestaba la llegada de Van a Ceron le encantaba, su felino se sentía emocionado cada vez que el alfa estaba cerca.
Eso solo podía significar una cosa, Van era su alfa, estaba segurísimo, lo había hablado con Avery y eso había concluido.
—¿Así te sientes cuando estás con Lysander?—preguntó ladeando su cabeza de forma inocente.
Las mejillas del mayor se encendieron y apartó su mirada. Ahí estaba de nuevo, ¿por qué todo lo relacionaban con Lysander? Primero fue Einar y ahora su propio hermano.
Realmente no había tenido mucho tiempo para conversar.
—N-no lo sé, Ce.
El signo de agua menor hizo un puchero.
—Si te sientes así—replicó.
Avery suspiró de forma temblorosa.
—Tal vez, es muy raro para mi todavía.
Ceron lo miró y lo abrazó de forma fuerte.
—No hay nada de malo con que te guste otro alfa y si tu zorrito lo acepta, entonces está bien...
El mayor le sonrió y le devolvió el abrazo con fuerza.
—Gracias.
Ceron soltó un ronroneo feliz de haber ayudado a su hermano mayor.
El híbrido de tigre intentaba de todo para caerle bien a Van, pero nada parecía realmente funcionar con él.
El pobre omega no entendía tampoco las cosas raras que le decía.
—Pero mira si pareces un enano de jardín...—se rió con fuerza y Ceron miraba el suelo riendo aunque sin entender por qué se reía con tantas ganas.
¿Era malo parecerse a un enano de jardín? A Ceron le parecían lindos.
Pero si fuera así por qué se reía en burla, o algo así.
Bueno, eso le había explicado Gaelen, que cuando alguien se reía de esa forma era porque se estaba burlando.
A Ceron no le gustaba que se burlaran de él, pero le gustaba la risa de Van.
Van estaba sumamente aburrido de Ceron, ¿qué no entendía palabras y señales claras?
Ceron era molesto, chillón, bajito, hablador y demasiado inocente para su gusto, lo único que tenía de bueno eran sus caderas y trasero.
Pero en personalidad, ¡era insoportable!
Aunque su lobo pensaba que era de lo más encantador.
