Dos mejores amigos que desde pequeños se prometieron crear el circo más inigualable y famoso que haya podido haber en el planeta tierra, pero para eso, tendrían que encontrar personas únicas en su travesía.
➺ Zodiaco BL/OMEGAVERSE.
➺ Inicio: 11/01/2...
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Lysander definitivamente haría lo que fuera para sacar a esos dos chicos de ahí.
—Creo que es hora de irnos—soltó el alfa mayor parándose.
Los tres se escabulleron con el mayor sigilo posible.
—Trae a los dos híbridos—soltó el maestro de ceremonias.
Lysander sintió como el híbrido alfa gruñía desde el fondo de su garganta.
Se le veía enfadado, no, colérico.
Lysander, bueno, su lobo en realidad, tuvo el impulso de calmarlo con su olor, pero se contuvo.
¿Qué le pasaba a su lobo estúpido?
—Mejor salgamos de aquí antes de que lo mate—soltó en un gruñido y el peliblanco asintió.
Avery sostuvo la mano de Ceron hasta que salieron y el frío hizo que se estremecieran.
¿Hace cuánto que no sentían de esa forma el viento en sus rostros?
Ambos inundaron sus pulmones del delicioso aroma del bosque.
Mientras los dos se regocijaban con el aroma a libertad, dentro de la carpa un angustiado ayudante volvía luego de ver las jaulas de los mitad animales.
—Señor, los híbridos no están—le habló y se encogió en su lugar al ver la furia en los ojos del alfa.
—¿Cómo mierda pudo pasar eso? ¡estaban amarrados!—golpeó la mesa haciendo sobresaltar al beta.
–E-encontramos restos de...de agua en la jaula—murmuró.
El alfa frunció el ceño.
—¿Agua? No es posible, no les hemos dado agua hace días.
El beta asintió.
—Creemos que fue hielo...alguien los ayudó a escapar—antes de que el alfa lo reprendiera—ya he enviado a hombres para que los busquen, no creemos que hayan ido muy lejos.
—Más les vale encontrarlos.
Las orejas de ambos híbridos se levantaron.
Ceron olisqueó el aire y empezó a temblar.
—Nos están buscando, Ry—soltó mirando al alfa con preocupación.
—Lo noté—masculló.
Lysander notó el aroma a preocupación del omega.
—Pueden convertirse en animales.
Los dos lo quedaron mirando.
—P-podemos pero...no tenemos suficiente energía para hacerlo, ni para desaparecer nuestras orejas y cola—apuntó el omega a sí mismo.
